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🟢Cuando Yeshúa toma el control

 

Apartándome un poco de la práctica común, lo que haré esta vez  será una visión alegórica de las escrituras. Una mirada basada en lo que se desprende cuando se busca un sentido diferente al literal. Este será un paseo por las Escrituras, donde uno a uno los versículos se irán encadenando.
Para ello comenzaremos con el siguiente versículo de Éxodo 19:17
“Y sacó fuera Moisés al pueblo al encuentro de YHWH, del campamento; y se pusieron al pie del monte Sinaí.”
El mismo tiene un punto en común con los siguientes tomados de otras partes del mismo libro escrito por Moisés:
Éxodo 12:51 “Y en aquel mismo día sacó YHWH a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.”
 Éxodo 13:14 “Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: YHWH nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;…”
Habrán observado que la palabra que comparten los tres pasajes es el verbo sacar.
En hebreo, este es el verbo יָצָא yatsá, que asimismo es una palabra también usada para la idea de producir, de generar algo. Un ejemplo lo tenemos en:
Números 17:8 “Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y  producido almendras.”
Si bien en la traducción al castellano encontramos el vocablo “echado”, en el original se usó el mismo verbo que mencioné. O sea que la vara “sacó• flores.
¿Por qué esto es importante?
Porque cuando YHWH “saca” a su Pueblo, no solamente lo hace para liberarlo de la esclavitud, sino para producir algo distinto en ellos.
Pensemos un poco en la situación de un israelita dos años antes de salir de Egipto.
Se encontraba inmerso en una vida sin propósito. Condenado él, sus hijos y sus nietos, a repetir la historia de servidumbre. Sin esperanzas en el mundo.
La misma situación en la cual se encuentran millones de personas en estos tiempos. Condenadas a continuar la triste historia de sus antepasados, sometidos a la esclavitud del pecado, de la idolatría, de la perdición. Y pensando que nunca podrán apartarse de esa realidad.
Sin embargo, llega un momento en el cual el Creador rescata a su Pueblo y lo saca para •producir• ahora un cambio genuino, real, que transforme esos vacíos, en vidas con propósito.
Cómo puede ello relacionarse con el Nuevo Testamento. Para esto es necesario observar qué palabra fue empleada por los sabios de la Septuaginta para expresar la misma idea, la de “sacar”. Esa palabra es ἐξάγω exágo.
Cuando el escritor del evangelio de Juan, sea que originalmente se haya escrito en hebreo, o su traductor al griego, se encontró con la necesidad de expresar la misma idea, lo hizo usando esa palabra.
Es la misma que se empleó en Juan 10: 1 al 4
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.”
Obsérvese que la imagen que presenta Yeshúa del Pastor verdadero sacando las ovejas del redil es una imagen similar a la que hemos visto antes. La imagen de YHWH mismo tomando a su Pueblo y sacándolo de Egipto para encontrarse con él. Y que lo siga, produciendo un cambio en sus vidas.
Ahora bien ¿Cuál es el sentido de que Su Pueblo sea sacado de “Egipto” para nosotros? En nuestros tiempos, es una representación del mundo en el cual estamos, o en la organización a la cual pertenecíamos. ¿Por qué nos saca de ese estado?
Para poder entender esto veamos algo que ocurrió el cuarto día de la Creación:
Génesis 1: 16 al 19 “hizo también las estrellas. 17 Y las puso YHWH en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio YHWH que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.”
¿Cómo se relaciona esto con lo que hemos visto hasta ahora?
Al principio de estos versículos de Génesis aparece la palabra הַכּוֹכָבִֽים hacojabim, las estrellas.
¿Dónde encontramos nuevamente esta palabra?
Voy a tomar como referencia la Septuaginta traducida al castellano.
Génesis 15: 4-5 “Y luego voz de Señor vino a él, diciendo: «No te heredará éste; sino el que saldrá de tu vientre, éste te heredará».
Y le sacó fuera y le dijo: «Mira ya al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes acabarlas de contar»; y le dijo: «Así será tu simiente».”
O sea que la simiente de Abraham es comparada con las estrellas, lo cual ya conocíamos por haberlo visto en las porciones correspondientes a Génesis.
Entonces de una sencilla relación entre los textos de Génesis 1 y Génesis 15, deduzcamos lo siguiente. Si somos parte de la simiente de Abraham por la Fe en Yeshúa, tenemos una misión: “alumbrar sobre la tierra”.
Es más, podríamos profundizar en esta cuestión y preguntarnos sobre la diferencia en la tarea de  cada uno de los Hijos de Abraham, de su simiente. Y es el Nuevo Testamento quien nos da una respuesta:
1ra de Corintios 15: 41 “Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.”
Esa gloria, alegóricamente, es la misión encomendada por el Padre para cada uno de sus hijos, la gloria que se desprende de hacer su Voluntad.
Entonces podemos entender que la simiente de Abraham, la cual es comparada a las estrellas, tiene la misión de alumbrar sobre la tierra.
Ahora bien, algo más resta. ¿Cómo se llega a cumplir este cometido? ¿Cómo se llega a alumbrar sobre la tierra?
Viajemos nuevamente al evangelio, pero esta vez al de Lucas, 5: 1 al 11
“1Aconteció que estando Yeshúa junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de YHWH.
2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.
3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.
6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.
8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Yeshúa, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
9 Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,
10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Yeshúa dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.”
Esta es una pequeña pero importante alegoría: ¿Desde dónde habló Yeshúa a la multitud?
Desde una de las barcas de Pedro. Este hombre junto con sus compañeros había intentado durante el tiempo de oscuridad, simbolizado por la noche, pescar con sus redes.
Pero luego de su tarea infructuosa, fue necesario que volvieran y lavaran y repararan sus redes. De esa forma se estaban preparando para lo que vendría.
La multitud se encontraba frente a ellos, pero ellos estaban inmersos en sus tareas. En esa situación, Yeshúa se les acerca e ingresa a sus barcas. Se para sobre ellas como el verdadero capitán, aquel que hace escuchar su voz y determina las tareas.
Pero el primer requisito, es que Yeshúa ingrese en la barca de aquel que lo va a seguir. Yeshúa debe tomar el control del barco. Y desde ahí es de donde hace escuchar su voz a las multitudes.
Luego de que es el discurso de Yeshúa, el que es escuchado por las multitudes, sí se abre la posibilidad de comenzar la tarea.
Por ello una vez que Pedro le ha dado lugar en “Su” barca y es la voz del Maestro la que se ha escuchado, llega el momento de realizar la tarea. Guiados por el Él, se internan nuevamente en el mar y lanzan sus redes. Y es ahí cuando la pesca milagrosa ocurre.
Cuando Yeshúa ha tomado el control de la barca, de la personalidad, de las emociones, del timón de la vida. Cuando ha sacado al hombre de la situación de esclavitud, del estado en el cual se encuentra. Cuando ha producido el cambio necesario en la vida del redimido. Llega el momento en que los pastores, predicadores, maestros, evangelistas, pueden realizar la tarea que se les ha establecido. Es ahí cuando las estrellas, con su gloria particular, pueden alumbrar sobre la tierra.
Ricardo.

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