En la porción ajarei mot tenemos lo que consideramos uno de los capítulos más importantes, el 16. Pues en él se encuentra contenida la Gran santa Convocación de YHWH llamada Yom Kippur, lo cual se traduce en nuestra lengua como Día del Perdón.
Podríamos preguntarnos por qué consideramos que esto es tan importante y no en cambio Pesaj o Pascua en castellano.
Lo consideramos así por lo siguiente. Los eventos que vivió el Pueblo de Israel en Egipto y su salida, con la muerte de los primogénitos por ejemplo, han tenido su cierre, su broche de oro, con el sacrificio del Mesías en la cruz. Por lo cual la santa Convocación conocida como Pesaj ya ha tenido su cumplimiento mesiánico profético. O sea es un moed que el Mesías ya cumplió. Por ello es equivocada la celebración que se realiza en el catolicismo romano con su vigilia pascual esperando en el amanecer la llegada del Mesías. Donde incluso cantan el Exultet como hemos analizado en alguna publicación. Yeshúa ya cumplió Pascua. Ya está, se terminó el aspecto profético de esa Convocación.
Asimismo el Espíritu Santo ya visitó a nuestros hermanos en Shavuot (Pentecostés), con lo cual las llamadas Fiestas de la Primavera en Israel se han cumplido. Ahora es necesario de acuerdo al calendario profético, que se cumplan las Fiestas del Otoño, Yom Teruáh (Día de las Trompetas), Yom Kippur (Día del Perdón) y por supuesto Sukkot (Tabernáculos).
Aquí observaremos algo extraordinario y es que cuando comprendamos el contenido profético del capítulo 16 de Levítico veremos cómo ya, hace unos 2000 años comenzó el cumplimiento de un aspecto de la Convocación de Yom Kippur, pero por ahora no nos adelantaremos.
Aclarado este punto pedimos como siempre al lector que tenga la amabilidad de leer la porción referida, teniendo fresco en su mente el contenido del capítulo 16.
Levítico 16:1 “Habló YHWH a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de YHWH, y murieron.”
Transliterando en hebreo sólo las primeras palabras se leería así: Vayddaber YHWH al –Moshé ajarei mot…”
Hemos aprendido hace mucho tiempo que en la Instrucción todas las palabras tienen un sentido y así como a veces se dice en el cristianismo que Toda la Biblia habla de Jesús, diremos que es cierto, toda ella habla de Yeshúa. Por lo cual debemos entender que detrás de las palabras “ajarei mot”, después de la muerte, dan a entender que proféticamente son estos eventos que ocurrieron (Nuevamente lo repetimos: en un sentido profético) luego de la muerte y resurrección de Yeshúa. O sea para que se entienda, lo que ocurre con el Sumo Sacerdote representado en Aharón en Levítico 16, será lo que luego ocurriría proféticamente con el Mesías luego de ascender a los cielos.
Analizando los versículos de la Toráh podemos ver en primer lugar que se nos sitúa en el tiempo en el cual este transcurre. Pues nos dice “después de la muerte de los hijos de Aharón…”, por el contexto del capítulo es fácil entender que todos estos eventos ocurrieron el mismo día. Entiéndase, cuando leímos la porción Shminí (Octavo) donde se establecía la consagración de Aharón y su hijos, luego vimos la muerte de sus dos hijos Nadav y Aviú y las palabras de Moisés y ahora este relato; todo ello transcurre el mismo día.
Por esto es que Levítico 16:2 nos da más conocimiento acerca del porqué de la muerte de Nadav y Aviú. Ya sabíamos por la indicación de no beber alcohol cuando se va a celebrar el servicio que es muy probable que ellos hubiesen estados borrachos o por lo menos con sus facultades disminuidas por efectos del alcohol. También sabemos que ofrecieron un incienso que no les fue mandado que ofrecieran mediante un fuego extraño. Ahora por el versículo que transcribiremos sabemos que es muy probable que hayan pretendido ingresar en el lugar Santísimo.
Levítico 16:2 “Y YHWH dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.”
También este versículo nos está dando otra información muy interesante y valiosa. La indicación es para Aharón y sus hijos y consecuentemente los sacerdotes. Pero esta indicación no es para Moisés, quien evidentemente podía ingresar cuando quisiera en el Lugar Santísimo.
Este tiempo en el cual se produce la comunicación dada a Moisés es muy importante. Pues ya que hemos visto que todo ocurre el mismo día, es importante recordar qué día fue este: el 1 de aviv. Y esto es importante porque el día 14 de aviv se celebraría Pesaj, con lo cual Yom Kippur fue anunciado antes de celebrar Pesaj. Ello establece una conexión entre ambas convocaciones. ¿Hemos visto esta conexión en alguna otra parte de las Escrituras? Si, seguramente, pero no sabíamos que ahí estaba.
Veamos el siguiente versículo de Juan 1:29
“El siguiente día vio Juan a Yeshúa que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de YHWH, que quita el pecado del mundo.”
O sea aquel que es Voz que clama en el desierto nos dice que Yeshúa es:
• Cordero de YHWH
• Quita el pecado del mundo
En la primer parte de la sentencia de Juan se encuentra proféticamente la Santa Convocación de Pesaj, unida a ella por el nexo “que”, se encuentra proféticamente la Santa Convocación de Yom Kippur.
Ahora bien es necesario avanzar en una cuestión muy importante. Hagámonos la siguiente pregunta ¿Por qué Yeshúa murió en Pesaj y no en Yom Kippur?
Porque nuestro Elohim respeta el orden para las cosas que Él mismo estableció. Si analizamos la secuencia de eventos que ocurren desde la visita inicial de Moisés al Faraón hasta este momento que tenemos en Levítico 16 donde es anunciado Yom Kippur, veremos lo siguiente. Antes de que fuese inaugurado el Tabernáculo, antes de que los sacerdotes fuesen instituidos, antes de que el Pueblo recibiese la Toráh, antes de que se partiera el Mar de las Cañas, antes de todo fue necesario qué… que el Pueblo de Israel fuese liberado de la Esclavitud lo cual se concreta luego del sacrificio de Pesaj y la ruptura de la atadura del faraón.
De igual modo, antes de que recibiésemos la Toráh, antes de que caminemos en este mover, antes de todo fue necesario qué… aceptar en nuestras vidas el sacrificio del Cordero Pascual. O sea que se cumpliese proféticamente en nuestras vidas el sacrificio del Mesías de Israel inmolado en Pesaj.
Pero entones qué podría preguntar alguien ¿Es necesario que nuevamente muera para cumplir Yom Kippur, el Día del Perdón? No, pues según se nos enseña en la llamada Carta a los Hebreos 9:27-28
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
así también Yeshúa fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos…”
Con su sacrificio Nuestro Mesías y Maestro cumplió un aspecto de Yom Kippur. Una primera parte digamos. Pero ¿Cómo es esto preguntará alguien?
Pues bien, hemos escrito hasta el cansancio que para poder entender el llamado nuevo testamento es imprescindible el conocimiento de lo que la Toráh y los Profetas dicen. Para entender la obra de Yeshúa como Sumo Sacerdote es necesario que conozcamos lo que es ordenado en Levítico 16 para el Sumo Sacerdote.
Si prestamos atención al versículo de Levítico 16: 14 veremos que el Sumo Sacerdote ingresa al Tabernáculo con la sangre del becerro y rocía siete veces, hace expiación por el Lugar santísimo y por el Lugar Santo purificando ambos. Y luego sale para completar el rito según vemos en Levítico 16: 21-22
“y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada…”
¿Por qué escribimos más arriba que Yeshúa cumplió una parte de Yom Kippur?
Porque el Sumo Sacerdote ingresaba en el Lugar Santísimo, rociaba la sangre, salía al Lugar Santo, rociaba la sangre y luego salía a la expiación final. Pero Yeshúa hace dos mil años ha ingresado al Lugar Santísimo con su sangre expiatoria pero aún no ha salido del Tabernáculo Celestial. Nos encontramos proféticamente en ese momento en el cual el Pueblo de Israel esperaba que el Sumo Sacerdote saliese para cumplir con la expiación para todo el Pueblo. ¿Y cuándo ocurrirá ello?
Pues está claro que Él volverá cuando se produzca el Día del Toque de Trompetas, a la trompeta final todo ojo lo verá pero aún no descenderá a la Tierra, sino que allí se encontrará con sus escogidos:
1ra de Tesalonicenses 4:17 “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Aquí no dice que nos iremos a vivir al cielo, lo que dice es que estaremos siempre con Él. Pero Él debe cumplir la segunda parte de Yom Kippur, por lo cual desciende a la Tierra para la expiación. De igual forma que el Sumo Sacerdote lo hacía.
Por ello es que el texto de Isaías 53 está conectado a estos eventos:
Levítico 16:22 “Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.”
Isaías 53:4 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de YHWH y abatido.”
Isaías 53: 11-12 “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”
Ahora bien, avanzando en la cuestión podríamos preguntarnos ¿Es que acaso el sacrificio de Yeshúa sólo será útil para nosotros recién en el Yom Kippur que acontecerá cuando regrese?
Pues no, como escribimos todo el capítulo de Levítico nos enseña cuestiones proféticas.
Pues el Sumo Sacerdote con la sangre al purificar por el rociamiento trazaba un camino, para entenderlo debemos imaginar la escena de este arrojando las gotas con su dedo. Es por ello que en la Carta a los Hebreos se nos escribe lo siguiente, 10: 19-20
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Yeshúa, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de YHWH, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
Ahora ese camino hasta la presencia misma de YHWH está pavimentado por la sangre de Nuestro Señor. Aceptando a Yeshúa como Nuestro Señor y Salvador, bautizándonos en su Nombre, arrepintiéndonos de obras muertas, caminando el camino de Toráh que se nos brinda, en síntesis apropiándonos del sacrificio hecho por nosotros a través de su Sangre, podemos recibir limpieza de corazón, el perdón de las transgresiones.
En la siguiente reflexión continuaremos profundizando en lo que el glorioso capítulo 16 de Levítico nos enseña.