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🔵La serpiente enroscada

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Parte 1 #

Que los hombres crean su propio concepto de justicia no es una verdad que hayamos descubierto en estos tiempos. El ser humano en su afán de perseguir la retribución de las faltas y daños sociales, ha procurado distintas formas de que el culpable pague.
Es así que se han conformado las magistraturas y todo el pensamiento legal mundial. A veces con juicio buenos y perfectos, otras con una justicia teñida de valoraciones vacías y dando veredictos influenciados por la codicia o la venganza.
Pero es precisamente por esta carencia que ha existido, que los hombres han imaginado la intervención de fuerzas sobrenaturales y poderosas, poniendo orden en el caos reinante.
Una de estas supuestas fuerzas sobrenaturales, es la diosa que los paganos han creído que intervenía en los pleitos humanos cuando la justicia terrena erraba.
Esta creencia popular pagana fue tomada por ejemplo por el poeta Hesíodo, quien escribió unos 700 años antes de la llegada de Nuestro Señor. En su obra conocida como Teogonía, Hesíodo habla de una de las tres hijas de zeus. Este dios se habría relacionado con la diosa temis, sobre quien reposaba la justicia de los dioses y producto de ello dio a luz a Dike, sobre quien reposaría la justicia de los hombres.
No es mi deseo hacer publicidad del paganismo griego, pero estas eran cosas conocidas por el vulgo, el pueblo griego de la antigüedad en la misma forma que cualquier cristiano conoce la existencia de Pablo o de Pedro. Y conforme a esas creencias entendían el mundo hasta que la creencia en el Salvador Yeshúa desplazó toda esa inmundicia supersticiosa. Otra más, también interesante, que conviene saber es que cuando alguien escapaba a las cadenas de la justicia humana, se entendía que finalmente la justicia divina cerraría nuevamente las cadenas e infundiría el castigo debido.
Ustedes dirán ¿Por qué escribo todas estas cosas?
Porque para entender la narración que prontamente transcribiré, es necesario conocer el contexto en el cual se desarrolla y parte de ello es saber cómo pensaban los presentes en esa ocasión.
Veamos el siguiente texto del libro de los Hechos, 28: 1 al 6
1. “Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.
2. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.
3. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.
4. Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
5. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.
6. Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.”
Quiero hacer dos observaciones con respecto a la traducción. La primera tiene que ver con el versículo 3 donde dice que la serpiente se le colgó de la mano. Algunas versiones traducen la palabra καθάπτω (kathapto) como enrollarse, lo cual entiendo más adecuado al contexto.
Y en el versículo 4 se ha traducido la palabra Δίκη (Díke) como justicia. Si  bien es correcto entender que en el idioma griego normalmente se empleaba esta palabra para referirse a la justicia. En el contexto del capítulo que estamos viendo, la idea es más fuerte. Pues no se trata de la justicia como una idea abstracta, como justicia en general. Sino que se trata de la personificación de “la Justicia”. O sea la diosa Díke.
Debemos recordar, para ello recomiendo leer el capítulo 27 de Hechos, que Pablo es un prisionero. Y esta es la imagen que los marinos y guardias tienen de él.
Por ello es que, habiendo sido quitadas humanamente las cadenas de las manos de nuestro Apóstol. Ahora la “justicia” supuestamente divina, vuelve a enroscar la mano de Pablo, con el cuerpo de la serpiente. Y es según los marinos, la misma diosa Díke, quien cobrará venganza sobre el reo.
Los versículos 3 y 4 nos muestran la forma en que en la mente de los paganos del barco, se entendieron los hechos:
“habiéndose salvado de la tempestad, Pablo fue perseguido por la diosa Díke, la cual primero mandó a la serpiente a enrollarse en su mano, como las cadenas de un reo, para luego hacer justicia con su veneno”.
Sin embargo bien sabemos que el resultado fue otro. Ni la diosa Díke existió, ni nuestro Apóstol recibió un castigo “divino”.
El hecho de que consideraran a Pablo “un dios”, será tema de otro momento.

Parte 2 #

Como he escrito en otras ocasiones, las Sagradas Escrituras, admiten distintos niveles de interpretación. Entre ellas también se encuentran los escritos del nuevo testamento,  permitiendo también más de un nivel de interpretación.
En el comentario anterior expliqué el contexto cultural y agorero en el cual se inserta el capítulo 28 del libro de los Hechos. Pues bien ahondemos un poco en esos pasajes. Para ello he escogido los siguientes, Hechos 28:
2. “Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.
3. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.
4. Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
5. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.”
En primer lugar, deseo aclarar un poco más las cosas en cuanto a lo que leemos. Partamos del primer versículo que transcribí, allí podemos leer la humanidad con la cual los “naturales” trataron a Pablo.
No obstante  hay una pequeña diferencia en las palabras originales empleadas, pues donde se ha traducido “naturales”, el original en griego dice “οἵ βάρβαροι” (joi bárbaroi) que debe traducirse como “los bárbaros”. Sé que en el lenguaje coloquial la idea de un “bárbaro” da la impresión de una persona bruta, de modales poco educados.
Pero en el idioma griego, los bárbaros eran las personas que no pertenecían a la cultura griega, y que por cierto al no ser parte de una forma de ser y vivir helenizada, se consideraban incultos. Pero la realidad es que pertenecían a una cultura e idioma diferentes.
Malta originalmente fue habitada por fenicios que la empleaban como isla de abastecimiento. Luego fueron reemplazados por los cartagineses y finalmente, hacia tiempos de Pablo por los romanos. Lo interesante entonces de esto es que representan un pueblo o etnia distinta, diferente de las anteriores que habían recibido el evangelio por parte del Apóstol.
La recepción de estas gentes fue muy buena. Hasta nuestros días sobreviven las llamadas “catacumbas de Pablo”, lugar de varios kilómetros de largo donde hay cientos de cámaras funerarias y donde se cree que Pablo se refugió durante su estadía en Malta.
Recordemos que Pablo mismo en la carta a los romanos, 1:14 nos dice:
“A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.”
Donde usted lee “no griegos”, la palabra original empleada es “barbarians”. O sea, a griegos y a bárbaros me debo dijo Pablo.
Estos “bárbaros” lo recibieron muy bien. Lo sabemos porque “encendieron un fuego” y “recibieron a todos”. Sin discriminar a ninguno de los caídos en desgracia. Y el hecho de que la misma escritura nos habla de fuego, en un sentido espiritual nos indica que la presencia de Pablo entre estas personas, fue acompañada de un mover espiritual sobrenatural. En ocasiones el fuego representa una contienda, pero en el contexto adecuado el fuego indica la presencia de Ruaj HaKodesh, Espíritu Santo. transformando a las personas. Asimismo, el propio versículo 2 nos dice que este fuego fue iniciado por los locales y que luego fue avivado por el propio Pablo. Un fuego que nace de la propia búsqueda espiritual de los malteses y que es afirmado en la actividad del Apóstol. ¿Cómo afirmo esto? Por el hecho notorio de que es él mismo quien se encuentra recogiendo ramas para esa misión.
¿Pero qué son las ramas o el rastrojo que se emplea para el fuego?
Tenemos que entender que una rama que se usa para el fuego, es algo que por la sequía ha perdido su savia. La vida que en algún momento pudo haber tenido, se ha escapado, ha desaparecido. Y ahora es simplemente un objeto muerto que solamente sirve para avivar el fuego.
Espiritualmente, ello nos está hablando de que, para mantener el fuego encendido, es necesario quemar todo aquello que no tiene vida. Todo lo que está muerto en nuestro interior. Y ello es lo que aconteció en la vida de los malteses con la llegada de Pablo. Sus agorerías, sus falsas creencias, todo lo que se encontraba muerto fue quemado por el fuego espiritual de Ruaj HaKodesh.
¿Termina aquí la cosa?
No, porque falta un ingrediente importante del relato. La presencia del maligno, del enemigo de YHWH. Ese, que actualmente muchos dicen que no existe. El cual se encuentra representado por esa serpiente que aprisiona la mano de Pablo. Es evidente que cuando aquellos que siguen a YHWH se abocan a la tarea de llevar la Palabra a los que deben recibirla, que conducen a que las personas quemen las falsas creencias. Contarán con la oposición de satanás, conocido también como diablo o la serpiente antigua. Y por supuesto que este ser despreciable atacará cuando el creyente esté trabajando para la obra de YHWH.
Pero lo que estos pasajes del libro de los Hechos nos enseñan, es como ya sabíamos, que está vencido. Puede enroscarse, puede picar, puede pretender asustar, pero está vencido.
¿Y cómo se vence? No es por nuestras fuerzas ni deseos. Es por la obra purificadora de Ruaj HaKodesh, representada en este pasaje: “sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.”
Estimado amigo creyente, la expansión del Evangelio, la revelación de la Verdad a las naciones, no será detenida por el maligno, aun cuando pueda oponerse por un tiempo.
Pongamos mano a la obra y sigamos los pasos del Apóstol, que Nuestro Señor pronto viene.
Ricardo.
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