Ir al contenido

🟢 RECHAZANDO LOS TOROS Y GUIRNALDAS

RECHAZANDO LOS TOROS Y GUIRNALDAS #

Es una realidad, que los textos del nuevo testamento, no han sido estudiados en general desde una perspectiva de las raíces hebreas.
Producto de esta carencia, es que gran parte de las enseñanzas que se obtienen de los mismos, no están disponibles para la mayoría de los creyentes. Es cierto que un pequeño grupo de estudiosos, en sus apuntes personales, lo han hecho. Pero poco de esto sale a la luz y es compartido con el resto.
Vamos a analizar hoy parte de un capítulo del libro de los Hechos, específicamente el número 14.
Los eventos que ahora importan ocurren en Listra, ciudad de Licaonia. Esta región, un tanto alejada de las urbes más importantes del imperio romano, tenía la característica de conservar la mitología grecorromana y regir su vida religiosa por esas idolatrías. Pero un detalle interesante es la existencia de una lengua propia que no era parte de las lenguas hermanas de la koiné glossa. Verán, en aquellos tiempos, varias eran las lenguas habladas en aquellas regiones del imperio romano. La lengua común era, por supuesto el griego llamado koiné glossa, un poco diferente del griego clásico, el cual aprendemos cuando traducimos a los grandes historiadores y filósofos de la antigüedad. También en los círculos de poder se manejaba el latín. Y en reducidos ámbitos algunas lenguas locales. Este es el caso de la llamada “lengua licaónica”. Para que se entienda la cuestión. Hoy, en algunos países andinos de América, se hablan lenguas muy antiguas, vinculadas a los pueblos que han vivido en esas regiones desde hace cientos de años. Tal el caso del quechua y el aymara. Pero también en esos lugares se habla castellano, producto de la llegada de los españoles a nuestras regiones. Otro ejemplo lo tenemos con la lengua guaraní, hablada en Paraguay, sur de Brasil y parte de Argentina. En todos esos lugares la lengua que los une con el resto es el castellano. Sin embargo, regionalmente, el guaraní se sigue hablando.
Por ello imaginemos la siguiente situación. Que dos predicadores españoles, madrileños por caso, dan su mensaje en la zona de Guazú Cuá en Paraguay, y lo hacen en idioma castellano con acento madrileño. Los oyentes van a entender el mensaje. Pero si estos paraguayos, comienzan a hablar en guaraní, será prácticamente imposible que los predicadores entiendan lo que dicen.
Estos es lo que ocurrió, en aquella ciudad donde Pablo y Bernabé llevaron la palabra.
Bajo una manifestación sobrenatural del poder de YHWH, por conducto de Pablo, un paralítico de nacimiento caminó por primera vez. El texto refiere que Pablo:
14: 10 “dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.”
Frente a lo cual ocurrió lo siguiente con los presentes:
14: 11 “Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.”
La cuestión es que ni Pablo ni Bernabé, hablaban esa lengua y no entendieron al principio, lo que estas personas decían. Consecuencia de este error pagano es que:
14: 12 “Y a Bernabé llamaban júpiter, y a Pablo, mercurio, porque este era  el que llevaba la palabra.”
Era muy común en la antigüedad, que las personas pensasen que los dioses, asumiesen formas humanas para confundirse entre las personas. En el libro La Odisea escrito por Homero, vemos a la diosa palas atenea tomar forma de hombre y mezclarse con Telémaco, el hijo de Ulises.
¿Por qué confunden a nuestros hermanos con esos dioses?
En el caso de Bernabé le dicen júpiter porque era más alto que Pablo y seguramente de facciones más apuestas o postura similar a esa deidad pagana.
En el caso de Pablo lo confunden con mercurio, por ser el dios que tenía el don de la elocuencia. Y es Pablo precisamente quien tomó la palabra.
Pero debemos entender que, para estas personas, lo que había acontecido, si bien era una posibilidad dentro de su idolatría, no fue algo sencillo de digerir. Dentro del paganismo idólatra la llegada de dioses no era algo menor. Por lo cual, si no se hacían los sacrificios y honores respectivos, el resultado podía ser catastrófico para la ciudad y sus habitantes. El resultado que podía esperarse, de esta confusión idolátrica llegó al siguiente extremo:
14: 13 “Y el sacerdote de júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.”
En el paganismo griego, al sacrificar toros a los dioses, se adornaban sus cuernos con guirnaldas hechas de lana blanca con hojas y flores. En los relatos de Homero (La Ilíada y la Odisea), las guirnaldas en ocasiones tienen láminas de oro.
Finalmente el conocimiento de lo que estaba pasando, llega a los apóstoles, cuya respuesta vemos en el siguiente versículo:
14: 14-15 “Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Elohim vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.”
El acto de rasgar las ropas, indica por supuesto el rechazo de los hermanos, ante la demostración pagana.
En esto me hago una pregunta ¿Cuántos de los monigotes actuales de internet rasgas sus vestiduras cuando las personas los endiosan? Me refiero a esos personajes, tan afectos a la adoración y reconocimiento del público, que comercian el evangelio a cambio de piezas de plata.
Debemos constantemente, tener la práctica mental, de rasgar nuestro interior en el momento en que dejamos de dar la gloria al Elohim Altísimo y la tomamos para nosotros.
Es interesante lo que Pablo les dice, donde ha sido traducido somos hombres semejantes a vosotros, en griego les dice que ellos tienen “ὁμοιοπαθής” (jomoiopazés) afecciones similares a ellos. O sea les ocurren afecciones interiores, tristezas, miedos, incluso enfermedades, iguales que a ellos. Y tienen que comer igual que ellos.
Y esto nos lleva a tener los ojos abiertos a una “enfermedad” entre líderes religiosos: tratar de que la gente los vea como seres superiores. Incluso haciéndose los humildes. Hay pastores y líderes, que pretenden dar una imagen de humildad e igualdad con los hermanos que les toca pastorear, pero en su interior se sienten más cercanos a YHWH.
Lo que estas personas hacen, es típico de la adoración grecorromana. Esas vanidades son cosas sin fundamento ni propósito. Es interesante, que la palabra hebrea que se usa para referirse a vanidad, también significa vapor. O sea algo que desaparece sin dejar rastro.
Hasta aquí lo escrito, es un racconto de lo que en los versículos podemos ver. Podría agregar cuestiones históricas o geográficas, pero creo que el punto en cuanto al sentido peshat, literal de las escrituras, se encuentra cumplido.
Deseo ahora, que nos movamos en el sentido alegórico de las mismas. En el nivel remez.
Existen muchos símbolos contenidos en el texto, debemos aguzar la vista y asimilar lo que de ellos podemos recibir.
¿Qué hizo el sacerdote pagano, según vemos en Hechos 14: 13?
“trajo toros y guirnaldas delante de las puertas”
En muchas ocasiones, las puertas constituyen un símbolo del portal de ingreso a nuestro entendimiento, a nuestras almas, a nuestros corazones como se diría en la antigüedad.
Pensemos que los toros, las guirnaldas, el oro, fueron colocados frente a las puertas. Pero ello no ingresa, si no hay un permiso de parte nuestra.
Por esto, debemos analizar si aún tenemos vanidades en nuestro interior. Si tenemos guirnaldas de oro y toros frente a nuestras puertas, es momento de rechazarlo, de forma tal que nuestras puertas estén libres para Yeshúa. Pensemos inclusive, en las personas que aún no se han consagrado a Yeshúa. Él dice “yo estoy a la puerta y llamo”, si la puerta está bloqueada por toros con guirnaldas de oro, Él no puede ingresar.
Muchas personas, teniendo la posibilidad de abrir las puertas para el ingreso de Yeshúa en sus vidas, entorpecen el paso con sus toros y guirnaldas.
Pero hay algo más que en esto no debemos olvidar. Y es lo que espiritualmente se esconde detrás. La cuestión de las huestes de las tinieblas, del mal presente en la idolatría y lo que ella acompaña. Quien adora ídolo, adora demonio. No es muy complicado recordar el siguiente pasaje del Salmo 22:12
“Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.”
Espiritualmente, el texto del salmo 22 se vincula con lo que vivió Nuestro Señor en la cruz, cuando las huestes demoníacas lo rodearon, en la vana pretensión de que iban a vencer.
Recordemos que los toros con sus guirnaldas van a pretender cerrar las puertas al ingreso del Mesías en los corazones.
Si entendemos que algo así está aconteciendo con nuestras vidas, la solución está a la mano,
14: 14 “rasgaron sus ropas”
La única respuesta posible es rasgar nuestro interior, romper la coraza del entendimiento. Abrir la conciencia para que no termine cauterizada. Arrepentirnos frente al Creador y volver a caminar, en la firmeza y convicción de que Él es Fiel para sanar completamente nuestras vidas. Caminando libres al encuentro del Señor.
*RICARDO*

Se permite la reproducción total o parcial mencionando al autor. Todos los derechos reservados.

Powered by BetterDocs