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🟢 Yeshúa es el Amén

Reflexión a Juan 8:58
Corresponde a una correcta metodología de estudio que en primer lugar citemos el versículo al cual hacemos referencia, veamos Juan 8:58
“Yeshúa les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
¿Qué pensaría el lector si le explicásemos que en las primeras 9 palabras del versículo está contenida la idea de que Yeshúa es Elohim?
Claro, en las siguientes palabras del versículo hasta para el creyente más novato es evidente que si el Maestro dice que existió antes que Abraham, debe tener alguna característica divina que le permitió existir antes de su nacimiento virginal. Pero por ahora nos referimos sólo a las siguientes palabras:
“…De cierto, de cierto os digo…”
Sí, aunque pueda sorprender como escribimos más arriba, en estas palabras citadas está contenida la naturaleza divina de Yeshúa. Pero para poder entender por qué, debemos previamente analizar algunos textos que conocemos y otros que no.
Partamos de algo conocido. El siguiente texto perteneciente al libro de Revelaciones (Apocalipsis) resulta fundamental para poder entender la reflexión, veamos Apocalipsis 3:14
“He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de YHWH,…”
De la lectura del contexto en el cual se inserta este versículo entendemos que quien está hablando es obviamente Yeshúa. Entonces qué está diciendo de sí mismo: que es el “Amén”, esta declaración no es poca cosa. Más allá de que la palabra amén se encuentra prácticamente cerrando todas las oraciones proferidas por aquellos que creen en el Elohim de Israel, la palabra en sí misma declara algo importantísimo.
Lo que ocurre es que en hebreo son muy comunes los llamados acrónimos, estos son palabras formadas por las primeras o últimas letras de otras palabras. Si bien lo hemos explicado en otras ocasiones, no está demás refrescarlo.
Por ejemplo cuando Yeshúa dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida…”, lo que estaba diciendo también es “Yo soy Elohim”. ¿Cómo es esto? Pues bien, hay que entender el acrónimo escondido detrás de las palabras, pues veamos cómo estas se escriben en hebreo:
Verdad:          אֱמֶת     (Strongs 571)                       א
Vida:              חַיִּ֔ים     (Strongs 2416)                     ח
Camino:        דֶּ֖רֶךְ      (Strongs 1870)                      ד
Sabemos que esto puede resultar un poco difícil cuando no se conoce el hebreo pero hagamos un pequeño esfuerzo. Obsérvese las letras que hemos puesto aparte, las cuales son la primer letra hebrea con que comienza cada palabra de las anotadas.
Si transliterásemos el sonido estas palabras serían: Verdad: Emet    Vida:   Jaym   Camino: Derej
Con las primeras letras que hemos resaltado se forma la palabra EJaD, lo cual en hebreo significa “Uno” אֶחָד  (Strongs 259).
¿Y por qué esto es importante? Porque la declaración de Fe primaria del Pueblo de Israel es la que está presente en Deuteronomio 6:4
“Escucha Israel: YHWH nuestro Elohim, YHWH es Uno.”
O sea cuando Yeshúa dijo esas tres palabras refiriéndose a su persona, en un ámbito de interpretación secreta estaba diciendo: Yo soy Uno. O sea Yo soy YHWH.
Pues bien, resulta que AMéN también es un acrónimo muy conocido en la cultura hebrea y el judaísmo, pues significa: Al  Melej    Neemán. Lo cual surge de las 3 letras hebreas que conforman la palabra. ¿Y qué significan esas palabras? Algo así como: Elohim Rey en quien confiamos o algunos lo traducen como Dios Nuestro Rey en quien confiamos.
Se opte por cualquiera de las dos traducciones lo importante es que Yeshúa en el libro de Revelaciones (Apocalipsis) nos está diciendo que al ser el Amén, Él es Elohim.
Bueno, retomemos la cuestión, la reflexión se basa en el contenido del versículo de Juan 8:58
“…De cierto, de cierto os digo…”
¿Y por qué decimos que en estas palabras está contenida la naturaleza divina de Yeshúa?
En castellano jamás lo veríamos, pero esta vez no es necesario ir al idioma hebreo. Aun cuando sabemos que el evangelio llamado de Juan fue escrito originalmente en hebreo, su traducción al griego fue bastante fiel. Y ello ocurre porque hay ciertas palabras hebreas que, al no existir originalmente en el idioma griego, se transliteraron del hebreo al griego. O sea cuando tradujeron del hebreo al griego a esas palabras las pusieron tratando de asemejar su sonido. Y ello ocurrió también con este pasaje. Veamos todo el versículo en griego, Juan 8:58
 “Εἶπεν αὐτοῖς ὁ  Ἰησοῦς , Ἀμὴν ἀμὴν λέγω ὑμῖν , πρὶν Ἀβραὰμ γενέσθαι , ἐγὼ εἰμί.”
No es necesario que el creyente sepa leer griego para que pueda observar lo siguiente:
¿Cómo se escribió originalmente en griego la frase “De cierto, de cierto os digo”?
Ἀμὴν ἀμὴν λέγω ὑμῖν
Profundicemos un poco más la cuestión ¿Cómo fueron escritas en griego las palabras “De cierto, de cierto”?
Ἀμὴν   ἀμὴν   ¿Conoce el lector estas palabras?
Veamos Apocalipsis 3:14 “He aquí el Amén…” ¿Cómo se escribe esto en griego?
ὁ Ἀμήν
Como escribimos más arriba, no es necesario ser un traductor del idioma griego para ver que es la misma palabra: ἀμήν (Strongs 281), o sea la palabra “Amén”.
Entonces el versículo de Juan 8:58, en una versión más ajustada al original debió traducirse de esta forma:
“Yeshúa les dijo: Amén amén os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
Antes de que sigamos adelante alguien podría preguntarse ¿Y por qué no lo tradujeron correctamente? La cuestión es que no está mal traducido, de eso se trata una “versión”, de traducir las cosas de una determinada forma en que el traductor lo ha entendido. No se hace por mala voluntad, sino que de la abundancia del corazón habla la boca. Y cuando la persona se encuentra dentro de los límites de su creencia, sólo puede hablar de lo que su pensamiento puede abarcar. Quien piensa como romano, hablará como romano, quien no conoce las profundas raíces hebreas de la Fe, sólo alcanzará a poder expresar una mínima versión de lo que las Escrituras tienen para contar.
Prosiguiendo con el análisis ya hemos visto que en la expresión original se repite la palabra Amén. Esta repetición se da 26 veces a lo largo del evangelio llamado de Juan, lo cual no es casualidad siendo que este evangelio fue escrito por un sacerdote.
Habíamos visto que la palabra AMéN en hebreo es un acrónimo que significa Elohim Rey en quien confiamos. Debemos entender que un Rey es alguien que se sienta en un trono. La imagen que alguien puede representarse de un Rey sentado en un trono y sus súbditos parados es correcta. Pues en la presencia del Rey no debería poder sentarse otras personas, representando el estar sentado la imagen de la dignidad real. En el judaísmo siempre se ha hecho la descripción de los cielos con YHWH sentado y los ángeles ministrando parados, siendo una transgresión que se paga con la muerte pensar que alguien pudiera estar sentado ante la presencia del Altísimo. Sólo un Rey se sienta en un trono. ¿Pero qué nos dice el versículo de Juan 8:58?
Por supuesto:¡¡¡Que hay dos AMéN!!!
Nos está diciendo que hay dos que se sientan en tronos.
Ahora revelaremos para nuestros amigos que provienen fundamentalmente del cristianismo, la existencia de un texto judío que seguramente desconocen.
Un Sidur es un libro de oraciones. Este contiene las oraciones que se hacen en la sinagoga en cada encuentro importante del año, los llamados Moedim, las Convocaciones Santas y Solemnes. La parte correspondiente a la celebración conocida como Yom Teruáh (toque de trompetas) o Yom HaZikaron (Día del Juicio) o como se conoce en el judaísmo Rosh Hashanna tiene en el Sidur como oración para este momento la siguiente:
“Que sea Tu voluntad que el toque de esta trompeta llegue hasta el tabernáculo de Elohim mediante nuestro delegado Tartiel, cuyo nombre Elías –bendita sea su memoria- le ha sido dado, y mediante Yeshúa el Príncipe del Rostro y el Príncipe Metatrón, y que la gracia sea nuestra. Bendito seas Tú, Señor de Gracia.”
Nuestros paisanos judíos que durante 364 días del año se la pasan negando a Yeshúa, en el Día del Juicio piden que les llegue la gracia a través de Yeshúa, quien también es llamado Príncipe del Rostro y Príncipe Metatrón. Eso sí, si alguien pregunta quién es este Yeshúa hasta puede ser expulsado. Se lo nombra y nunca más se vuelve a hablar de él.
Pero el texto nos muestra dos formas en que es llamado, ahora analizaremos la segunda: Metatrón. Si bien en otras ocasiones hemos escrito sobre ello, queremos recordar lo que significa.
La palabra Metatrón, obviamente una palabra griega empleada por el judaísmo bien de la unión de dos palabras griegas: meta y thronon. Y significa “el que sienta en el trono”.
En el S.XIX el Rabino de Estocolmo escribió lo siguiente acerca de él:
“Metatrón es la persona más cercana a Elohim, sirviéndole; por una parte es su confidente y delegado, por otra parte es representante de Israel delante de Elohim… Metatrón también es conocido como Sar Ha-Panim, el Príncipe del Rostro o simplemente El Príncipe y se sienta en la cámara más cercana a Elohim (penim). El valor numérico de Metatrón es el mismo que El Shaddai, el Omnipotente…”
Con respecto al último punto sencillamente diremos que en el idioma hebreo es costumbre el reemplazo de las letras por su valor numérico. Luego de este reemplazo se suman los valores y da un resultado que es el número que identifica a la palabra en cuestión. En el caso que nos importa el valor numérico para Metatrón (314) es el mismo que para Shaddai (314). Con lo cual Metatrón y el Omnipotente son similares.
Pues bien he aquí la confirmación de la existencia de alguien que se sienta en un trono al lado de YHWH Padre.
Como escribimos al principio en esas sencillas palabras del versículo de Juan estaba contenida la idea de los dos poderes, de los dos que se sientan en un trono en los Cielos.
Ricardo
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