La carta a los Romanos y el llamado evangelio de Juan, fueron escritos por autores diferentes en la Tierra pero con un mismo autor celestial. Si bien los textos del Nuevo Testamento y la Biblia en general fueron escritos por distintos autores humanos, la inspiración sobrenatural es la misma. Y a esto lo podemos ver en la perfecta armonía e inteligencia de ideas que penetra cada uno de los versículos que los componen.
Pero esta armonía no está dada para que despreciemos unos textos en favor de otros, sino para que la comprensión, el entendimiento de unos nos sirvan para entender más a los demás.
Esta visión de las Escrituras es la que hoy nos conduce a relacionar el primer capítulo de Juan y el capítulo ocho de la carta a los Romanos, lectura que recomiendo como forma de entender mejor este escrito.
El capítulo 8 de la carta, desde el versículo 1 hasta el 13, efectúa una comparación entre la vida de aquellos que siguen la voluntad de YHWH, guiados por el Espíritu; y aquellos que siguen los dictados del pecado haciendo la voluntad de la carne. El resultado de esos dos caminos es o bien la muerte o bien la vida. Cuando llegamos al versículo 14 encontramos lo siguiente:
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
Este versículo establece la directiva de vida que tienen aquellos que son guiados por el Espíritu Santo, los cuales son los Hijos de YHWH.
Es ahora cuando debemos involucrarnos con el evangelio de Juan para poder entender el mensaje codificado en estas palabras sencillas. Pues ser Hijo de YHWH conlleva a la posibilidad de vivir, a diferencia de aquellos que siguen las obras de la carne. Veamos entonces el evangelio, Juan 1: 12
“12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; ….”
Seguramente ha leído muchas veces este texto y lo ha estudiado y meditado, todo lo cual nos sirve ahora que le daremos una vuelta más al tema, yendo al sentido original de las palabras.
Ya he escrito en otras oportunidades acerca de que el autor del evangelio de Juan fue un sacerdote creyente en Yeshúa, lo que explica la gran diferencia que tiene en su redacción y estructura con el resto de los evangelios. Si bien es posible que originalmente haya sido escrito en hebreo, llega a nuestras manos en el idioma griego, al igual que la carta a los Romanos. Y no puedo expresar la emoción que me da pensar que el Espíritu Santo acomodó las cosas de esta forma para que tengamos ambos textos en un mismo idioma y podamos compararlos. Así, haciendo lo que en hermenéutica llamamos “similitud de expresiones”, teniendo expresiones similares podemos comprender ambos textos alimentándose uno del otro. Y tenemos certeza y tranquilidad al hacerlo porque ambos autores conocían a fondo la Toráh y el resto de los textos, y guiados por inspiración divina escribieron.
Juan nos dice que cuando alguien recibe a Yeshúa en su corazón, cuando cree en su Nombre recibe algo: “…les dio potestad…”
¿Qué es esta “potestad”? ¿Qué es este regalo gratuito que viene por creen en el Hijo de YHWH, por creer en Yeshúa?
Para poder entender de qué se trata debemos adentrarnos en el idioma original en que lo recibimos. El vocablo que ha sido traducido como potestad es el griego exusía (ἐξουσία). Esta palabra tiene el sentido de dar autoridad. Asimismo no tener esta “exusía” es no tener autoridad. Un ejemplo de esta falta de autoridad está expresado en el versículo de Eclesiastés 8:8 “No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu…”.
O sea para entender el ejemplo: así como YHWH ha dado autoridad al hombre para “ser hechos hijos de Dios”, no le ha dado para retener su espíritu, por lo cual ninguna persona tiene autoridad sobre sí para no morir.
Entonces entendemos que YHWH ha dado a los que creen en su Hijo Yeshúa un poder, una autoridad, algo que hace que lleguen a “ser Hijos de Dios”.
Debemos continuar entonces el análisis y ver qué nos dice la frase “ser hechos Hijos de Dios”.
Recordemos Romanos 8: 14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de YHWH, éstos son hijos de YHWH.”
Versículo que relacionamos con Juan 1:12 “ Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de YHWH; ….”
Analizando la frase “ser hechos Hijos de YHWH”, debo decir que esto genera algunas dificultades por la sencilla cuestión de que debemos comprender que a veces los idiomas expresan ideas diferentes. Y es así que el castellano genera una visión diferente de las cosas de las que el idioma griego nos da. Lo que ocurre es que ambos idiomas captan la realidad de una manera diferente. Y estas diferencias por ejemplo se aprecian en los verbos, que son palabras que expresan acciones.
Esto ocurre en muchas lenguas. Por ejemplo el idioma castellano tiene una diferencia inmensa con el resto de los idiomas en cuanto a los verbos “ser” y “estar”. Los que hablamos castellano conocemos la diferencia entre estos verbos. Por ejemplo “yo soy guatemalteco” y “yo estoy en Guatemala”. Pero el idioma francés por caso, no tiene esta diferencia y en ambos caso usará la frase “je suis” (que corresponde con Yo Soy).
Entre el idioma griego y el castellano en cuanto al verbo Ser, existe una diferencia muy importante. Porque el idioma griego tiene dos palabras diferentes para el verbo Ser. La primera expresa algo instantáneo, algo que ocurre de inmediato. Para esta situación el idioma griego usa el verbo eimí (εἰμί). Puedo citar como ejemplo el discurso de Pablo en Atenas donde dice en Hechos 23:6
“…Yo soy fariseo…” lo cual en griego es “egó farisaiós eimí” (ἐγὼ Φαρισαῖός εἰμι).
Pero existe otra forma del verbo ser, lo cual es la palabra guínomai (γίνομαι). Este es también un verbo ser, pero que expresa algo que no ocurre de inmediato. Sino que es parte de un proceso. Imaginemos un roble que hoy tiene sólo 1 metro de altura. Podemos imaginar que en unas décadas llegará a ser de 20 metros. Pues bien esta expresión de algo que ocurre en el tiempo, que es parte de un proceso, es lo que expresa ese verbo griego. O sea se usaría para expresar “este roble llegará a ser de 20 metros”.
¿Por qué he usado tanto espacio en explicar esto?
Porque en Juan 1:12 se ha empleado ese verbo en el lugar que en castellano ha sido traducido como “ser hechos Hijos de YHWH”.
Esa frase “ser hechos Hijos…” nos está diciendo que se trata de un proceso, no de algo que ocurra de inmediato. Sino algo que implica un camino a transitar, un período de tiempo que transcurre y a través del cual nos convertimos en Hijos de YHWH.
Esto es muy importante porque se ha creado la falsa idea en algunos círculos religiosos, de que si alguien pasa al frente en una reunión religiosa y dice unas palabras frente a todo el mundo instantáneamente se ha transformado en un completo Hijo de YHWH. Pero eso no es lo que la Escritura dice, sino que ser Hijo de YHWH es un proceso, que llevará el tiempo adecuado conforme sea la resistencia de la persona a aceptar la voluntad de YHWH. Y esto es lo que la carta a los Romanos nos explica. Si relee el capítulo 8, verá que a lo largo de los 13 primeros versículos, se nos describe una constante puja. Una lucha contra los deseos del mundo, la carne y la influencia del maligno. Y es en esa permanente lucha contra las inclinaciones al mal que la persona se va perfeccionando. A esto es a lo que se refería Pablo cuando nos hablaba de crucificar diariamente al viejo hombre. Pues mientras tengamos un cuerpo mortal, estemos en el mundo y exista el enemigo de YHWH, la lucha será permanente. Lo cual conduce finalmente a nuestro perfeccionamiento.
Alguien podrá preguntarme ¿Pero es posible resistir este embate del pecado? ¿Es posible, a veces siento que no tengo fuerzas?
Sí, es posible, porque ha sido puesto en usted un poder, una potestad, una “exusía” de parte de YHWH para que lo logre. Y esa fuerza especial puesta por YHWH en usted es la que día a día lo transformará hasta llegar a ser un completo Hijo de YHWH.
Ricardo.
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