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Bereshit parte 1

 
“En el principio” (Bereshit) Cap. 1:1 al 6:8
Todos sabemos que las palabras y frases al ser traducidas del idioma original sufren alteraciones. A veces estas alteraciones no cambian la sustancia de lo que se está leyendo. No obstante muchas veces estas modificaciones hacen que se pierda alguno de los aspectos que el autor ha querido destacar.
Aquí nos encontramos con uno de esos casos.
Si se consultase a cualquier creyente quién creó el mundo, de inmediato recibiría la respuesta de que fue “Elohim”. Está claro que el Padre dio la orden, pero ¡quién creó físicamente todo lo que existe?
Transcribiremos el primer versículo:
“En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.”
Pues bien ese primer versículo tiene una diferencia importante entre el hebreo y el castellano. Porque en hebreo donde se ha traducido “Dios” dice originalmente: אֵ֥ת  אֱלֹהִ֑ים  lo cual podríamos transliterar, o sea pasar a los signos de nuestro idioma, como:
Elohim ET.
O sea que el primer versículo de la Biblia podría entenderse así:
“En el principio el Elohim ET creó los cielos y …”
Quizás no se entienda todavía la importancia de esto pero pronto se verá.
La palabra “ET” que hemos transliterado en hebreo está formada por las letras alef (  אֵ֥ ) y tav  (ת ), las cuales son la primera y última letra del alfabeto hebreo.
La alef y tav son lo  que en nuestro idioma sería la a y la z, aunque no representen el mismo sonido.  Entonces la pregunta sería (jugando libremente con las palabras) ¿Pero cómo el “Elohim AZ hizo la Creación”?
Y ahora se entenderá un poco más la importancia, en griego estas mismas son las letras alfa  y omega. Quizás entonces podríamos hacernos la pregunta ¿Pero cómo el “Elohim Alfa Omega hizo la Creación”?
Quisiéramos recordar un pasaje  de la Biblia el cual se encuentra en el último libro, en el cual hemos visto esta combinación de letras. Nos referimos a Apocalipsis 1:8
“Yo soy el alfa y la omega…”
Ahora, relacionando cada uno de los puntos que hemos analizado encontramos que el primer versículo de la Toráh podría entenderse de la siguiente manera:
“En el principio el Elohim Alfa Omega hizo…” y relacionando lo escrito con el texto que hemos compartido de Apocalipsis encontramos que quien aparece revelándose en Apocalipsis lo hace para resolver la duda que rabinos y eruditos han tenido durante siglos. Es así como si  Yeshúa  nos dijera: “Ven ese alef-tav que ustedes no entendían desde el principio, el que creó el mundo y todas las cosas, ese soy Yo.”
Observe el lector que este sintético análisis es tan sólo del primer versículo de la Toráh, imagine por un instante los hermosos tesoros escondidos.
Ahora bien ¿Podemos sostener esta afirmación con otros versículos de la Escritura?
Ya hemos visto que el primer versículo de la Toráh contiene muchísimo material para comprender al creador y su magnificencia.
Veamos ahora cómo comienza el segundo versículo.
“Y la tierra estaba desordenada y vacía…”
Hace unos años pidiendo en oración que se nos fuesen revelados textos de las escrituras nos encontramos con este pasaje leído muchas  veces. Y de seguro el lector también lo habrá visto en numerosas ocasiones.
¿Qué quiere decir YHWH con esto?
 “Veamos… cómo estaba la tierra: desordenada, eso no tiene mucho secreto ni misterio. Qué más: estaba vacía. Tampoco es tan extraordinario.” Hasta que advertimos la contradicción contenida en el juego de esas palabras.
Imaginemos por un instante una habitación llena de muebles, sillas por cualquier lado, diarios en el piso, en un rincón tarros de pintura, en otro trozos de vidrios de colores, colgando de los techos sogas sin algo que atar, vasos de agua en el piso, sobre la mesa ropa sin doblar, etcétera ¿Cómo está la habitación? Desordenada.
Ahora imaginemos otra posibilidad. Esa misma habitación sin cosas, sólo las paredes, el piso y las ventanas. ¿Cómo está la habitación? Vacía.
Entonces surgió el interrogante ¿Puede esa habitación estar desordenada y vacía a la vez? ¿Cómo algo que está vacío, que no tiene objetos o cosas puede estar desordenado?
Ese fue el punto de quiebre para entender que YHWH estaba mostrando algo.
Entonces si la tierra estaba vacía dónde estaban todas las cosas.
Pensemos por un instante en cómo están compuestas todas las cosas. Sabemos que la materia está en todas partes. Quien posee estudios superiores sabe que la materia está formada por moléculas y estas por átomos. Entonces las cosas son una agrupación de materia, están hechas por una agrupación ordenada de moléculas y estas a su vez de átomos.
Podemos entender entonces al segundo pasaje de la Toráh explicándonos que la tierra estaba vacía porque aun las cosas no habían sido creadas. Todavía no existían los árboles, las flores, los pájaros, los peces, las rocas, etc. O sea la tierra estaba vacía de árboles, vacía de flores, vacía de pájaros, vacía de peces, vacía de rocas, etc. La imagen primigenia de la tierra sería la imagen amorfa de un lugar donde toda la materia estaría mezclada. Donde toda la materia que luego daría lugar a las cosas creadas no tendría un orden, una conformación determinada.
Luego, más adelante el mismo versículo nos dice:
“…y el Espíritu de YHWH se movía sobre la faz de las aguas…”
O sea  Rúaj de Elohim se movía en ese caótico mundo poniendo orden a todas las cosas. Conduciendo a la generación de todas las cosas.
Sabemos  que el Padre dio la orden y el Elohim ET fue el formador y es el sostenedor de todo. Pero también  Rúaj intervino en la fundación del mundo.
Proverbios 8:30 “Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.”

El libro de Proverbios (Mishlei en hebreo) ha sido mal entendido en el cristianismo como que quien habla es Yeshúa.

2ª Reflexión a Bereshit
CREACIÓN DE LOS ÁNGELES
En las reflexiones anteriores hemos visto cómo versículos compartidos  muchas veces se nos revelan con una nueva frescura, renovando nuestro entendimiento.
Hoy queremos  reflexionar sobre diferencias. Muchas veces comparando versículos que se encuentran dentro de un mismo tema encontramos sutiles diferencias que nos enseñan mucho acerca de las profundidades de la Toráh.
No escribimos  sobre entender mensajes ocultos o indescifrables  a través de cuestiones del idioma. Sino de ver simplemente algo que a veces se nos escapa.
De esta forma veamos por ejemplo una diferencia entre todos los días de la Creación y el segundo día en especial.
Permítasenos recordar ahora qué ocurre el segundo día de la creación:
Génesis 1: 6 al 8
“Luego dijo Elohim: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
E hizo Elohim la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
Y llamó Elohim a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.”
Si comparamos los versículos del segundo día con el resto de los días, en cada uno de los otros 5 días de la creación se repite una palabra: bueno. Redondeando más o menos la frase que aparece es “y vió Elohim que era bueno…”
¿Pero por qué en el segundo día no aparece esta palabra, qué ocurrió el segundo día de la creación que no era bueno?
Veamos qué nos dice la Escritura:
Hasta el día segundo sobre la tierra había agua. Pero en ese día por algún motivo creó una separación. De un lado agua y de otro aguas. Y puso Elohim un nombre a esta separación: cielos, o firmamento.
Por supuesto no vemos algo extraño en esto que deba indicar algo que no era bueno.
Pues bien ahora tenemos que entender otras cosas que nos revelarán cuál fue el problema.
Todo lo creado tiene un comienzo. Los seres celestiales llamados ángeles en nuestra cultura también fueron creados en un momento determinado. A partir del salmo 104 y la carta de hebreos 1:7, sabemos que los ángeles fueron creados antes de la fundación de la tierra. Por lo cual es dable entender que el primer día en que todas las cosas fueron creadas también fueron creados ellos.
Aquí queremos hacer una observación. No pensemos que un día de la Creación tenía las mismas 24 horas que un día actual. Sabemos que es difícil de entender, pero un día en la mente de Elohim puede no tener la misma duración que un día en nuestra realidad. Por ello cuando los ángeles fueron creados el primer día, ese período de tiempo tendría para nosotros una duración mayor.
Sabemos también por el profeta Isaías 14: 12-15 y Ezequiel 28: 12 al 19 que hubo una rebelión de ángeles en contra del Creador. Y que producto de esa rebelión fueron separados del cielo donde compartían las cosas con YHWH.
Sabemos asimismo por Shaúl en 2 da de corintios 12: 24 al 4 que hay 3 cielos. El nuestro, el que tiene la presencia de YHWH y uno intermedio, el segundo cielo.
No es tan difícil relacionar lo que hemos transcripto.

Creados los ángeles el primer día. El día segundo, llevados por la maldad de uno de ellos, se rebelaron contra YHWH, quien los echó del cielo donde está su presencia. Y para aislarlos creó una separación. Estos perversos quedaron confinados a no poder ascender al 3er cielo. Todo lo cual ocurrió el segundo día de la Creación. Del cual no se pudo decir algo “bueno”.

 
3ª Reflexión a Bereshit
LOS DOS TESTIGOS
Es importante que continuemos viendo, al menos en las primeras porciones cuánta riqueza encontramos. Cuánta sabiduría  contiene un solo versículo de la Instrucción (Toráh).
Debemos ser sinceros aclarando que este estudio surgió de una observación de uno de nuestros jóvenes. Veremos cuán importante resulta.
Preguntémonos por un instante qué fue  lo primero que se creó y quizás entendamos también el porqué de este acto creador. Génesis 1:1
“En el principio creó Elohim ET  los cielos y la tierra.”
¿Por qué hizo esto?
Aun cuando nos resulte sorprendente, este versículo se encuentra muy relacionado con el rollo de Números, Deuteronomio y el Apocalipsis o Revelaciones.
Veamos un poco a qué nos referimos.
Recordando el texto de Números vemos que para dar Fe de un hecho o de la existencia de algo son necesarios al menos dos testigos que no se contradigan.
Números 35:30 “Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera.”
Esto mismo es lo que Deuteronomio 19:15 establece “No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida.”
¿Por qué estos textos están relacionados?
Porque fue precisamente lo que Moisés, por revelación de YHWH tuvo en mente para establecer esta sentencia también en Deuteronomio:
 30:19 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición…”
En esta parte de la Toráh Moisés ha revelado al Pueblo de Israel, a nosotros, la Voluntad suprema de YHWH y pone dos testigos que son los que testificarán sobre el comportamiento de Israel.
Es así que tanto en los cielos como en la tierra están siendo registradas nuestras palabras y acciones, las cuales, si no se tiene el Perdón de Mashíaj a partir del sincero arrepentimiento, testificarían contra nosotros.
¿Podemos afirmar esto también con algún texto del Nuevo Testamento?  Por supuesto veamos que nos escribió Pedro:
2da de Pedro 3:7 “los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”
¿Esta situación de los cielos y la tierra existirá por la eternidad? Por supuesto que no. Como no son tampoco eternos ni el pecado, ni el Seol, ni hasatán.
Veamos qué nos dice el mismo Apocalipsis:
21:1 “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron…”
¿Este texto de Apocalipsis es totalmente nuevo en las Escrituras, o tiene su apoyo en otros más?
Isaías 65:17: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.”
Lo cual también afirmó Pedro:
2da de Pedro 3: 13 “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”
Entonces, dan forma a la observación de Génesis 1:1. Lo primero que el Elohim ET creó fueron los dos testigos que desde aquel momento están guardando memoria del acontecer de la Creación hasta que llegue el final de los días y las nuevas cosas sean hechas.
4ª Reflexión a Bereshit
LA CREACIÓN DEL SHABBAT
¿Qué día acabó Elohim todo la Creación?
Cualquier lector en principio diría que toda labor de Elohim, toda la Creación fue terminada el sexto día. Lo cual por cierto es correcto. Pero entonces por qué Génesis 2:2 dice:
“Y acabó Elohim en el día séptimo la obra que hizo…”
Reconozcamos que por lo menos resulta extraño, si tenemos en claro por el contenido detallado de todos los días de la creación, que todo lo creado fue hecho en seis días. Por qué entonces ese versículo dice lo que dice.
Permítasenos que hagamos ahora una pequeña comparación.
Imaginemos por un instante que tenemos la tarea de pintar las paredes de una habitación. Pensando en todos los eventos que implica esta tarea.
En primer lugar debemos calcular la cantidad de pintura y otros materiales que vamos a emplear. Luego prepararlos como es debido. Pinceles, batidor, diluyente si corresponde, fijador, lijas,  etcétera.
Una vez que esto se ha hecho, deberemos empezar la tarea en sí misma, limpiaremos las paredes, las lijaremos, limpiaremos el residuo de la tarea de lijado. Luego se emparcharán los huecos que hayan aparecido, etcétera.
Finalmente se dará una primera capa de pintura y una segunda conforme lo planeado.
Juntaremos los utensilios empleados, limpiaremos el lugar y… listo.
Así es como normalmente se encara un trabajo.  Imaginemos ahora que esa tarea nos llevó seis días. Comenzamos un domingo y el viernes por la tarde se terminó de limpiar y arreglar.
Por nuestra forma humana de pensar, creeríamos que el trabajo está terminado. Pero ¿Qué se nos enseña en esta porción de la Toráh?
Nos enseña que, conforme al modelo que Elohim nos dejó, aun el trabajo no está terminado.
 ¿Por qué?
Porque resta reposar. Porque resta el último acto contemplativo que da el marco necesario, el ajuste último para la tarea que se ha hecho.
Daremos un ejemplo industrial.
En una fábrica un Jefe tiene la oportunidad de dar tareas a distintos operarios. Generar trabajo a través de ellos. Producir creando nuevas cosas. Y como bien sabe cualquier persona que está o haya estado en la industria, cada proceso de fabricación tiene un tiempo en el cual realizarse.
O sea para hacer tal cosa, el operario emplea por ejemplo una hora y veinte minutos. Pero la enseñanza para ellos es esta: fabricar eso no te lleva una hora y veinte minutos, sino una hora y treinta minutos. Pues es bueno  que se emplee sí una hora y veinte para hacerlo, pero también que al terminarlo se tome 10 minutos para ver lo que ha hecho. El trabajo que le costó, la actividad que llevó adelante. Que piense en lo que se hará con ese producto, en cómo servirá o se disfrutará, en lo bien que le salió, en lo “bueno” que es.
Este aspecto por demás importante es lo que se pierde en la sociedad actual, industrializada y despersonalizada. Donde el ser humano ha perdido el tiempo para poder detenerse a contemplar la obra de sus manos. Y por ende ha perdido la capacidad de poder disfrutar de lo que hace.
De esta forma las personas ya no disfrutan de nada. Ni siquiera del café que están compartiendo con un amigo, pues están pensando en lo que van a hacer al terminarlo. De esta forma, hacemos algo pensando en lo que vamos a seguir haciendo cuando lo terminemos, sin tener el tiempo mínimo necesario para contemplar lo que hemos hecho.
Y este es uno de los motivos por el cual el ser humano se ha visto alienado en la sociedad consumista. Ha perdido con ello la capacidad de disfrutar de lo que hace. Viviendo a un ritmo acelerado, sin la pausa necesaria para la contemplación.
A esto se refiere la continuación del versículo citado:
“… y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.”

La obra no está terminada sino hasta que pudimos contemplarla y regocijarnos de que se ha hecho, hasta que pudimos Reposar del trabajo que hemos hecho.

5ª Reflexión a Bereshit
Génesis 1:5 “…Y fue la tarde y la mañana un día.”
En el primer capítulo del primer libro de la Toráh se nos enseña cómo cuenta los días el creador de todas las cosas.
Aprendemos a poco de caminar en el mover israelita, que contamos los días a partir de la tarde y hasta la tarde del siguiente. Siendo más específicos, lo hacemos cuando por lo menos son avistadas 3 estrellas, las cuales nos marcan el inicio de un nuevo día. Para una mentalidad no entrenada en las cosas de Elohim, sólo estaría comenzando el anochecer, pues los días conforme al calendario heredado del romanismo comienzan a las 00:00 horas y se prolongan hasta las 00:00 del siguiente.
Pero para nosotros es distinto, de esta forma nuestro día no comienza con la luz del sol, con el amanecer, sino precisamente con la oscuridad.
Quizás no hemos advertido esto, pero antes de que la Luz fuese creada, insertada, estaban las tinieblas. Lo cual vemos en Génesis 1:2
“…y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo…”
Luego en Génesis 1:3 vemos:
 Y dijo Elohim: Sea la luz; y fue la luz.
¿Acaso hay algo que YHWH nos quiere enseñar? ¿Hay detrás de ello algún principio?
Queremos  que se piense por un instante en términos netamente humanos. Para ello usemos un ejemplo que se encuentra seguido en los escritores de Israel.
El ejemplo nos pide que nos imaginemos por un instante estar en una habitación completamente a oscuras.
En un momento determinado la luz de una pequeña vela es introducida en ella. Merced a esto, comienzan a perfilarse y verse los distintos elementos de la habitación.
A medida que más luz ingresa en la habitación, a medida que la llama se agranda, es posible ver más. Con mejores detalles y mayor nitidez.
Pero ¿Valoraríamos la luz de no haber tenido el primer instante de oscuridad? ¿Apreciaríamos en su justa medida la luz recibida si antes no nos encontramos en la absoluta oscuridad?
Pensemos ahora en los momentos aciagos de nuestra vida. En aquellos tiempos en que nos toca sufrir o transitar valles de oscuridad. ¿Acaso no han sido esos momentos los que nos han permitido valorar la luz al final de la situación?
Incluso esos instantes en los cuales ninguna certeza se nos revela y la oscuridad parece penetrar todas las ideas ¿No han sido un buen crisol donde la Luz se ha manifestado?
Observemos también que no sólo el primer día de la Creación fue así, sino que todos los días desde que todo fue creado son así.
Con ello YHWH le muestra al hombre que todos los días de su vida son así. Comenzando por tiempos de oscuridad en los cuales aun no se ha manifestado toda la luz que se puede recibir. Y aun creyendo que se tiene la Luz más grande que hasta ese tiempo se ha tenido, aun hay más para poder comprender todas las cosas.

Cuando Yeshúa llega para iluminar nuestras vidas lo hace muchas veces permitiendo que pasemos por el valle de oscuridad, para de esa forma valorar más ese instante con el Creador en el cual se ilumina nuestra mente y entendimiento. Se llena de Luz nuestra alma y todas las cosas se empiezan a ver con claridad.

Ricardo. Se permite la reproducción total o parcial mencionando al autor. Todos los derechos reservados

 

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