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Porción de Levítico 14,1-15,33 – Metzorá

Tzaarat (lepra)
¿Existe un aspecto simbólico que refleja a Nuestro Salvador?
Toda la Escritura debe honrar al Hijo de YHWH. Quien no busque esa honra lo único que hace es arrojar vanas palabras al viento. Y a esa búsqueda apuntaré ahora.
Luego de que la persona ha sido sanada de su tzaarat existe un cierto rito que debe ejecutarse. Si bien en la actualidad no tenemos templo ni la existencia de esa enfermedad. El propio rito que debe realizarse luego de la curación nos enseña aspectos que debemos tomar en cuenta para entender el origen de ese mal.
Veamos lo que la Instrucción nos indica, Levítico 14: 2-4:
“Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso, el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo.”
Lo que se traduce como “grana”, puede tener varios significados en castellano, pero básicamente es el color rojo, carmesí o escarlata. El cual era producido por un pequeño gusano.
¿Por qué es importante para nosotros ver estos elementos?
En primer lugar porque se puede entender algo: ninguna palabra está demás en la Instrucción (en la Toráh), pues ya que la Toráh es la estructura misma del universo, el faltante de una palabra sería como quitar uno de los sostenes del universo mismo. Yeshúa es la Toráh Viva, según podemos entender a partir del Evangelio de Juan, Él es La Palabra Viva. Y es Él quien sostiene el Universo. Por eso la carta a los Colosenses nos dice, en su capítulo 1:17
“Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;…”
O bien en Hebreos 1:3
“el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder…”
Entonces cualquier palabra que nosotros quitemos de la Toráh, restaría alguna de las cosas que Él sostiene con su Poder. Sé que son temas difíciles, pero la comprensión de los misterios y profundidades de su conocimiento son adquiridos a través del caminar conforme su palabra nos lo indique. Quizás alguien no reste o quite a sus palabras, pero es posible que no busque el entendimiento de ellas por pensar que son cosas que no tienen que ver con nosotros o nuestros tiempos.
Sin embargo debe entenderse que la Instrucción permanece mientras el Cielo y la Tierra sigan existiendo, pues ambos son los dos testigos que Él creó desde el principio (desde Bereshit) para que sepamos que su Palabra permanece. Y su Palabra es Verdad.
Entonces cada una de las palabras que en esos versículos de Levítico he transcripto nos deben conducir al conocimiento de la Verdad de Yeshúa y lo que Él desea para nuestras vidas.
Veamos qué nos enseñan esos elementos que debían ser traídos ante el sacerdote como parte del proceso de purificación.
Repasemos: dos palomitas, madera de cedro, hisopo, tinta escarlata.
¿Por qué estos en particular? Ellos son usados precisamente porque en su imagen está contenido también el porqué de que haya acaecido el mal de tzaarat. Es importante entender el simbolismo que esos elementos tienen para nuestras vidas.
Empecemos por la madera: cedro. Este es un árbol majestuoso que llega a alcanzar los 50 metros de altura, fue usado en la construcción del Templo. Es un árbol inmenso, soberbio. ¿Les dice algo la última palabra que he usado?
El simbolismo del cedro es muy claro. En él se hace referencia a la soberbia del hombre, al enaltecimiento generado en la propia inclinación al mal del ser humano. No se trata de ser enaltecido por el Creador a partir del cumplimiento de su Voluntad. Sino que se trata de la persona altiva, presuntuosa, altanera. Quien se eleva a sí mismo a una posición en la cual su Creador no lo colocó. Esta es la típica soberbia de hasatán, el enemigo de YHWH que se eleva a sí mismo a una posición que no le corresponde. Y producto de esta elevación inmerecida es que culmina atrayendo sobre sí los males de la plaga.  Pretendiendo elevarse sobre el campamento, es desterrado de este. Similar a lo que ocurrió con el maligno, Isaías 14:13-14
“Pero tú dijiste en tu corazón: Subiré al cielo, por encima de las estrellas de YHWH levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte.  Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo.”
Por otro lado la presencia del segundo elemento de la vida vegetal nos enseña su contraparte, el hisopo. Es esta una muy pequeña planta, presente en muchos pasajes de la Biblia,  cumpliendo un servicio. Por ejemplo usada para pintar los dinteles de las casas de los israelitas la última noche en Egipto.
Es sencillo comprender que frente a la actitud altanera simbolizada en el cedro, la actitud de humildad y servicio representada en el hisopo muestran a las claras la contraposición que desea enseñarnos YHWH con la curación del “leproso”.
Aún restan tres elementos. Empecemos por las dos palomitas.
Para entender esto debemos asimilar que uno de los motivos por el cual el tzaarat se manifestaba tenía que ver con las palabras de maldad que eran proferidas por la boca de quien luego verá la plaga en su ser. Estas palabras de maldad, hirientes, destructoras eran proferidas contra su semejante. Para ello voy a mostrar dos ejemplos.
El primero a veces se nos escapa, aun cuando en parashot anteriores lo hemos mencionado. Esto le ocurrió a Moisés en la Montaña donde recibió la comisión de liberar al Pueblo de Israel.
Veamos Éxodo 4:6
“Y añadió YHWH: Ahora mete la mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno, y cuando la sacó, he aquí, su mano estaba leprosa, blanca como la nieve…”
Esto es tzaarat. ¿Por qué Moisés recibió esto? Sólo debemos dirigirnos unos versículos hacia atrás, Éxodo 4:1
“Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz? Porque quizá digan: “No se te ha aparecido YHWH…”
Tal vez no lo advertimos pero aquí Moisés habló mal, tuvo lashón hará (lengua del mal), en contra del Pueblo de Israel. Fue por ello que recibió tzaarat.
Entonces por qué las dos palomitas. Porque al igual que las palabras que son pronunciadas y llevadas por el viento, de igual forma las palomitas representan esas palabras llevadas por el viento. Es necesario que ese aspecto del pecado que provoca tzaarat, sea matado por la persona. Es necesario que la tendencia a proferir malas palabras contra el semejante sea terminada y reemplazada por buenas y vivas palabras que se eleven sobre la maldad. Es necesario que sea elevada halashón hatov, la lengua del bien y surque los cielos llevando un buen mensaje.
Por último un aspecto muy hermoso se esconde detrás de la “grana”, la tinta roja, lo cual es producido por un ser insignificante, un gusano. Quiero detenerme un poco en esta cuestión pues entiendo que será de gran bendición para los provenientes del cristianismo entender estas cosas.
Lo que ha sido traducido como grana, rojo carmesí, es la palabra en hebreo תּוֹלָע  (Strong 8438, Tolá) lo cual hace referencia al gusano rojo, conocido científicamente como “coccus ilicis”.
Esta palabra “Tolá” es reproducida también en un Salmo que seguramente conocen, el Salmo 22 versículo 6 cuando dice:
“Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.”
Ahora pido atención pues lo siguiente es un poco difícil de seguir cuando todavía no se ha adquirido la práctica hebrea de la alusión en las Escrituras, pero es de esta forma que se va adquiriendo.
Miremos Mateo 27: 46  “Y alrededor de la hora novena, Yeshúa exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí lama sabactani,  Esto es: YHWH mío YHWH mío ¿por qué me has abandonado?”
Estas palabras del Mesías tienen por objeto que viajemos al Salmo que contiene esas palabras, pues representan una forma de conducir, de dirigir el pensamiento, las ideas de quien está escuchando. No son sólo palabras dichas al aire, buscan conducirnos a determinadas lecturas y comprensiones. El Salmo en cuestión es aquel mismo que comienza con esas palabras, el cual es el Salmo 22 y en el caso específico el versículo 1
“YHWH mío, YHWH mío, ¿por qué me has abandonado?  ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?”
Como escribí antes es en este mismo Salmo donde se dice:
“Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.”
O sea el Mesías se está comparando a sí mismo con el Tolá, con el gusano de color carmesí, elemento necesario para que la persona que tiene tzaarat pueda ser restaurada.  Asimismo continuando con la búsqueda de este “gusano” en las Escrituras, nos encontraremos con Isaías 53:3, en este texto se dice del Mesías:
“Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.”
La frase que ha sido traducida como “desechado de los hombres” es el hebreo “hadal ishim” esto significa que dejó de ser un ser humano para convertirse… en un gusano a los ojos de la humanidad. Algo similar al gusano del cual se saca la tinta roja para el rito de cura del tzaarat.
Creo que no necesito ahondar más en la cuestión. El rito de purificación del leproso nos conduce finalmente a entender que toda la cuestión se resume en que lo único que puede purificar a la persona, lo único que puede liberarla es Aquel que tomó la decisión de entregar su Vida por toda la Humanidad, sacrificándose conforme a la Voluntad del Padre y sirviendo de ejemplo para todos nosotros.
Ricardo
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