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🟢El idioma de YESHÚA

Septuaginta y Targumim
 
Siempre que tenemos oportunidad explicamos que la Toráh, que la Instrucción es autosuficiente. ¿Qué significa esto? Que no necesita por ejemplo, de ninguna Toráh oral que la reformule. Pero esto no tiene que dejarnos ver algo importante. El hecho de que los lectores actuales de la Biblia no tienen la vivencia de la misma.
Lo que ocurre es que aun cuando tenga yo un mapa de la ciudad de San José de Costa Rica, fotos de sus calles, comentarios de las personas que la han visitado, hasta imágenes satelitales de la misma; no obstante jamás tendré la vivencia de haber caminado por sus calles.
Algo similar nos ocurre con los escritos bíblicos, pues se nos relatan lugares, eventos históricos, personajes, etcétera, de los cuales no hemos tenido una vivencia directa.
¿Significa esto que no podemos entender lo que las Escrituras tienen para nosotros?
No, pues si así fuera no estaría escribiendo estas líneas.
Lo que significa es que en primer lugar debemos ser conscientes de nuestra carencia. Debemos tener en claro que partimos del desconocimiento. Que el hecho de haber concurrido durante cuatro décadas a escuchar sermones no nos coloca en la posición de maestros, siempre debemos aprender.
Pero lo más importante es que nos abre un mundo de posibilidades. Cuando nos damos cuenta de que “no sabemos”, nos ponemos en el primer peldaño del camino del aprendizaje. Pues es ahí donde comenzamos a entender la necesidad de conocer más.
Por ejemplo, en la porción de esta semana se nombran muchos sitios recorridos por Balak y Balam. Algo muy útil es aprender sobre la geografía de esos lugares. Es así que quien no tiene la vivencia directa que tendría una persona nacida en aquellas regiones acerca de cómo son, bien podría acercarse lo suficiente aprendiendo sobre aquellos lugares.
Y si bien no debemos tomar como parámetro de verdad la Toráh oral de los rabinos, la cual se encuentra plagada de tergiversaciones e interpretaciones rebuscadas e inventadas, sí podemos usar algo que algunos sabios nos dejaron.
Me refiero fundamentalmente a dos traducciones.
Muchas veces escuchamos en comentarios que el hebreo es la “lengua santa”, pretendiendo de esa forma que el idioma hebreo es prácticamente la lengua divina. De la cual habrían surgido las lenguas luego de la confusión de Babel.
Debo decir que no estoy de acuerdo con tal afirmación.
No hay ningún dato lingüístico, esto es de la ciencia que estudia las lenguas humanas que afirme que el hebreo es un idioma preexistente a las demás lenguas del mundo. O sea no hay nada que indique que el hebreo existió antes que los demás idiomas. De hecho es uno más de los tantos hablados en medio oriente.
¿Estoy de esta forma despreciando al idioma hebreo? Claro que no, pues es el idioma en el cual se ha expresado lo santo. Lo que es diferente a decir que es la lengua santa. Pero también el arameo en su dialecto galileo es la lengua en la cual se ha expresado lo santo, pues la Toráh Viva, Yeshúa, se expresó en arameo a sus discípulos.
Asimismo ha sido el griego el idioma en el cual las cosas santas de la Toráh Viva, Yeshúa nos han llegado desde los apóstoles a nosotros. Ahora algunos tratan de forzar la historia pretendiendo que los evangelios y las cartas fueron originalmente escritos en hebreo y que el catolicismo las habría quemado junto con otros escritos. De ello tampoco hay pruebas, sólo la teoría conspirativa de algunos que buscan sostener la idea del hebreo como la fuente suprema del conocimiento.
Pero en estos debates, quienes los promueven, están perdiendo algo muy importante. Lo que pierden es el hecho de no ver que si fueron sabios conocedores de la Toráh quienes tradujeron los textos sagrados, del hebreo a otros idiomas, lo que hicieron fue poner en otras palabras y bajo otra forma de entender las cosas las palabras de la misma Escritura.
Lo que trato de que se vea es lo siguiente. Sabios de la Toráh, que vivieron en tiempos de la Biblioteca de Alejandría, tradujeron los textos del hebreo al griego, lo cual llamamos Septuaginta. Pero el hebreo es un idioma distinto al griego, con una estructura y formas distintas de armar las oraciones. Entonces al traducir, el sabio, lo que hizo fue explicar en griego el contenido del hebreo.
Permítaseme dar un ejemplo con el lenguaje actual, traduciendo un texto del inglés al castellano. Ya lo he usado en un libro, de modo que será útil para refrescar la idea.
Si escuchamos la frase “don´t pull my leg” y pretendemos traducirla directamente al castellano diremos “no me tome la pierna”.  Pero esa no es la idea expresada en inglés. Más adecuado en castellano sería “no me tome usted el pelo”. ¿Se trata de la acción de tomar de los pelos? No, se trata de una expresión que indica un acto de burla.
Los sabios de la Septuaginta en gran cantidad de textos de la Toráh, al traducirlos al griego, lo que hicieron no fue traducir literalmente, sino explicar en griego la idea original contenida en hebreo.
Daré un  ejemplo para que se pueda comprender.
Vayamos a Génesis 2:16:
“…De todo árbol del huerto podrás comer…”
Transliterando el versículo del hebreo al castellano sería algo así:
Mikkol ets hagan hakol tokel: de todo árbol del huerto podrás comer
Pero cuando los sabios de la Septuaginta tradujeron la expresión escribieron:
Από παντός ξύλου του εν τω παραδείσω βρώσει φαγή
Daré ahora la traducción del griego al castellano de toda la frase:
Από παντός: de todo (apó pantós)
ξύλου του: tu  árbol (zilu tu)
εν τω παραδείσω: en el paraíso (en to paradeiso)
βρώσει φαγή: puedes comer (brósei fagué)
Observe por favor el creyente la segunda frase traducida: ξύλου του lo cual significa “tu árbol”
Al decir “tu” árbol, los sabios de la Septuaginta escribieron que los árboles habían sido dados en posesión a Adam y que de sus árboles podía comer, a excepción de uno, el del conocimiento del bien y del mal, aunque también le haya sido dado. Esto es muy importante pues es el primer texto donde aparece el diezmo bíblico, ya que de todos podía aprovechar pero de uno no, pues ese era el que debía ser para el Creador.
La Septuaginta se encuentra llena de estas enseñanzas, pero miles de personas se la están perdiendo por seguir lo que los rabinos que niegan  a Yeshúa dicen.
Y así como existe la Septuaginta existe también un texto escrito en arameo, el cual ha sido elaborado para explicar en ese idioma cuestiones hermosas de la Biblia. Así como el griego era la lengua franca (el idioma hablado por la mayoría) de los pueblos gentiles. El arameo era la lengua franca del conjunto de  comunidades judías dispersas en el mundo. Sí, mal que les pese a muchos, no era el hebreo la lengua más hablada entre judíos. ¿Entiende el creyente ahora por qué nuestro Señor hablaba arameo?
El texto al que me refiero es el Targum o los Targumim, ya que son varios textos. Estos fueron creados para dar a conocer las escrituras a los judíos regados por el mundo. Y así como ocurre con la Septuaginta, los Targumim contienen explicaciones a los textos de la Toráh.
Ricardo.
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