importante: Leer tambien el estudio “bautismo”
Sé que el título de este escrito es fuerte. En ocasiones los escritores buscan causar una impresión en el lector desde el inicio como modo de atraer su atención. Pero no es esta la intención, sino que es el título necesario para adecuar el texto a la importancia del asunto.
Lo que ocurre es que si bien sabemos que toda la Escritura habla del Mesías, en ocasiones no se advierten aquellos textos que hacen a la relación entre el Redentor de Israel y su Esposa. Me refiero a la Iglesia. Esta se encuentra presente en numerosos pasajes, los cuales constituyen a veces advertencias acerca de su comportamiento o lo que se espera de ella.
En la porción de las Escrituras llamada “Diles” (Emor en hebreo transliterado) se establecen disposiciones con respecto al Sumo Sacerdote. En especial quiero hoy destacar lo que se refiere a las cualidades que debe tener la que va a ser su Esposa. Levítico 21: 13 al 15 dice:
“Tomará por esposa a una mujer virgen. No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer, para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo YHWH soy el que los santifico.”
Quienes conocen la historia de lo que ocurrió con la Casa de Israel, saben bien que al adoptar los ídolos, las costumbres y los ritos de los pueblos paganos, no solamente se contaminó con ellos, sino que cayó en el adulterio, prostitución y fornicación. Veamos algunos textos que reafirman esto:
Oseas 2:2 “Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos…”
Oseas 2:5 “Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró,…”
Oseas proféticamente se encuentra hablando de esta cuestión. En “La Fe del Nazareno” he escrito acerca del sacrificio del Mesías y porqué fue necesaria su muerte y resurrección. Pero es preciso entender también la situación de quien va a ser su Esposa, la Congregación reunida, la Iglesia. Pues si bien el Esposo se sacrificó y resucitó para poder casarse con su Amada, es necesaria una renovación completa en la contraparte para poder ser apta para el matrimonio.
En otros escritos hemos visto la función de Yeshúa como Sumo Sacerdote Celestial, y a ellos remito. Ahora es necesario entender que una mujer que ha dejado de ser virgen, o que se ha prostituido o que ha sido infamada, no sería apta para ser la esposa de quien tiene a su cargo la máxima responsabilidad en la ministración de las cosas divinas. Esto también nos habla de la Iglesia como la Esposa del Hijo de Dios. Y como tal es necesario un cambio de raíz en ella para que sea apta para su Esposo. Pero no hay nada que la Congregación de Israel, la Kahal, la Ekklesia, la Iglesia, pudiese hacer para que fuese borrado su pecado, a excepción de…morir y nacer de nuevo.
Por ello es que Yeshúa le dice a Nicodemo en Juan 3:3
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
Si aquellos que pretenden ser la futura Esposa del Mesías, la Iglesia, no nacen de nuevo a través de las aguas del bautismo y del fuego del Espíritu Santo, nunca podrán unirse al Sumo Sacerdote de los bienes eternos.
Las aguas del bautismo, las cuales representan simbólicamente la muerte de la persona al pecado y la transgresión, son el primer paso para poder romper el impedimento matrimonial del cual nos habla Levítico.
Por ello sin muerte no hay boda.
Ricardo.
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