
Parte 1 #

Parte 2 #

Parte 3 #
Nuevamente, debemos estar atentos a eventos proféticos, que nos llegan de la mano de las pruebas que soportó José.
Pero comenzaré con la profecía, para luego ir a Génesis y luego al evangelio.
Recomiendo la lectura integral del salmo 22, bajo la perspectiva de ser un relato cabal de lo que el Mesías vivió, pensó, sufrió y habló.
Salmo 22:18 “Repartieron entre sí mis vestidos,…”
Usted conoce este versículo y su cumplimiento con Yeshúa.
Por desgracia, hay muchos que, en su afán de negar al Mesías, tratan de inventar explicaciones. Estas falsas argumentaciones van desde pensar que se trata de una figura de la nación de Israel, otros dicen que se trata de una imagen de Ester y el delirio que se le ocurra.
Sin embargo el propio salmo nos muestra con claridad que se trata de los padecimientos de un hombre. Y no un hombre cualquiera, sino YHWH mismo hecho hombre para pagar por los pecados de la Humanidad.
Y esto no es un invento de Ricardo. Pues hasta en las Biblias en castellano, puede encontrarse la idea del sacrificio, contenida en el propio comienzo del Salmo.
Como sé que pasa desapercibida lo explicaré.
Cualquiera puede leer en su Biblia las siguientes palabras:
“Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.”
Como escribo, si nadie lo explica no se percibe, no se ve.
Pues bien las palabras “Ajelet-sahar”, son las palabras en hebreo אילת השחר (ayelet hasajar), esto significa “el cordero del amanecer” o “el sacrificio de la mañana”.
Todo el salmo 22 nos habla del cordero de YHWH que quita el pecado del mundo.
Y una de las cosas que ocurren, en la prueba que el Hijo de YHWH debió soportar, es haber sido humillado al ser despojado de sus vestiduras. Pues los condenados a la cruz, eran despojados y solamente quedaba resguardado, el pudor con un mísero paño.
A esto lo vemos en el siguiente evento profético de la vida de José:
37:23 “Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica,…”
Antes de condenarlo a la caída en el pozo, de lo cual más adelante hablaré, sus hermanos lo despojaron de la dignidad que podía quedarle y lo arrojaron desnudo. De igual manera, Yeshúa, despojado, es arrojado a la muerte por sus verdugos y entregadores.
Lucas 23:34 “Y Yeshúa decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.”
