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Vayigash “Y se acercó”

Parte 1 #

Génesis 44:18 al 47:27
“¿Qué es esto que nos ha hecho YHWH?”  Génesis 42:28
Cuando los hermanos de José pararon en el mesón y miraron en sus sacos, encontraron que su dinero había sido devuelto. Y fue en ese instante que reclamaron del cielo, se dijeron uno al otro, por qué nos castiga YHWH de esta forma.
Antes de ahondar en las contingencias que los hermanos de José vivieron hasta su encuentro es necesario que conjeturemos un poco sobre cómo han llegado los hermanos a esta situación.
Recordará el lector que en el versículo 9 del capítulo 42 de Génesis, José acusa a sus hermanos de la siguiente forma:
“Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido.”
Más allá de que él supiese quiénes eran, por qué les arroja esta acusación, ¿Tenía ella algún fundamento?
Para poder entender esto debemos preguntarnos ¿Por dónde ingresaron los hermanos?
En nuestras ciudades modernas, por lo general, existe más de una ruta de acceso a una ciudad. Incluso más de una calle por donde ingresar a la ciudad. En tiempos bíblicos y hasta no hace muchos años, las ciudades eran amuralladas y fortificadas y tenían grandes puertas, las cuales eran cerradas por la noche.
Sabemos que Jacov envió a sus hijos a Egipto a comprar grano. Podemos pensar que ingresaron todos juntos por alguna entrada o que se dividieron por más de uno de los accesos. Ello no sería un dato menor, pues tenemos en un día 10 personas que llegan juntas hasta determinado lugar y luego se separan para ingresar por distintos lugares. Lo cual tranquilamente puede dar a suponer que se trata de 10 personas que están analizando las distintas entradas de la ciudad y sus puntos de vigilancia.
Pero esto no es lo único, cuando los hermanos de José lo vendieron a la caravana de mercaderes, supieron cuál sería su lugar de destino. Repasemos, Génesis 37:25 al 28
“Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.”
O sea que los hermanos sabían que José había sido vendido a Egipto. Es normal que de ello conversaran ahora que iban a ese lugar a buscar grano.
Hubo un hecho que no tomaron en cuenta. Así como en la actualidad para ingresar a cualquier país, las autoridades exigen el visado, en aquel momento, algo similar ocurrió.
Sabemos el lugar que José ocupaba en la estructura de gobierno de Egipto. Por supuesto que el hombre más importante de este país debía estar al tanto de todos aquellos que llegaran al reino que administraba y saber sus nombres y motivos de visita.  Cuando José ve los nombres, de inmediato se da cuenta que son sus hermanos y comienza una tarea de seguimiento sobre ellos, es más, la tradición dice que ordenó que fuesen cerrados todos los almacenes, dejando sólo uno abierto con instrucciones a quien lo administraba que cuando ellos se presentasen se le diese aviso.
Es necesario ahora que recordemos una característica de José, Génesis 39:6
“…Y era José de hermoso semblante y bella presencia.”
Esto que nos dice la Toráh y que sólo tomamos en cuenta con respecto a la mujer de Potifar, es un dato muy importante. Pues ese bello aspecto también fue tomado en cuenta por sus hermanos.
Escribiría en esos tiempos, pero sería un error pensar así. Pues en la actualidad también se dan secuestros y venta de niños y jóvenes para ser esclavos sexuales. La realidad de Canaán y Egipto de aquellos tiempos no era ajena a este mal. Así que sus hermanos pudieron pensar que la prostitución pudo haber sido el fin de su hermano. Con lo cual, cuando ellos ingresaron en Egipto ¿Dónde se cree que lo buscaron? Sí, en los prostíbulos de la ciudad. Esto que puede sonar duro de escuchar es lo que nos relatan antiguos textos recogidos por la tradición.
Creo que ahora podemos recomponer un poco lo que José (aun cuando sabía quiénes eran) y los egipcios tuvieron ante sí. 10 extranjeros, que aparentan comprar grano, que ingresan por distintas puertas y que se unen dando vueltas por las casas de prostitución durante 3 días. Podría pensarse en hombres muy lascivos, pero lo que surge de inmediato es que se pudiera tratar de espías.
Pasados esos tres días, en que también el encargado puesto sobre el único almacén abierto, espero que los hombres se presentaran, ellos no compraron grano. Por eso José mandó guardias a que los buscasen y finalmente los encontraron,
Cuando José los interroga sobre su conducta, y el por qué han ingresado por distintas puertas diciéndole espías, ellos le responden haciendo gala de su honradez, pero la respuesta astuta de José es que ellos se han comportado como espías. Un texto midráshico relata que José dijo:
“Ciertamente todo el que viene a comprar grano sigue su camino, pero ustedes han estado en la tierra tres días, y ¿qué hacen ustedes en las calles de las prostitutas en las cuales han estado por tres días? Ciertamente espías se comportan de esa forma.”
Se aprecia enseguida que si se trata de hombres honrados qué han estado haciendo en esos lugares.
“Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados; tus siervos nunca fueron espías.” Génesis 42:11
Por supuesto que José no les da el brazo a torcer, mostrándoles que no va a caer en sus argucias, un texto no reconocido oficialmente y que sólo citamos como ejemplo de la conversación que conjeturamos pudo existir dice:
“Y ellos le dijeron a él: Porque nosotros oímos que los Yishmaelim lo robaron de nosotros, y fue dicho a nosotros que lo vendieron en Mitzrayim, y tu sirviente, nuestro hermano, es muy hermoso y buen favorecido, así que pensamos que él estaría en las casas de las prostitutas, por lo tanto, tus sirvientes fueron allí para buscarlo y dar rescate por él. Y Yosef aún les respondió a ellos, diciendo: Ciertamente ustedes hablan falsamente y pronuncian mentiras, decir de ustedes mismos que son hijos de Avraham; como vive Faraón, ustedes son espías, por lo tanto, han venido a las casas de las prostitutas para no ser reconocidos.”
Al principio de estas reflexiones hicimos la siguiente transcripción de Génesis 42:28
“¿Qué es esto que nos ha hecho YHWH?”
La frase que dicen los hermanos al encontrar en sus sacos el dinero. En ese momento los hermanos, lejos de reflexionar acerca de su mala conducta, dan voces al Cielo culpando a YHWH por su mala situación.
Si bien los pasajes que he transcripto, los cuales se han ampliado con las observaciones de la tradición, pertenecen a la porción anterior de las escrituras, la llamada “Al cabo” (Miketz). Ellos son necesarios pues dan el marco para la primera visita, para la primera entrevista de José con sus hermanos.
En esta sus hermanos han recibido su atención, su amonestación, han comido de sus bienes, han llevado su bendición. Pero no lo han conocido, no saben de quién se trata. No se les ha revelado en su plenitud. Esta primera venida ha sido un encuentro donde se ha prometido una próxima visita. Siendo José una sombra del Mashíaj

¿Esta primera venida nos recuerda algo?

 

Parte 2 #

Antes de comenzar el desarrollo de la reflexión deseo explicar porque  se llama VaYigash. Para ello voy a transliterar el primer versículo:
“VaYigash eló Yehudá VaYomer” lo cual significa “Y se acercó Judá y dijo”; Génesis 44:18
Dentro de la porción de esta semana tenemos un versículo que, aun siendo sencillo, nos muestra un cuadro muy importante, el cual no sólo tuvo implicancias en aquellos eventos que hacen a la vida de José, sino que también tuvo relación con el Mesías. Incluso con los llamados últimos días (ajarit hayamim). Veamos qué dice:
“No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.”
Este pasaje es muy significativo, pues ningún miembro de Egipto queda presente en la sala donde la familia de José se encuentra reunida.
Escribí que tiene relación con el Mesías, a esto lo  podemos ver en el libro de los Hechos cap. 10: 40 al 41
“A éste levantó Elohim al tercer día, e hizo que se manifestase;  no a todo el pueblo, sino a los testigos que Elohim había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.”
Como ya he escrito en José tenemos una sombra  profética de Yeshúa encontrando muchísimos paralelos. En esta cita del libro de los Hechos, tenemos la revelación de Yeshúa a sus discípulos en palabras de Pedro.
Ahora bien ¿Por qué también esto es relevante para nosotros, que nos encontramos viviendo los ajarit hayamim, los tiempos del fin?
Veamos algunos puntos.
Esta porción de las Escrituras comienza con la frase “Y se acercó…” en ella se hace referencia a Judá que toma el coraje de hablar a José, Génesis 44:18
“Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.”
En este texto hay tres personas implicadas. Judá, José implícitamente que está escuchando y el Faraón nombrado indirectamente.
Pensando por un instante en las 4 últimas palabras “tú eres como Faraón…”, recordemos Juan 14: 9
“Yeshúa  le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?…”
Cuando Judá reconoce la autoridad de José que proviene de estar en lugar del faraón, se está haciendo una relación profética con Yeshúa, pues Yeshúa mismo dice que quien lo ha visto a él, ha visto al Padre.
Ahora bien, puesto que esto está claro veamos entonces cuál es la relación profética para nuestros tiempos.
Nuestros hermanos de la Casa de Judá (mayormente judíos) han rechazado a Yeshúa desconociéndolo como el Mesías prometido. O sea no han reconocido quién es.
Pues bien, en el pasaje en cuestión, Judá (que simbólicamente representa en los tiempos del fin a toda la Casa de Judá), aún no reconoce a José. Pero da un importante discurso el cual es escuchado por José. En este discurso se produce un hecho fundamental en la vida de Judá. El cual es hacer “tikún”.  Ahora me explicaré para que se entienda el concepto.
Muchos hemos tenido la posibilidad de asistir a reuniones, donde algunas personas conmovidas por descubrir el mal camino que sus vidas han seguido pretenden cambiar. Es así que se acercan a un escenario o púlpito y hacen una oración de reconocimiento del Salvador y se comprometen a seguirlo. Todo lo cual por supuesto en principio es muy bueno. Pues mal puede una persona cambiar su vida si primero no reconoce que mal ha obrado hasta ese momento. El problema que vemos es que en la mayoría de las ocasiones, esa persona no recibe la indicación de que para que su reconocimiento sea válido, debe rectificar el mal obrado.
Pensemos por un instante en un ladrón de vehículos que se conmueve por una predicación grandiosa, se acerca al estrado del predicador, hace una oración y se compromete a seguir a Yeshúa. Todo muy bien. Pero la verdadera teshuvá (el verdadero arrepentimiento) requiere que la persona repare el daño ocasionado. Un ejemplo conocido por todo cristiano lo explicará mejor que mis palabras. Veamos Lucas 19:8
“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.”
Todos conocen este pasaje. Zaqueo que, aunque no la haya practicado, conoce la justicia de la Toráh (Instrucción) sabe que no alcanza con hacer una oración frente a un estrado. Sino que si no hace reparación (Tikún en hebreo) su supuesta conversión son sólo palabras huecas.
Esto es lo que estamos viendo en el pasaje de Génesis con Judá. Recordemos que fue él quien promovió la venta del hermano, Génesis 37:26-27
“Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.”
Confrontado con lo que ha sido su mal obrar en la vida, no sólo se arrepiente de lo hecho, sino que además se coloca en lugar de Benjamín para que no sea tomado como siervo, Génesis 44:33
“te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.”
Quizás no veamos la profundidad de las palabras de Judá. Pero él no está diciendo que Tsafnat Paneaj lo emplee como trabajador por un tiempo, o que se va a quedar a ayudar en su casa. Voluntariamente se ofrece como siervo.
¿Por qué esto es importante para nosotros? Porque a continuación de este “tikun” reparación que inicia Judá, es que su hermano José se revela. Si pensamos en los tiempos del fin, es fundamental el reconocimiento de la Casa de Judá, mayormente de los judíos, de lo que han hecho con el Mashíaj, para que este se revele a todos. En primer lugar a sus hermanos, las tribus de Israel y luego a todo el mundo.
Esta revelación será un punto de quiebre como no ha habido antes, pues el llanto será escuchado por todas las naciones; Génesis 45:2
“Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.”
Los egipcios están representando a todos los gentiles del mundo que también tendrán la revelación del Mesías de Israel y el faraón en este caso representa a los gobernantes del mundo.
Ahora vemos sí, que al igual que José no fue reconocido por sus hermanos la primera vez que ellos fueron y sí lo reconocen en la segunda visita. De igual forma aquellos que no lo reconocieron en su primera venida, lo reconocerán en la segunda.
Hay algo que quiero remarcar. El hecho de que se reveló como lo indica Génesis 45:1
“Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.”
Hay un punto muy importante en la profecía de Zacarías 13:1-2
“En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
Y en aquel día, dice YHWH de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia.”
Todos  conocemos las profecías que nos hablan de un encuentro final donde las naciones se dirigirán en contra del Ejército de Israel. Pero no nos preguntamos ¿Cómo es posible que tantos países se alíen en contra de esa nación? ¿Por qué por ejemplo es posible que Italia o España, por dar ejemplos, suban contra Israel?
La respuesta está en que no advertimos lo que Zacarías nos está diciendo. Antes de que las naciones suban en contra de Israel, habrá en esa nación lo que en América se llama por lo general, un avivamiento espiritual.
Habrá “…purificación del pecado y de la inmundicia…”. Pensemos por un instante en lo que ello significa. Por ejemplo la destrucción de discotecas, de lugares de recreación sexual, de mitines y agrupaciones de homosexuales. ¿Cómo pensamos que van a reaccionar los países de las democracias liberales occidentales?
Dice que “…quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados…”. Pensemos por un instante en lo que eso significa. ¿Saben las decenas de iglesias católicas, armenias, ortodoxas, etc. que hay en Israel? Cuando el avivamiento en Tierra Santa ocurra y todos esos centros de idolatría sean derribados y sus miembros emplazados a irse ¿Cómo creen que reaccionarán los países de los cuales ellos provienen?
Asimismo establece que “…y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia…” ¿Cómo reaccionará “el mundo” cuando los falsos profetas sean ajusticiados?
En ocasiones se espiritualiza demasiado las cosas y se olvida lo concreto de la palabra. Pues bien, este avivamiento, este volver de “Judá” por el santo camino, hará que sólo queden los verdaderos hermanos, Génesis 45:1
“Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.”
No quedará nada de la porquería y la inmundicia que ha contaminado a Israel y en ese momento, el cual comenzará con el acercamiento y reconocimiento de Judá de que ha ido por un mal camino, en ese momento así como José con sus hermanos, Yeshúa el Mesías de Israel se dará a conocer.
 

Parte 3  #

Las dos copas ofrecidas
Génesis 43:11 “Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente…mirra…”
Este es uno de los pasajes contenidos en la porción VaYgash (Y se acercó). Génesis 37: 25 nos dice también que los mercaderes que viajaban a Egipto llevaban mirra. También lo vemos en Éxodo 30, Ester 2 y muchos otros pasajes.
¿Qué es este producto y cuál es la importancia para que aparezca tantas veces en las Escrituras?
Es llamada לֹט lot, en hebreo, su consistencia es la de una goma. Este producto se elaboraba en muchos lugares de Asia Menor, entre ellos la famosa ciudad de Esmirna, la cual lleva ese nombre por el nombre griego de la mirra, Smirna. Principal producto de exportación de aquella ciudad.
Algunos de los usos importantes de esto en Egipto tenían  que ver  con el embalsamamiento de los muertos, la confección de papiros, fabricación de perfumes. Y también se usó como anestésico mezclada con vino.
En este último punto deseo detenerme. Pues se daba a las personas que se encontraban en sufrimiento, agonizantes, precisamente mezclada con vino.
Veamos el siguiente texto del evangelio de Marcos 15:23
“Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.”
A esta acción de mezclar vino con mirra, se le decía en griego σμυρνίζω (smirnídzo), lo cual se relaciona por supuesto con la palabra σμύρνα (smírna) que significa mirra.
Una de las características que tenía este vino mezclado con mirra era su sabor amargo.
¿Por qué esta cuestión del sabor resulta importante?
Porque en el evangelio de Mateo este episodio aparece así, Mateo 27:34 “le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero  después de haberlo probado, no quiso beberlo.”
Y cualquiera puede llegar a pensar que le ofrecieron bebidas distintas en cada evangelio y pensar que existe algún tipo de contradicción.
Sin embargo, la realidad es que lo que le dieron a beber seguramente fue el vino económico de los soldados. Esto en muchas ocasiones es llamado “vinagre”, es el ὄξος (ócsos), un vino económico que se mezclaba también con agua.
¿Y cómo se explica aquello de “hiel”?
En este caso la palabra empleada es χολή (jolé). Que significa sencillamente “amargo”, como la bilis. O sea “vino barato mezclado con algo que lo deja amargo”, en griego οἶνον μετὰ χολῆς (óinon metá jolés)
Y como expliqué más arriba el vino mezclado con mirra, el ἐσμυρνισμένον οἶνον (esmirisménon óinon), tenía un sabor amargo. Como pueden ver el “vino mezclado con mirra” de Marcos,  es el  “vino barato mezclado con algo que lo deja amargo” de Mateo.
La pregunta que debe seguir es ¿Por qué lo rechaza Yeshúa?
Todo texto de las Escrituras tiene más de una línea de interpretación, en la inteligencia del llamado PaRDéS.
Para comprender esta cuestión, debemos recordar un pasaje previo:
“…la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?…” Juan 18:11
Cuando Yeshúa profirió estas palabras, lo hizo para que sus discípulos no se opusiesen al principio de consumación de su sacrificio. Recordemos que Él había orado al Padre en los siguientes términos, Mateo 26:39
“…Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.”
O sea que estaba establecido, que Él debía beber de la copa de su sacrificio, en forma completa.
Y como expliqué más arriba, la mezcla de vino con mirra, tenía como función reducir los dolores, los padecimientos del condenado.
Como pueden ver, Yeshúa eligió el sufrimiento completo para pagar por los pecados de todos aquellos que fueron, son y serán salvos.

Parte 4 #

NO TE APENE EL HABERME VENDIDO
 
Génesis 45: 4-5 “Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió YHWH delante de vosotros.”
La imagen de José como sombra de Yeshúa, es una de las más notorias en la Toráh. Prueba de ello es que, detrás de la mayoría de los versículos, encontramos indicios que nos muestran a Nuestro Salvador.
En los versículos que arriba cité, podemos ver varias cuestiones, si es que nos dirigimos, al trasfondo espiritual que componen.
Yendo por parte, lo primero que debemos advertir es que la situación se está desarrollando en Egipto y frente a José.
El ámbito espacial resulta importante, por cuanto no se trata de algo que acontezca en la tierra prometida. Pues Egipto es una representación del mundo. Este lugar donde nos encontramos la mayoría de las ovejas de Israel, algunas perdidas, otras encontradas.
Pensando en términos humanos, alguien podría imaginar que la forma ideal de encuentro del Mesías con su Pueblo, sería en la tierra prometida. Dentro de los límites establecidos para la nación especial.
Sin embargo, sabemos que el Mesías fue aceptado en parte en Judea y las áreas circundantes. Pero luego la muchedumbre de creyentes, se llenó con la infinidad de estrellas que componen los millones de israelitas esparcidos por el mundo. Y los que no siendo israelitas se acercaron a beber de la savia original.
O sea, el Mesías, del cual José es una representación, fue llevado y “vendido” a las naciones para encontrarse allí con sus fieles.
¿Debiera esto ser un motivo de pena, el hecho de que el encuentro no se produjo en la tierra prometida y por una mínima cantidad de gente?
Según la propia Escritura no. En lugar de ello, debemos alegrarnos. Porque si bien, el Hijo de YHWH fue quitado de su tierra, ello ha constituido el camino para nuestra vida. Si el Mesías, el Hijo de YHWH, no hubiese sido vendido a las naciones, usted y yo no lo habríamos conocido. Y estaríamos muertos.
“no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió YHWH delante de vosotros.”

Parte 5  #

Alegoría de José y las ovejas perdidas

Tanto en el pasado como en la actualidad, se ha considerado que la Tierra de Israel es el lugar más alto en tierra. Por supuesto que, geográficamente, existen hitos de gran altura, como el Everest o ciudades construidas en lugares que rozan el cielo como La Paz.
Pero, espiritualmente, se ha considerado que la Tierra Prometida y especialmente Jerusalén, se encuentran elevadas con respecto al resto de la geografía terrestre.
Por este motivo es que YHWH le dice no temas de descender a Egipto en Génesis 46:3 “…no temas de descender a Egipto…”
De igual modo, en Génesis 50, en sus vers. 7-8-9, hablan de subir al momento de las exequias de Jacob.
E incluso, en la actualidad, cuando se habla de emigrar a Israel, se habla de hacer aliyá, ascender.
Sin embargo, la Escritura de la porción VaYgash, nos presenta lo siguiente,
Génesis 46:31 “Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón,…”
¿Cómo se explica que estando José en Egipto y el Faraón también en ese país, se hable de ascender?
Alguien podría imaginar que se ha traducido mal. No es así, la palabra traducida como “subiré” es אֶעֱלֶ֖ה (heeléh), lo cual es el verbo Qal imperfecto, siendo traducido como se ha hecho.
La cuestión, si se piensa en términos de alegoría espiritual, hace al símbolo que constituye José como imagen de Yeshúa y el Faraón en estos casos como imagen del Padre, YHWH.
Pues el versículo 46:31 se completa con “…y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí.”
He aquí tenemos la presencia de Yeshúa, alegóricamente subiendo a la Majestad Celestial del Padre, para anunciar que las ovejas perdidas de la Casa de Israel y la Casa de Judá, han venido a aceptarlo como el Salvador.
Sea nuestro ruego que ese encuentro se produzca pronto.
*RICARDO*

Se permite la reproducción total o parcial mencionando al autor. Todos los derechos reservados.


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