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Porción llamada Koraj (Coré)

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Números 16:1 al 18:32
“Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre.”
Antes de comenzar con la reflexión de esta porción, pedimos al lector que lea desde el versículo 1 al 40 del capítulo 16. De este modo los comentarios que haremos se entenderán con mayor facilidad.
De esta primer lectura aprendemos que hubo una rebelión contra Moisés y Aharón producto de la cual murieron los rebeldes mencionados en los dos primeros versículos que hemos citados.
Pero lo que debemos preguntarnos es ¿Dónde se origina esta rebelión? ¿Cuáles son las causas que llevaron a estos hombres a levantarse en contra de Moisés y Aharón y que en última instancia se sublevaran en contra de YHWH?
Para poder entender el origen de esta disputa debemos adentrarnos en un tema que sabemos es poco estudiado en las religiones mayoritarias: las genealogías. Siempre hacemos hincapié en que las genealogías no están puestas en la Toráh en particular y en la Biblia en general, por una cuestión caprichosa, sino que las genealogías nos aportan un conocimiento sin el cual sería imposible entender los acontecimientos.
Para poder reconstruir esta historia deberemos citar pasajes del Génesis, Éxodo y Números. Comencemos por el Génesis.
Sabemos que el primer hijo que nuestro Patriarca Jacov tiene es Rubén. Este a su vez tuvo los siguientes:
Génesis 46:9 “Y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.”
Asimismo sabemos acerca de la descendencia de Rubén a través de Falú de Números 26:8
“Los hijos de Falú: Eliab.”
Lo cual se completa de la siguiente forma, Números 26:9
“Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram.”
Todo esto lo hemos compuesto en un cuadro genealógico para que se aprecie con facilidad. Con ello ya tenemos ubicados parte de los conspiradores. Ubiquemos ahora a los otros.
Génesis 46:11 “Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.” Similar a Éxodo 6:16 “Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari.”
Éxodo 6:18 “Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.”
Éxodo 6:20 “Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés.”
Éxodo 6:21 “Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri.”
Éxodo 6:22 “Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri.”
También a todo esto lo hemos colocado en un árbol genealógico. Véanse con atención las mismas.
 Yendo a la genealogía de los descendientes de Leví, podemos observar que Coré, Moisés y Aharón son primos. El padre de Moisés tío de Coré y el padre de Coré tío de Moisés. Con lo cual percibimos de inmediato la posibilidad de una disputa familiar  detrás del reclamo de Coré y sus seguidores.
Ahora bien veamos cuál es el planteo de estas personas, Números 16:3
“Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está YHWH; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de YHWH?”
Los términos en los cuales se plantea la discusión son los básicos que utilizaría cualquiera que quisiese argumentar. En primer lugar alabar a aquellos a los cuales se desea arrastrar y de inmediato lanzar la piedra a quien se desea destruir.
 “todos somos santos”, o sea todos somos iguales. No porque santidad signifique igualdad, sino porque bajo este planteo no existen diferencias entre las personas, algo así como un planteo de tipo democrático. Entonces si esto es así “por qué ustedes van a tener una posición de liderazgo”.
Es muy educativa para aquellos que tiene la tarea de ministrar las cosas de YHWH a los demás la actitud que asume Moisés, pues antes de entrar en cualquier clase de polémica inclina su alma, todo su ser, o sea derriba su carnalidad, ante aquel que conoce todas las cosas. Ello es lo que se nos dice en las siguientes líneas, Números 16:4
“Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro;…”
Ahora al pensar en lo que dijo Moisés y luego ocurrió debemos tomar en cuenta algo muy importante. El buen líder no quiere la destrucción ni la muerte espiritual de nadie. El buen líder busca que las personas refrenen su accionar maligno y depongan su actitud. El buen líder busca redirigir en la medida de lo posible las conductas humanas hacia la buena senda.
Moisés podría haber terminado el asunto de forma abrupta, podría haber pedido la intervención divina y que sean extinguidos los sublevados. Sin embargo adopta otra actitud:
Números 16:5 “…y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará YHWH…”
Números 16:7 “…delante de YHWH mañana…”
Números 16: 16 “Después dijo Moisés a Coré: Tú y todo tu séquito, poneos mañana delante de YHWH…”
De esta forma buscó Moisés que los sublevados reflexionaran. Así trató Moisés que tuviesen tiempo de examinar sus conciencias y quizás inclusive recibir el consejo de los seres amados para replantear la situación.
No tenemos certeza del momento del día en el cual la rebelión comenzó, sin embargo podemos interpretar espiritualmente lo siguiente. Durante la noche las cosas no tienen la claridad necesaria para contemplarse en su totalidad. Pero con la llegada de la luz de la mañana paulatinamente las cosas se ven con precisión cada vez myor. Con la llegada de la luz a los corazones de Coré y sus seguidores ellos podían contemplar el panorama de otra forma y rever su actitud. Quizás algún lector pueda decir, “pues bien, de hecho no sirvió porque la rebelión siguió su curso”.
Pero ello no es así, porque algo cambio.
Cuando leemos Números 16:1  y 16:27, podemos ver que alguien falta: On hijo de Pelet.
Está claro que este hombre reflexionó durante la noche sobre lo que habían iniciado y se dio cuenta que estaba equivocado. Las leyendas tradicionales dicen que fue la esposa de On quien lo ayudó en esta reflexión haciéndole ver lo equivocado de la postura asumida. Y es así que de ese modo cientos de personas también se salvaron.
Antes de continuar con el desarrollo de los hechos es preciso que demos a conocer las razones de este altercado.
Escribimos que para esto es fundamental tomar en cuenta las genealogías, ahora veremos por qué.
Escribimos en primer lugar la genealogía de Rubén pues ella nos conduce a Datán y Abiram. O sea estos hombres son descendientes de aquel hijo de Jacov. ¿Y por qué es esto importante? Recordemos un episodio de la vida de Rubén:
Génesis 35:22 “Aconteció que cuando moraba Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual llegó a saber Israel.”
Este es un versículo que al lector poco avezado se le pasa desapercibido. Sin embargo es importantísimo pues de él se desprenden consecuencias. Veamos, cuando Israel (Jacov) siente que su vida está pronta a acabarse, convoca a sus hijos y testifica y profetiza sobre ellos:
Génesis 49:3-4
“Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder.
Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
Por cuanto subiste al lecho de tu padre;
Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.”
Bajo estas palabras el Patriarca está estableciendo que ha quitado a su hijo Rubén los derechos de primogenitura.
Es más que probable que esto haya provocado en Rubén y sus descendientes un amargo rencor que fue trasladándose generacionalmente, estallando en los eventos de Datán y Abiram.
¿Y qué aconteció con Coré?
Pues algo similar, pues por un lado sus primos ocupan el lugar de preeminencia en la congregación, uno siendo el caudillo que condujo a Israel a la libertad y el otro siendo el Sumo Sacerdote del Altísimo. Asimismo hay un evento que puede significar la gota difícil de digerir en el alma de Coré. El hecho de no haber sido colocado al frente de la familia de los coatitas.  Recordemos el siguiente pasaje:
Números 3:29-30 “Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, al sur; y el jefe del linaje de las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel.”
¿Quién fue puesto como jefe de los decendientes de Coat?
Elizafán (o Elzafán)
¿Y por qué ello es importante?
Porque si vemos el árbol genealógico que hemos compuesto, veremos que este era un primo menor de Coré.
Recordemos este ya citado versículo, Éxodo 6:18
“Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.”
Este versículo nos está mostrando el orden de nacimiento de los hijos de Coat, con lo cual vemos que el padre de quien fuera puesto como jefe de los coatitas, fue el último de los hijos en nacer. Por ello Coré debió sentir en su mal interior lo siguiente: “cómo es que es colocado como jefe un primo menor mío y no yo”
Vemos que en ello, de acuerdo al instinto del mal que los hombres albergan en su interior, los acontecimientos han estado repletos de ambiciones personales no correspondidas con la realidad. También corresponde que nos hagamos una pregunta. ¿Por qué confluyen estos malestares en la gente?¿Cómo es que coinciden estas malignas voluntades?
La respuesta la hemos dado en el esquema que presentamos en la porción llamada Bamidbar, donde mostramos cuáles eran las posiciones de las tribus de Israel en el campamento:
 (Ver foto)
Observen la posición de los campamentos de Coat, en el cual están Coré y sus tiendas, y el campamento de Rubén, en el cual están Datan y Abiram.
Vemos de esta forma que es clara la cercanía entre los campamentos sublevados de lo cual se desprende la relación entre los mismos.
Quizás alguien se pudiese preguntar ¿Pero acaso YHWH no conocía los corazones de estas personas que los ubicó juntos?
Es que YHWH no obra conforme al pensamiento humano, sus pensamientos y planes son superiores a cualquier cosa que pudiésemos imaginar. En su infinita bondad y misericordia colocó juntos a aquellos que podían albergar sentimientos de resentimiento. Para que de esta forma en lugar de unirse para el mal, superaran juntos la hiel que traían.
Algún lector desprevenido podría decir que se equivocó. Pero ello no es así. Porque sólo una parte de la tribu de Rubén se sublevó. Y asimismo sabemos que los hijos de Coré no se sublevaron, Números 26:11 nos dice:
“Mas los hijos de Coré no murieron.”
 

Parte 2 #

Números 16:1 al 18:32
Ya analizados los porqué de la rebelión de Coré y sus seguidores es preciso que veamos algunos puntos que pueden pasar desapercibidos.
Veamos en primer lugar estos versículos, Números 16: 13 al 15
“¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.
Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a YHWH: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.”
Una correcta metodología hermenéutica indica con sencillez que cuando se analiza algún pasaje bíblico debemos preguntarnos qué se nos está diciendo en forma literal. O sea, antes de buscar aspectos profundos y ocultos de la escritura, lo que debemos hacer al principio  es ver con pureza lo escrito.
Hay preguntas que nos ayudan en esto: ¿Qué dice, cuál es el tema? ¿Con qué tono se está hablando? ¿Es una discusión, en qué términos se plantea? Lo que una de las partes dice ¿Qué reacción provoca en la contraparte? ¿Por qué este pregunta tal cosa y el otro le contesta tal otra? O bien ¿Qué dijo tal persona? ¿Por qué lo dijo?
Todo esto ayuda a comprender el nivel literal de la escritura, el llamado peshat en hermenéutica hebrea.
Si hiciésemos este pequeño ejercicio en los 3 versículos transcriptos veríamos que las dos preguntas que hacen los sublevados son un poco difíciles de entender, pero es la repuesta dada por Moisés a la cuestión la que indica qué trataban de echarle en cara.
El primer interrogante (en tono de discusión por supuesto) habla de un supuesto señorío de Moisés sobre toda la Congregación de Israel. No nos olvidemos que los que están hablando son hombres con autoridad pertenecientes a otra tribu. Donde dice “… te enseñorees de nosotros imperiosamente…” la frase original habla de que Moisés se coloque a sí mismo como un príncipe sobre ellos.
El segundo interrogante del versículo 14  habla de que Moisés llegue a despojar de sus ojos a los hombres. Es obvio que se está hablando en sentido figurado. Diríamos en castellano ¿Me quieres quitar los ojos también?
Pues bien como escribimos las preguntas encuentran su respuesta en la contestación de Moisés, la cual en realidad no es una contestación hacia esos hombres sino una plegaria elevada a YHWH pidiendo que sus ofrendas no sean recibidas con agrado. Y agregando, lo cual responde toda la cuestión, la siguiente frase:
“…ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.”
Pues esta gente se está valiendo de la situación creada para reprochar una supuesta intencionalidad de parte de Moisés de transformarse en Príncipe de Israel acumulando injustamente los bienes de su Pueblo.
Como verá el lector este es un pequeño análisis del aspecto literal de las Escrituras para que vaya adquiriendo la metodología adecuada de interpretación. Pues no podemos ahondar en otros niveles interpretativos, tales como la alegoría o el nivel profundo o secreto (remez, sod) sin antes con sencillez entender lo que se nos está diciendo.
Continuando con la reflexión debemos aclarar que no relataremos lo que cualquiera puede leer, dejamos al lector la lectura concentrada de todos los versículos de la Parashá. Pero sí brindaremos pautas para poder analizar  los eventos.
En el versículo 19 se nos dice que apareció a la vista de la Congregación la Gloria de YHWH. La misma que vio Moisés en la hendidura de la peña en Éxodo 33, la misma que anunció Moisés en la murmuración de Éxodo16, la misma que reposó sobre el Monte Sinaí y lo cubrió durante seis días en Éxodo 24, la misma que cubrió el Mishkán (Tabernáculo) según aprendemos de Éxodo 40.
Asimismo como toda la Congregación se había juntado frente al Mishkán surge la amenaza de destrucción por parte de YHWH, lo cual es atemperado gracias a la intercesión de Moisés y Aharón.
Frente a la indicación de Moisés de que el Pueblo que no comparte la idea de sublevación se aleje de estas personas y sus tiendas el versículo 27 nos aporta un dato importantísimo, veámoslo:
“Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos.”
Por supuesto que la mayoría conocemos la historia, pero por conocida no significa que la sepamos con la profundidad necesaria ni con la precisión adecuada. Pues si a algún lector imprevisto le preguntásemos quiénes murieron producto de la sublevación, nos diría que Coré, Datán, Aviram y todos los suyos. Sin embargo sabemos por los Salmos que los hijos de Coré se salvaron. El versículo 27 que hemos trascripto ¿Nos da alguna pauta de que esto haya sido así?
Sí, pero debemos atender, estar atentos a lo que leemos. Pues el versículo 27 nos dice cuáles hijos estaban allí: “…y Datán y Abiram…” “…con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos…”
Los hijos de Coré no estaban junto a su padre ni junto a las tiendas, por lo cual ellos no murieron ni sus hijos. Como sí ocurrió con los de Datan, Aviram.
El versículo 30 nos habla del gran evento que ocurrió el cual nadie había visto jamás.
16:28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que YHWH me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.
16:29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, YHWH no me envió.
16:30 Mas si YHWH hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a YHWH.
16:31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos.
16:32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes.
16:33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra,
*RICARDO*

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