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Porción “e imploré” (VaEtjanán)

 
 
 

Porción “e imploré” (VaEtjanán) –

Parte 1 #

Deuteronomio 3:23 a 7:11
La porción de esta semana comienza con fuertes palabras. Pero esta vez no se trata de palabras de amonestación. Sino que se trata de palabras de súplica pronunciadas por Moisés. Si bien en castellano en la versión Reina-Valera dice “Y oré…” Tanto la Biblia de las Américas como la Biblia de Jerusalén dan una traducción más fiel de las palabras pronunciadas por el caudillo.
Deut. 3:23-25 “Y oré a YHWH en aquel tiempo, diciendo: Señor YHWH, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?  Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. “
Biblia de Jerusalén Deut. 3:23 “Entonces supliqué así a…”
Biblia de las Américas: “Yo también supliqué al SEÑOR en aquel tiempo, diciendo:…”
Me he tomado el tiempo de buscar una corrección a la traducción porque no quiero que se pase por alto el contenido profundo de este versículo.
Pero me refiero no sólo a una profundidad teológica. Sino a la profundidad sensitiva. A la súplica sentida, al dolor interior de Moisés expresado en esa súplica.
En ocasiones  tomamos estos pasajes con ligereza. Pero tenemos en ellos una muestra cabal del interior de una persona. Alguien que ha tenido una misión en la vida, la cual ha llevado en definitiva a buen término. Ha conducido la liberación de su Pueblo de las cadenas de la opresión, los ha dirigido por el desierto y, en los finales momentos, cuando el resultado se encuentra a las puertas, no puede gozar, disfrutar con ellos el ingreso a ese lugar deseado.
Nuestro idioma, el castellano, es muy rico en su lenguaje. Una de las riquezas es la etimología, el origen de las palabras. La palabra suplicar proviene del latín “supplicare”, vocablo compuesto por el prefijo sup, lo cual significa “debajo”y plicare de lo cual surge por ejemplo la palabra “plegar”. La imagen que debe darnos la palabra suplicar es la de algo que se tiende (o extiende como se dice en algunos países) por debajo de otra cosa. O sea que cuando alguien suplica se está colocando por debajo de aquel a quien suplica y aplastado contra el mismo piso. ¿No es cierto que ahora la acción de Moisés tiene mayor valor?
En una traducción libre por nuestra parte podría escribir: “En aquel tiempo yo también me humillé frente al Señor, con mi cara frente al polvo, debajo de su Majestad, implorando…”
Y qué fue lo que imploró Moisés:
“Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.” Vers. 25
Aquí el uso de las palabras de nuestro idioma mejora, pues es muy agradable la frase “…aquel buen monte…”. ¿Qué palabras más hermosas que estas podrían haberse usado para hacer referencia al Monte santo donde luego se edificaría el Templo?
En esta primera reflexión deseo poner la atención en un aspecto importante. El hecho de que no siempre nuestras oraciones encontrarán la respuesta que nuestras mentes desean.
Hoy en algunas se está ofreciendo un evangelio del éxito. Un evangelio donde pareciera que el creyente accede a un conjunto de fórmulas mágicas para conseguir lo que desea en la vida.
Demos una pequeña mirada a algunos títulos que aparecen en catálogos de libros religiosos: “alas para tu economía”, “deje volar sus sueños”, “depende de ti”, “entusiasmo la fuerza que hace la diferencia”, “los asombrosos resultados del pensar positivo”; y unas cuantas tonterías más. Esos títulos que en otros tiempos harían pensar en la corriente de pensamiento llamada Nueva Era, hoy son los títulos buscados en las librerías religiosas. Como escribí más arriba, las preocupaciones de quien busca una lectura pasan por el logro de supuestas metas personales y económicas. ¿Es este el mensaje que nos transmiten las escrituras?
La corriente del mundo ha penetrado con tanta fuerza que se han confundido las aguas. Y en esa mezcla de aguas podridas, servidas e inmundas, con la pureza de las Escrituras, ha salido esta infecta plaga que azota las mentes de los creyentes.
Debemos volver al mensaje primero que recibimos.
Sabemos que la respuesta dada por YHWH a Moisés fue esta: “…no pasarás el Jordán.”
Como escribí, no importa la vehemencia con la cual se implore. Si ello no es conforme a la voluntad del Creador, no se espere una respuesta acorde a nuestros deseos.
Ahora bien. ¿Necesariamente el no hallar la respuesta deseada conduce al “fracaso espiritual”, parafraseando a los libros que citamos?
Por supuesto que no, simplemente nos ubica en una realidad de acuerdo a los deseos de aquel que nos sustenta. Lo que ocurre es que a veces el creyente se comporta interiormente como niño, procurando obtener sí o sí lo que desea.
Moisés sigue siendo nuestro maestro en estas cuestiones, pues dos versículos después de estos eventos narrados, comienza la exhortación al cumplimiento de los mandamientos y ahí sí se nos otorgan las verdaderas fórmulas para una vida en plenitud.
Pudo haber tenido una mirada “negativa”, escribir que “no se preocupen en orar y suplicar que no obstante no van a encontrar respuestas…”. Sin embargo no se trata nuestra vida de respuestas parciales a ciertas necesidades. Pues somos llamados a una vida que trasciende los límites de los años que físicamente nos toque vivir.
Moisés comprendió que en un futuro, luego de la resurrección, tendría también su lugar en el mundo venidero. En esta ocasión no se le permitió entrar, pero su lugar en el maravilloso plan de YHWH estaba lejos de concluir. ¿Cómo podemos explicar esto?
Está contenido en los mismos versículos citados, sólo que como muchas veces, se escapa a nuestra vista.
Veamos la respuesta del Creador, Deuteronomio 3: 26
“no me escuchó; y me dijo YHWH: Basta, no me hables más de este asunto.”
La frase traducida al castellano como “basta, no me hables más de este asunto”, es el hebreo יְהוָ֤ה אֵלַי֙ רַב־ לָ֔ךְ אַל־  también puede ser vista como hay “mucho para ti, no me hables más de este asunto…” Por lo cual con claridad Moisés entendió que aun en el futuro seguiría siendo un siervo del Altísimo. Parte de ello lo tenemos en los evangelios. Recordemos tan sólo el pasaje de Mateo 17:3, lo cual nos lo muestra frente al Ungido:
“Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.”

Lo mismo se aplica a cualquiera de los creyentes verdaderos:… hay mucho para ti.

 
 

parte 2 #

Al comenzar este comentario  recibimos indicaciones centrales para nuestras vidas.

En el mundo actual se vive buscando a cada instante la autorrealización. La concreción de aquello que nuestra mente y cuerpo desea. Siendo el objetivo el logro de aquello que nos proponemos. Este es el mensaje que al menos en el mundo occidental prima desde hace décadas.
Ello no debería ser algo malo ni indeseable. Pero en realidad, por debajo de esa capa de aparente libertad y desarrollo de potencial, lo que se esconde es lo que desde la antigua Grecia nos llega como hedonismo. Esta fue una doctrina que identificó siempre al bien con el placer. Especialmente aquello que generaba placer físico, sensorial. O sea hay bien y llegado el caso, bienestar, en la medida en que nuestros apetitos y deseos son alcanzados.
Y, en esa búsqueda de placer, se provoca una afirmación del ego, del yo apartado de los límites. Es importante lo que a mí me provoca placer, por ende, aquello que puede constituir una limitación a la expansión de mi propio yo debe ser dejado de lado. Este es el punto central al cual esta doctrina termina apuntando.
El hombre termina transformándose en su propio dios. Así como Nabucodonosor dejó de dar la gloria a YHWH al contemplar Babilonia y sentir que por sus méritos su reino existía. El hombre se eleva de su condición mortal, creyendo que es un dios que mediante su voluntad hace girar el mundo.
Por supuesto que a poco de andar este camino la realidad con su crudeza hace bajar a tierra al más encumbrado monarca.
Desde Deuteronomio, la vos divina que escuchamos nos dice otras cosas, bastante distintas al camino señalado por el hedonismo.
Deuteronomio 4:1-2
“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que YHWH el Elohim de vuestros padres os da.
No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de YHWH vuestro Elohim que yo os ordene.”
Como dijimos, en el mundo actual prima la voluntad, el hacer lo que deseo para que se desarrolle mi libertad y de esa forma mis deseos sean cumplidos.
Pero el concepto de libertad israelita es muy distinto. La auténtica libertad consiste en poder desarrollar con plenitud aquello que es el deseo de YHWH y a partir de allí que el verdadero potencial que Él ha puesto en nosotros pueda dar su mayor fruto. Como vemos la situación se ha invertido.
Gálatas 2:20 “…y ya no vivo yo, mas vive Yeshúa en mí…”
Por eso mismo quien pone al hombre como el centro de todo, y a sí mismo, considera que cualquier límite impuesto es un freno a su desarrollo.
Pero en cambio quien tiene a YHWH como el centro, sólo considera que puede desarrollarse a partir de seguir su Voluntad.
¿Cuál es el objetivo, la razón de ser que el ser humano deba poner en práctica los mandamientos?
“…para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que YHWH el Elohim de vuestros padres os da…”
El catálogo de mandamientos, estatutos, disposiciones que YHWH tienen por objetivo que, al ser puestos por obra, el ser humano viva, con todo lo que ello verdaderamente implica.
Sabemos en nuestro entendimiento que los mandamientos constituyen la estructura con la cual el universo está armado. Por lo cual quien se apega a ellos, quien busca conocerlos, estudiarlos, desarrollarlos en su vida. Estará cooperando con el funcionamiento de la estructura misma del universo. Y cada cosa que haga se encontrará transitando dentro de la armonía de esa misma estructura. Así como en una orquesta un instrumento trabaja en armonía con los demás. De igual forma cuando una persona actúa conforme a los mandamientos, se encuentra trabajando en armonía con la orquesta del universo. Y necesariamente las circunstancias también confluirán a apoyarlo.
Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a YHWH, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
En estos tiempos escuchamos mensajes satánicos desde los púlpitos, tales como “no es necesario que el cristiano cumpla los mandamientos, ya cristo los cumplió por mí”. Sería muy interesante saber de qué parte de la Biblia han obtenido material para decir semejantes cosas.
El problema surge precisamente en no entender qué son los mandamientos, en no verlos como la Voluntad de YHWH para el universo expresada en palabras entendibles para el ser humano.
La pregunta sencilla es: si dice que no se debe hurtar ¿Ya Yeshúa cumplió eso por mí y ahora puedo hurtar? ¿O ahora puedo mentir, asesinar, fornicar, etc.?
Otra cosa que he tenido ocasión de oír es que “es imposible para nosotros cumplir los mandamientos”.
Nuestra pregunta es ¿Qué dios cruel ha dado a sus criaturas la orden de poner por obra su Voluntad para que vivan siendo esto imposible? ¿Qué locura extrema es esta? Donde un Padre diese la orden a su hijo de hacer algo imposible o de otro modo amenazarlo con la muerte.
Es tiempo que comience la depuración en las mentes y los corazones.

Busquemos aprender los mandamientos que nos enseñó, para ejecutarlos, vivir y tomar la posesión que Él ya nos ha dado.

 
 
 

parte 3 #

Según habíamos escrito anteriormente el libro Devarim, llamado Deuteronomio en castellano, contiene una repetición de los mandamientos, estatutos y decretos dados por YHWH.

Por ello es bueno analizar un poco cómo esos mandamientos aplican a nuestras vidas.
Existe la idea formada en muchos grupos religiosos acerca de que los mandamientos no tienen cumplimiento práctico en la actualidad.
Es cierto que muchos de ellos se aplican en circunstancias determinadas. Por ejemplo hay disposiciones que hacen al tratamiento de la tierra de Israel y se aplican a la actividad agrícola. Otras disposiciones se refieren en exclusividad a las actividades del Templo y los trabajos de los levitas. Ambos estos últimos que en la actualidad no existen.
Pero ello no debe soslayar el hecho de que los mandamientos, los estatutos y los decretos tienen varios sentidos. Y muchos de ellos se corresponden por supuesto con la vida diaria del creyente.
Veamos entonces algunas aplicaciones de estas Instrucciones dadas hace miles de años y que están tan frescas para nosotros como el primer día.
Muchos pueblos tienen manifestaciones legales, culturales, étnicas que los caracterizan. Sabemos de la contracción al trabajo del obrero japonés. La resistencia física de los zulúes y el sentido de orientación de los bosquimanos. Todo considerando los aspectos virtuosos de los pueblos.
Reflexionando acerca del Pueblo de Israel, siendo este el más pequeño entre las naciones, cuál fue el atributo distintivo que su Formador puso en él. Deuteronomio 4:6 nos da la respuesta:
“Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.”
Esta es la forma en que los pueblos del mundo debían ver a Israel. Y por qué tendrían esta visión, Deuteronomio 4:5-6
“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como YHWH mi Elohim me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella.
Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán…”
La explicación es clara. Cuando Israel tomase la tierra prometida, habiendo destruido a las 7 naciones cananeas, consolidada su posición. Tendría a su alrededor naciones vecinas, las cuales continuarían con su vida. Desarrollando la agricultura, pastoreando su ganado, comerciando con otros pueblos, construyendo la Paz y también haciendo la guerra. Y estas naciones vecinas debían ver en Israel el ejemplo a seguir.
Pensemos por un instante en la vida de una familia de los pueblos de los alrededores. Algunas de las prácticas comunes consistían en el sacrificio ritual de niños. Pensemos en el contraste del Pueblo israelita conformando estructuras familiares sólidas basadas en el respeto mutuo, la solidaridad y el amor fraternal.
O bien situémonos en la situación del comerciante de camellos. Aquel que sabe que si comercia con determinados pueblos es posible que reciba animales defectuosos o monedas sin valor (sin peso verdadero de metal) como parte de pago. En lugar de ello el israelita tenía el deber de no defraudar en los tratos comerciales o dar el peso justo y medida justa en los tratos comerciales.
No deseamos ahondar en demasiados ejemplos, bastan los dados para que se entienda la diferencia que la llegada del Pueblo de Israel, con sus justos estatutos, significaría para los pueblos.
Es que, frente a la oscuridad reinante en todos los aspectos de la vida, el Pueblo de Israel debía levantarse como un faro de Luz iluminando a las naciones. De ahí que aquellos reconocerían la sabiduría e inteligencia de este Pueblo a partir de los mandamientos que regían su vida.
En igual manera debe ocurrir en estos tiempos con nosotros.
La transformación que en nuestras vidas produce la Instrucción dada por YHWH. El poner en práctica a diario, en cada uno de nuestros actos, aquello que Aquel nos ha enseñado, se constituirá en un faro para todas las personas a nuestro alrededor.
Sin embargo a esto lo escuchamos muchas veces por parte de miembros de distintas congregaciones. Un ejemplo de ello es lo que en EEUU llaman “qué haría Jesús”, donde los miembros de las iglesias protestantes usan una muñequera con las iniciales de la frase, o sea en castellano “qhJ”. Lo que les recuerda actuar en cada circunstancia como Jesús lo habría hecho. ¿Y cuál es el problema que le vemos a esto? Que el 90 % de la gente no sabe realmente lo que Jesús habría hecho. Y basan su comportamiento en lo que moralmente creen que es lo correcto.
Pensemos por un instante en un cristiano de la edad media viviendo en España en tiempos de la inquisición. Descubre que su vecino es judío y de inmediato dice para sí “qué haría Jesús”, y en el instante decide que tiene que denunciar al judío a las autoridades eclesiásticas.  Y actúa de esa forma porque es así como le han indicado que un cristiano debería actuar.
Aun cuando difícil nos parezca, en muchas ocasiones el cristiano del S.XXI actúa de igual forma. Obrando conforme a lo que a él se le ha enseñado debe ser el obrar de un cristiano. No olvidemos que por ejemplo el racismo en el sur de EEUU, se nutrió de la ética protestante de los esclavistas sureños. Asimismo, muchos de los miembros del partido nazi en Alemania fueron fervientes católicos que antes de ser ejecutados besaban la cruz convencidos de que habían servido a Jesús.
Por ello el “qué haría Jesús” sólo será válido en la medida en que se constituya a partir de los parámetros de vida establecidos en la preciosa Toráh.
Observemos ahora ejemplo de Instrucción para nuestras vidas.
Deut. 6:14 “No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos…”
No daremos un catálogo de los dioses de los pueblos circundantes a la Tierra Prometida. La advertencia es muy clara. Desde el primer momento en que el Pueblo se asentara, la necesaria relación con los pueblos del alrededor podía generar un contacto indebido con dioses ajenos.
El Pueblo de Israel sería ser un faro pero para poder alumbrar debía necesariamente tener contacto con los pueblos de alrededor. Visitas protocolares, comercio, atención de necesidades vecinales, tratamiento de problemas comunes a la frontera, cruces de caravanas de comerciantes extranjeros. Caravanas de gobiernos extranjeros en tránsito hacia otras regiones; y lo que se nos pudiese ocurrir. Y en ese fluir de la vida de relación de cualquier nación se daba el campo propicio para el intercambio de costumbres, de ideas y por supuesto de cuestiones religiosas.
El peligro de contaminarse con las costumbres de los pueblos idólatras era real. Y por ello surge la advertencia de YHWH.
Como siempre decimos, la Instrucción es también para nuestras vidas. No vivimos aislados. No hemos creado una comunidad cerrada. No nos alejamos del resto de la sociedad. Vivimos en el mundo. Tenemos trabajos en los cuales nuestros compañeros no son creyentes como nosotros. Nuestros hijos asisten a lugares de estudio con compañeros no creyentes. Hacemos las compras rodeados de personas que no piensan como nosotros.
Esos son nuestros contornos personales.
Inclusive en nuestras familias estamos rodeados de no creyentes, con sus dioses, que pueden llegar a contaminarnos.
En el lugar menos pensado puede encontrarse la ideología del pueblo de los contornos. En américa del sur por ejemplo, hace años se ha dado la llegada de inmigración asiática. Los chinos llegan a nuestras tierras con sus costumbres arraigadas por décadas. Un ejemplo de ello son las distintas idolatrías que ellos traen en su creencia de que le aportarán prosperidad económica. Gatos de plástico que mueven su pata derecha, sapos de metal a los cuales les colocan monedas, la costumbre de colocar sobre las cajas registradoras monedas pegadas y otras tantas que cualquiera puede aprender. Muchos occidentales adoptan estas prácticas sin pensar en el trasfondo oculto detrás.
Otra práctica que se presenta casi inocentemente es la de mantener siempre en la billetera un billete de un dólar o un centavo, lo cual proviene del gran país del norte.
Muchas son las costumbres que se van adaptando y culminan siendo comunes a todos. Doy ejemplos de mi país que son idolatrías tan naturales que ya nadie se da cuenta que existen. Por ejemplo en gran parte de la Argentina se acostumbra tener en la casa un muñeco de unos 25 cm. Representando un habitante semi indígena cargado de pequeños bolsitos llenos de representaciones de comida, billetes, etc. A este muñeco se le enciende como práctica un cigarrillo para que traiga prosperidad al hogar. Incluso hay agorerías que ni se piensan y se realizan como costumbre. Un ejemplo de ellos son los “ñoquis del 29”. Los días 29 de cada mes muchas familias tienen la costumbre de preparar noquis (una comida muy típica) y debajo del plato donde se está comiendo se coloca un billete (papel moneda) para que haya trabajo y dinero en el hogar. Tenemos un catálogo bastante completo de todo ello, lo que debe hacerse cuando cruza delante nuestro un gato negro, lo que debe hacerse si en la mesa se derrama sal, lo que ocurre cuando el gato de la casa se lame el hocico, lo que ocurre cuando debemos pasar por debajo de una escalera. El día de las velitas en Colombia. Etc. Etc.
Todas estas son formas de idolatría y agorería, todas ellas costumbres “… de los pueblos que están en vuestros contornos…”. Las cuales se nos manda no deben contaminarnos.
Todo esto es Toráh práctica, Instrucción para nuestra VIDA.
Debemos leer con atención el contenido de las porciones, pues quizás estemos llevando adelante prácticas idolátricas sin darnos cuenta.
Un ejemplo que debiera sorprender es ver  en algunos países cómo la iglesia romana se ha relacionado con las prácticas de la hechicería. En el norte de Brasil se encuentra la “iglesia de nuestro señor de bomfin”. En ella  el ídolo principal es una imagen del “señor de bomfin”. Esta es una imagen traída desde Portugal allá por el SXVIII. Aun cuando supuestamente representa a Jesús, los negros esclavos la asociaron con su dios oxalá (un dios del candomblé). Parte de los rituales contenidos en su celebración son el “lavado ritual” de las escalinatas de la iglesia lo que conduce a la fiesta pagana de “la lavada”. Y la colocación en las muñecas de cintas de colores asociadas a la concreción de deseos (elevados quién sabe a quién). Lo que debiera resultar increíble es que el catolicismo de estos tiempos avala estos rituales tomándolos en muchos casos como simples costumbres que fortalecen la “fe”. La “fe” en qué debieran preguntarse.
Por todas partes encontramos la idolatría y agorería de los “pueblos de los contornos”. O sea de todo lo que está a nuestro alrededor.

Estemos alerta a la enseñanza que la Instrucción del creador nos da, para cuidar nuestras almas y ser verdadera Luz a las naciones.

 
 
 
 

parte 4 #

Deut. 4:5-6 “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como YHWH mi Elohim me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.”

En los tiempos presentes en la mayoría de los países desarrollados la corriente del mundo impulsa a los seres humanos a la búsqueda de logros personales. No obstante subsiste una cantidad importante de naciones donde aún en estos tiempos la búsqueda en realidad es la de la sobrevivencia diaria. Pero si esos países se desarrollasen lo más probable es que las inquietudes personales también se ajusten en esa misma búsqueda.
Surgen eventos donde miles de personas se presentan a concursos de canto y baile de donde esperar obtener la tan ansiada fama, el reconocimiento. Sin juzgar la corrección o no de tales búsquedas sabemos que no todos pueden alcanzar el estrellato ni la fama ni el reconocimiento; patrimonio estos de unos pocos elegidos.
No obstante la porción de esta semana nos presenta una posibilidad muy cierta, una realidad alcanzable por aquellos que deseen salir de la mediocridad, del común denominador de aquellas personas que transitan por el mundo sin alcanzar su potencial.
¿Qué ocurriría si al final de sus días YHWH le mostrase que ha desperdiciado ese regalo tan precioso que Él le dio, La Vida?
En el occidente capitalista una de las temáticas más importantes es el desarrollo del potencial. Es así que se dan por ejemplo cursos y herramientas para aprovechar al máximo las capacidades que la persona tiene y para desarrollar a esas mismas capacidades. Todo esto  como parte de la búsqueda personal de logros que mencionábamos antes. Sin quererlo estas personas que han imaginado ese curso de eventos personales se han acercado a una temática que es bíblica. Esta temática es, como mencionamos más arriba en la pregunta, el aprovechar la vida que YHWH nos ha regalado.
Pero lo que estas personas, abocadas a enseñar a la gente cómo vivir al máximo para desarrollarse con plenitud no advierten, es que para que cualquier persona pueda vivir satisfactoriamente lo debe hacer conforme a la perfecta armonía que el Creador ha puesto en el universo.
YHWH creó el universo perfecto. Pero producto de la caída en el pecado, esta perfección fue corrompida. Se alteró. Y producto de esta alteración se distorsionaron todos los parámetros, se distorsionaron todas las medidas, se distorsionó lo que es justo y verdadero y fue reemplazado  por aquello torcido.
En ocasiones hacemos la analogía con una fuente de Luz hermosa e intensa, la cual estalló en pedazos al pecar el Hombre. Y luego de ese estallido, chispas de Luz fueron esparcidas por todas partes y en todos los seres.
Asimismo cada ser tiene el potencial de desarrollar su vida a partir de esa chispa de la divinidad que tiene en su interior, por ello toda persona es rescatable del pecado mientras YHWH le dé la posibilidad de cambiar. Eso sí, seamos serios, el pensamiento de que hasta el último momento de su vida alguien puede arrepentirse y acceder al Reino de los Cielos es una tontería ridícula. Pensar que si Hitler “en el último minuto de su vida aceptó a Yeshúa como su Señor y Salvador fue salvo”, es una mentira demoníaca. No, YHWH da oportunidades durante la vida, pero depende del desarrollo de la vida de cada persona hasta cuándo esas oportunidades subsisten. Al Faraón que tenía esclavizado al pueblo en Egipto en cierta etapa se le terminaron las oportunidades. Al asesino de 6 millones de judíos, también se le terminaron las oportunidades cuando dio la primera orden de masacrar a pueblos inocentes.
Pero sin pensar en estos extremos, yendo a las vidas sencillas y particulares que cada uno de nosotros tenemos preguntémonos ¿Cómo podemos desarrollar el potencial que YHWH ha puesto en nosotros, hacer que brille esa chispa de la divinidad?
Pues bien, la respuesta está en que YHWH creó el universo con determinadas reglas. Sabemos de la existencia de la Ley de Gravedad aun cuando no seamos científicos. Sabemos que si nos arrojamos de un edificio quedaremos en el piso como una estampilla de correo humana.
Lo que  muchas veces ignoramos es que además de las leyes de la ciencia, YHWH estableció un conjunto de reglas a través de las cuales movernos dentro de la estructura del universo. Un conjunto de mandatos que indican cómo movernos para desarrollarnos dentro del medio en el cual Él nos ha colocado. Un cuerpo de indicaciones que nos indican cómo Hacer nuestra vida.
Y lo magnífico de este conjunto de disposiciones es que son aplicables a cualquier contexto cultural y social. Y también a cualquier época o etapa de la humanidad. O incluso fuera de nuestro mismo planeta. Porque este conjunto de disposiciones nos indican cómo relacionarnos con todo lo creado y con el Creador mismo.
Podemos vivir en un país con un gobierno de tipo comunista y sin embargo las disposiciones en cuanto a no cometer fraude seguirán vigentes. Podemos vivir en un país capitalista y la disposición en cuanto a no asesinar seguirá vigente. Podemos haber vivido en el año 987 y sin embargo la disposición de no ayuntar hombre con bestia habría estado vigente. O estar en el año 2020 y la disposición de guardar el Shabbat sigue estando.
Por esto mismo, de que las reglas y disposiciones de YHWH son universales y no tienen tiempo, es que su observancia y aplicación por los seres humanos, los llevaría a estar en sintonía con la Creación misma. Es que todo el universo, todo lo creado, está preparado para que se actúe conforme a la Voluntad de YHWH expresada en sus mandamientos.
Y es por este mismo motivo que los pueblos, ajenos a estas disposiciones, verían en aquellos que las cumplen, el Poder de YHWH mismo expresándose en sus vidas.
Por ello es que uno de los comentarios más comunes entre aquellos que no conocen la Voluntad de YHWH, pero ven su obrar en nuestras vidas, es decirnos “no sé qué es, pero ustedes tienen algo…”. Esta es una forma sencilla en la cual las personas expresan el sentir del versículo citado: “Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta”
Pues verdaderamente aquellos que no conocen a YHWH deben ver en sus Hijos cómo la aplicación práctica de la Toráh verdadera hace la diferencia en sus vidas.

Estudiemos a diario la Toráh, leamos las palabras que hemos recibido del Mesías, escuchemos atentamente la voz de Rúaj HaKodesh que dentro de nosotros nos lleva al conocimiento de toda verdad. Y permitamos con nuestras vidas que los pueblos puedan conocer a Aquel que nos envió a ser su Luz.

 
 
 
 

parte 5 #

Se habrá observado que en las reflexiones anteriores de esta Parashá se ha hecho mucho hincapié en la cuestión del desarrollo personal y su tergiversación por las corrientes de pensamiento actuales y cómo estas han influenciado las propias iglesias. Ello ha sido necesario porque cuando las personas ingresan en las raíces hebreas lo hacen con una mochila, con un equipaje de conceptos previos; deseamos que los conceptos errados o que no se corresponden con el pensamiento bíblico sean desterrados.

En esta reflexión la temática será distinta. Comencemos por esta cita del evangelio de Marcos 12:28 al 34
“Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Yeshúa le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Elohim, el Señor uno es.  Y amarás al Señor tu Elohim con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es YHWH, y no hay otro fuera de él;  y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
Yeshúa entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de YHWH. Y ya ninguno osaba preguntarle.”
Seguramente el lector conoce este pasaje, pero no todos conocen el origen del mismo. Este pasaje se inserta luego de un conjunto de inquisiciones que recibe el Mesías por parte de Fariseos, Saduceos y edomitas de Herodes. En esos cuestionamientos lo indagan sobre su posición con respecto al pago de tributos y la resurrección, luego de ello aparece el pasaje citado.
Analizando un poco lo que las escrituras nos transmiten en forma directa observemos algo. En el libro llamado “Bebiendo junto al pozo de Jacov” escribimos al referirnos a los evangelios sinópticos que “Si nos tomamos el pequeño trabajo de leer los tres textos y compararlos veremos con claridad que todos tienen en común los aspectos reseñados en el evangelio de Marcos. Pero además cada uno de los evangelios aclara algún punto.”
Entonces aplicando el método que surge de esa observación comparemos el texto de Marcos con Mateo y Lucas:
Mateo 22: 34 al 40
“Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Yeshúa le dijo: Amarás al Señor tu Elohim con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”
Pero ahora se nos presenta un inconveniente al momento de efectuar la comparación con el evangelio de Lucas, pues no guarda la misma correlación que el de Marcos y el de Mateo. Lea por favor al tercer evangelista, Lucas  20:19 al 40. Donde se tratan los temas del tributo y la resurrección, no está la pregunta del escriba. Es más, el versículo de Lucas 20:39 -40 cierra toda posibilidad de que se haya agregado la pregunta luego, al establecer:
“Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho. Y no osaron preguntarle nada más.”
Entonces podemos preguntarnos ¿Es que acaso Lucas no recoge en su evangelio la pregunta del escriba? Sí, lo hace, pero en otra parte de su evangelio. Veamos Lucas 10:25 al 28
“Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Elohim con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.”
Como hemos escrito en otras ocasiones todo debe evaluarse en el contexto en el cual se encuentra. Si analizamos el contexto en el cual está la cita que hemos puesto de Lucas 10:25 al 28 se verá que no es dentro del contexto de la serie de preguntas que fariseos, saduceos y edomitas le hacen a Yeshúa, lo cual está en Lucas capítulo 20. Sino que la pregunta del escriba, en el evangelio de Lucas se encuentra dentro del contexto de la misión y regreso de los setenta. Lo cual indica que el texto está fuera de lugar.
Es probable que esto en realidad pudo deberse a  un error del copista del evangelio o del propio evangelista a quien le fue referido el pasaje y lo ubicó donde no iba. Pensemos que la necesidad era reflejar lo que el Maestro dijo, aun cuando se haya ubicado en el lugar incorrecto. No obstante este posible error, el pasaje de Lucas se asemeja a los de Marcos y Mateo, por lo cual analizándolos como sinópticos, tanto Mateo como Lucas nos darán elementos que completen el de Marcos.
Entonces, comparando el evangelio de Marcos con el de Mateo se agrega esta  información:
1) Que el escriba era de tendencia farisea y que asimismo su pregunta tuvo por fin hacer caer al Maestro  en una respuesta contraria a la Toráh, “…preguntó por tentarle…”.
2) También Mateo nos agrega el hecho de que Yeshúa dice que “…De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas…”
Ahora comparando Marcos con el evangelio de Lucas, el tercer evangelista plantea la pregunta del escriba con un aditamento, pues según este, preguntó
1) “… ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?…”
Si bien este agregado del evangelista nos puede sorprender porque no se encuentra ni en Marcos ni en Mateo, no olvidemos que los evangelios sinópticos se complementan entre sí. Y si observamos tanto en Marcos como en Mateo el contexto en el cual la pregunta del escriba se inserta, veremos que el tema de la vida eterna está dentro de lo que están debatiendo. Pues en Marcos 12: 18 al 27 Yeshúa discute con los saduceos acerca de la resurrección y en Mateo 22: 23 al 33 también se discute el tema de la resurrección. Si recordamos lo que escribimos más arriba acerca de que el texto de la pregunta del escriba en el evangelio de Lucas está escrito en el lugar equivocado y leemos Lucas 20: 27 al 39 veremos que en ese tramo el evangelista toma la cuestión de la resurrección en la misma forma que Marcos y Mateo. Lo cual reafirma lo que expusimos acerca del lugar incorrecto de la cita del escriba.
Entonces, la pregunta del escriba “… ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?…”, evidentemente fue parte de la conversación y es algo que el evangelio de Lucas nos agrega al texto de Marcos.
2) También en Lucas 10:26 está la frase “Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?…”
Quisiéramos aquí hacer una lectura distinta, si bien todas las traducciones disponibles en castellano coinciden en traducir ese referido pasaje de la forma en que lo hemos anotado, pensamos que nos perdemos algunas cosas. Si bien es cierto que el Maestro le preguntó:
 “Ἐν τῷ νόμῳ τί γέγραπται? (En to Nomo ti gegraptai?) ¿En la Toráh qué está escrito?, no debemos olvidarnos de a qué clase de persona se está dirigiendo. Pues Mateo 22:35 nos explicó que se trata de un fariseo. Y estos desde aquellos tiempos (lo cual siguen los rabinos en la actualidad) han tenido a la par que la Toráh Escrita, una Toráh oral. Como hemos explicado con un sinnúmero de mandamientos agregados, Por lo cual la pregunta de Yeshúa es seria y apunta al meollo del error de los fariseos. Es como si le dijere “tú eres escriba, conoces profundamente las escrituras ¿Qué dice la Toráh Escrita acerca de lo que me preguntas?”
3) Hay un detalle que no deseamos que se pase por alto y es ¿Quién pregunta y quién responde?
Lucas 10: 27 nos dice que quien da la respuesta es el escriba “…Aquél, respondiendo, dijo:…” por lo cual Yeshúa le dice, Lucas 10:28 “Bien has respondido; haz esto, y vivirás.”
Marcos en cambio dice, 12:29 “…Yeshúa le respondió:…” a lo cual el escriba dice “…Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho,…”
Mateo 22:37 escribe “… Yeshúa le dijo:…”, pero no tiene el remate de la observación final del escriba fariseo.
Estas son las clases de cuestiones que los detractores, que nuestros enemigos en los caminos de YHWH, toman para hablar acerca de que los evangelios se encuentran llenos de contradicciones. No existen tales contradicciones, existen complementaciones entre los evangelios, especialmente los 3 sinópticos.
Como escribimos más arriba, lo que ocurre aquí es que el escritor del evangelio de Lucas, en su afán por reflejar los eventos, los hechos y los recuerdos que le han llegado, trató de contener todo lo posible y que nada se perdiese, aun cuando estuviera fuera de lugar.
Creemos que quien respondió acerca de lo que la Toráh dice fue Yeshúa, pues entendemos que la pregunta que Yeshúa le hace al escriba y que se escribe en Lucas 10:26 “El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”, fue retórica. No fue para que este la respondiese, sino para remarcar el hecho de que los fariseos se guiaban por un texto distinto a la Toráh escrita. Por cierto que no tenemos certeza de quién respondió o quién preguntó porque no estuvimos en el lugar. Pero ello no debe hacernos perder de vista que la pregunta de Yeshúa reflejada en Lucas 10, está apuntada en contra de la Toráh oral.
4) El siguiente punto que agrega Lucas al texto fuente de Marcos es la discusión acerca de quién es el prójimo, No analizaremos en esta ocasión la parábola del buen samaritano. Sólo diremos que la observación de Yeshúa apunta directamente a la ideología de los fariseos en su desprecio por los samaritanos.
Lo cual reafirma lo que escribimos acerca de que la pregunta de Lucas 10:26 “El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”, que fue dirigida en contra de la llamada Toráh oral de los fariseos y actuales rabinos. Pues la discusión de aquellos rondaba acerca de quiénes eran los “prójimos”, a quién se debía considerar de esa forma. Vemos que Yeshúa no da una definición de prójimo, sino que hace que el escriba llegue a la conclusión de que es “El que usó de misericordia…” sin importar su origen social ni nacional, ni religioso.
Finalmente de las comparaciones entre los tres evangelios encontramos algo más que no se ve reflejado ni en Lucas ni en Mateo, nos referimos al siguiente pasaje de Marcos 12:33
“…es más que todos los holocaustos y sacrificios.”
En referencia al Amor a YHWH y el Amor al prójimo. No haremos una explicación de ello aquí pues es un tema ya tratado en ocasión de analizar el libro de Levítico. Sólo aclararemos que no se trata de acciones que expíen los pecados sino que antes que se envíe a morir un corderito de ofrenda es preferible tender la mano al necesitado.
Ahora que hemos visto la fuente de Marcos y su comparación con los evangelios de Mateo y Lucas, lo cual constituye los llamados evangelios sinópticos, podemos hacernos una composición de lugar con la información de los mismos. Veamos:
Siendo Yeshúa el Cordero de YHWH que quita el pecado del mundo, así como el cordero era analizado durante los días previos a su sacrificio en Pésaj, también él fue probado y medido por sus detractores. Recibió preguntas examinadoras de parte de Saduceos, Fariseos, Escribas,  edomitas y el romano Pilato. Dentro del marco de estos cuestionamientos fue interrogado por un escriba fariseo sobre el mandamiento más importante de toda la Toráh. A lo cual Yeshúa respondió con dos citas. Estableciendo que toda la Toráh descansa sobre dos pilares. O sea que todo el resto de los mandamientos de la Toráh pueden ser sostenidos y contenidos por los dos prescriptos por el Maestro.
¿Por qué hemos efectuado todo este análisis como parte de la porción semanal de la Toráh llamada VaetJanán?
Porque parte de la respuesta dada por Yeshúa se encuentra contenida precisamente en esta porción. Pues parte de la respuesta es lo que en la cultura hebrea llamamos el Shemá.
El Shemá es la declaración de Fe más importante. Es la oración principal que hacemos al menos dos veces al día. Al comenzar y al terminar. Es lo que enseñamos a nuestros niños desde el vientre de la madre. Y es la oración que buscamos que esté en nuestros labios antes de dar nuestro último suspiro. Tal como dijo el Maestro, éste es el primer gran mandamiento. Esta oración contiene los siguientes versículos, Deuteronomio 6:4 al 9
“Escucha, Israel: YHWH nuestro Elohim, YHWH uno es.
Y amarás a YHWH tu Elohim de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”
Existe una tradición la cual algunos observan, la de decir luego del versículo 6:4, una frase agregada:
“Escucha, Israel: YHWH nuestro Elohim, YHWH uno es”
Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás.
Si bien Deuteronomio 4:2 indica que no debe añadirse a la palabra mandada, estimamos que al decir esa frase no se está agregando a las escrituras, pues esta frase no se añade al texto escrito de la Toráh, sino que es una bendición tradicional dicha por el pueblo hebreo. Pero queda en creyente en libertad de decirla o no.
Lo que sí deseamos remarcar es el hecho de considerar un mandamiento el recitado del Shemá.
¿Cuándo debe hacerse?
Al menos en dos momentos del día: al levantarse y al acostarse. O en los momentos inmediatos a ellos.
Además como hemos explicado en otras ocasiones es necesario hacer esta oración con kavaná. Esto es con conciencia de lo que se está diciendo y el valor de cada una de las palabras.
Ahora bien, si tomamos en cuenta lo transmitido por nuestro Maestro, luego de Deuteronomio 6:4 al 9 corresponde elevar también en oración las palabras de Levítico 19:18
“… amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Para los hermanos que les interese conocer la fonética del idioma hebreo del Shemá aquí la transcribimos. El Shemá se puede recitar en castellano solamente o agregar luego del recitado en castellano la fonética hebrea. En cualquier de los casos debe hacerse con kavaná, humildad y tomando muy en cuenta que lo que está haciendo no es “jugar” al judío, “disfrazarse” de judío. Sino por el contrario, elevar la oración que ha mantenido firme la Fe del  Pueblo de Israel durante miles de años.
Shema Israel YHWH elohenu YHWH ejad
en voz baja algunos dicen: (Baruj shem kevod maljuto leolam vaed)
Vehavta et YHWH Elo-heja
bejol levavejá uvjol nafsheja uvjol meodeja.
Vehaiú hadevarim haele asher anoji
meztavejá haiom al levaveja, veshinantam
levaneja vedivartá bam
beshivteja bebeiteja uveletejá baderej
uvshajbeja uvekumeja ukshartam leot al iadeja vehaiu letotafot ben eineja
ujtavtam al mezuzot beiteja uvishareja.
Veavtá le raha kamoja
Amén
En castellano:
“Escucha, Israel: YHWH nuestro Elohim, YHWH uno es.
Y amarás a YHWH tu Elohim de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Amén.
*RICARDO*

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