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Porción Lej Lejá

Vete (Lej Lejá) Génesis 12:1 al 17:27
La porción de la Toráh de esta semana comienza con la repetición de una orden de parte de YHWH a Abram, quien llegaría a ser el Padre de una Nación y Multitud de Naciones. Lo cual vemos en Génesis 12:1
“Pero YHWH había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”
Como vemos, si bien es aquí donde aparece la indicación, claramente se nos dice que “…había dicho…”, con lo cual entendemos la indicación fue dada a nuestro Padre cuando se encontraba en territorio caldeo.
Cuando en el cristianismo en general nos acercamos  a la figura de Abram, se nos presenta casi como alguien que de la nada un día recibe el mandato del Creador de mudarse y separarse de su familia. Como una persona que, sacada del contexto familiar, cultural y religioso, de buenas a primeras recibe una comisión de parte de YHWH. Ya hemos explicado en otros estudios que las genealogías no están puestas por casualidad en la Biblia sino que es mucha la información que nos revelan.
¿Por qué YHWH se toma la molestia de escribirnos desde el versículo 10 al 29 del capítulo 11 del Génesis acerca de la descendencia de Sem?
Uno de los motivos, además de varios más, es que se conforma una familia. La cual no se encuentra viviendo en lo que luego conoceríamos como la Tierra Prometida.  Y esa familia no es cualquier familia, sino que es la familia que ha formado el Justo Noé. Del cual descienden el justo Sem y el justo Heber. O incluso deberíamos  agregar esa familia es la formada por el Melquisedec Noé, al cual le siguió el Melquisedec Sem que tuvo como discípulo a Heber. Sabemos que algunos de los que leen esto no entienden de qué estamos escribiendo, tengan paciencia ya entenderán.
A lo que estamos apuntando en este momento es a que Abram no surge de la nada como parece  muchas veces. Abram muchos años antes de que se fuese con su padre Taré y su sobrino Lot de Ur de los caldeos; vivió en la misma tierra que Noé y algunos de sus otros descendientes.
¿Sabía usted que Abram había sido discípulo de Noé?
En la casa de Noé, la cual luego pasó a su hijo y discípulo Sem, funcionó un lugar de enseñanza de la voluntad y los caminos de YHWH. Funcionó lo que hoy podríamos llamar una Yeshivá (lugar de estudio). En ese lugar fue donde se consolidó el celo de Abram por las cosas de YHWH.
 Hasta alrededor de  los 50 años estuvo Abram viviendo en la casa de estudio de Noé, compartiendo también con Sem. Imagínese el nuevo creyente las cosas maravillosas que debe haber aprendido nuestro Padre Abraham al compartir tantos momentos de conocer la Voluntad de YHWH. Compartiendo con el hombre que conoció a Adan, que caminó en la tierra cuando los ángeles caídos tuvieron hijos gigantes con las hijas de los hombres, con el hombre que recibió la comisión de salvar a todos los animales. Con el hombre que vio el mundo cuando el cielo tenía otra presentación. Con el hombre que podía contar cómo era el mundo antes de la lluvia. En síntesis, imagínese la experiencia que fue para Abraham recibir de primera fuente la enseñanza de la Voluntad de YHWH.
Por eso siempre escribimos que nunca desmerezcan las genealogías. Ellas nos hablan más que de nombres. Nos hablan de historias compartidas, de experiencias y de otras cosas…
Queremos aclarar algo más.
En algunas ocasiones hemos escuchado de parte de predicadores que al desconocer la historia de Abram se imaginan por lo menos dos cosas erradas.
La primera algunos consideran que Abram es un hombre cercano al paganismo idólatra y que YHWH comienza una tarea de conversión en él. De forma progresiva, alejándolo por ello de su tierra y familia.
Y por otro, la idea de que se aleja de su familia en tierra caldea, por ser estos un grupo de idólatras paganos consagrados a cuanta imagen andaba dando vueltas.
Ambas visiones son erróneas.
“Pero YHWH había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”
 La primera consiste en considerar que Abram es conducido a retirarse de la tierra donde había nacido, la cual pertenecía a la antigua Sumeria, por estar en una tierra plagada de idolatría y paganismo.
En esa afirmación hay por lo menos un error contenido.
Es cierto que Ur era una ciudad llena de idolatría y paganismo, entonces ¿Cuál es el error?
El creer que la zona donde luego estaría asentado el Pueblo descendiente de Abraham era un centro de iluminación y pureza espiritual.
No, la zona a la cual se dirige Abraham estaba llena de inmundicia e iniquidad. Llena de idolatría y satanismo.
No es necesario indagar mucho en el Génesis para comprobar esto. El primer versículo con el que iniciamos este estudio es Génesis 12:1
Miremos ahora Génesis 12:6
“y el cananeo estaba entonces en la tierra.”
Esta sola frase ya nos dice que considerar que salió de su tierra porque aquel lugar estaba lleno de idolatría, es dar una respuesta equivocada. Porque el lugar a donde se desplaza también está lleno de idolatría. No vamos a hacer una descripción de la idolatría cananea, pero les aseguramos que era prácticamente igual a la encontrada en la Mesopotamia.
¿Existe alguna diferencia entonces en la Tierra?
Sí por supuesto, hay un hecho muy singular que nos muestra esto: la construcción de los altares. Recién luego de salir Abram edifica altares:
Génesis 12: 6-7 “Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More…Y edificó allí un altar a YHWH, quien le había aparecido.”
Génesis 12: 8 “Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el,… y edificó allí altar a YHWH, e invocó el nombre de YHWH.”
Génesis 13: 18 “Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a YHWH.”
Según podemos ver es esta tierra la que eligió YHWH para que su nombre sea honrado, adorado y exaltado como en ninguna otra. Pues la mención anterior que tenemos de un altar fuera de esta tierra es la de Noé, Génesis 8:20
“Y edificó Noé un altar a YHWH, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.”
Siendo este el primer Mitzbeaj (altar) mencionado.
Ahora correspondería la pregunta ¿Es válido o correcto edificar un altar fuera de la Tierra Prometida? Si nos quedásemos solamente en los relatos bíblicos hasta ahora leídos podríamos pensar que si Noé lo hizo sería permitido para nosotros levantar un altar en el fondo de nuestras casas. O quizás para “hacerlo” más santo, levantarlo en la catedral o en el templo donde se lleva a cabo el culto cada semana. Pues bien, la Toráh no termina en Génesis, veremos en estudios posteriores por qué ya no es correcto levantar altares fuera de la Tierra prometida y tan siquiera fuera de su Santo monte.
Avanzando en la cuestión planteada la segunda orden que recibe nuestro Padre Abraham es “…Vete… de tu parentela…”
Cuando hemos consultado a lectores de la Biblia sobre este pasaje la respuesta que recibo es que Abraham debió dejar a sus parientes porque todos estaban entregados a la adoración y el paganismo.
¿Es esto correcto? Por supuesto que no. Es más diríamos que es una ofensa y una falta de respeto para con nuestros antepasados. Alguien podría decir:
– “pero si yo escuché que Taré el padre de Abram era un idólatra. Un hombre que tenía ídolos en la casa y otras cosas más.”
Nuevamente debemos decir que sólo lecturas parciales y falta de textos históricos pueden hacer decir eso. ¿Por qué escribimos esto? Porque las personas cambian, y escribir que Taré llegó al final de sus días como un idólatra es equivocado.
Hay un cambio en Taré, pero se nos pasa desapercibido.
Podríamos decir, bueno quizás su padre cambió de actitud y pensamiento pero en resto de sus parientes seguían siendo malos. Tan sólo pensar en  Noé y Sem nos muestra lo equivocado de pensar que todos los parientes de Abram eran idólatras. O sea que dentro de la parentela había hombres justos.
Veamos un punto importante: era necesario que dejara su tierra y era necesario que dejara a sus parientes. Ya vimos que el por qué de estas cuestiones muchas veces ha sido mal analizado. Pero dentro de los parientes queda todavía alguien más para analizar: Lot.
En alguna ocasión hemos leído algún comentario despotricando contra Lot, como la representación de la carnalidad humana. O el ejemplo del cristiano carnal, etc. Es cierto que debía Abram separarse de Lot. De hecho luego de la separación se da esta promesa, Génesis 13: 14-15
“Y YHWH dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.”
Pero Lot no era un ser despreciable del cual debía separarse para no contaminarse. ¿Y cómo podemos sostener esto? Porque creemos en Yeshúa  y lo que enseñó a sus discípulos. ¿Qué tiene que ver esto con Lot? Que si un discípulo de Yeshúa, que caminó con El y aprendió de su boca la verdad de la Torah me dice algo, tengo que creerle que es cierto. Y lean lo que Pedro, su Apóstol dice de Lot:
2 da de Pedro 2:6 al 8
“y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),…”
¿Es necesario que agreguemos algo para explicar al nuevo creyente lo que YHWH opina de Lot?
Sabemos que Abram tuvo que dejar su país, su tierra de origen porque la voluntad de YHWH de formar una gran Nación se concretaría en la Tierra sobre la cual sus ojos están todo el día.
Sabemos que alejó a Abram de sus parientes porque de él solo nacería la Nación, su Pueblo escogido.
Veremos más adelante cómo se desarrollaron estas cosas.
 Ricardo

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((Con esta porción se lee el estudio de MELQUISEDEC))

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