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Porción “En consecuencia” Ekev

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Porción  “En consecuencia” Ekev

Deuteronomio 7:12 – 11:25

parte 1 #

El estudio de la porción Ekev nos da la oportunidad de ingresar en el conocimiento guardado durante siglos y que ahora se revela ante nuestros ojos. Hemos explicado en muchas ocasiones la inconveniencia de aislar versículos y sacar conclusiones apresuradas de ellos. O sea sacar de contexto versículos y elaborar doctrinas a través de estos.
Pero lo que en verdad es correcto es obtener conocimiento y conclusiones a partir de versículos dentro del contexto de lo que se está explicando. O sea desarrollar el contenido de versículos determinados siempre tomando en consideración el contenido de estos dentro del marco general de la porción analizada. Y asimismo siempre es correcto analizar la porción dentro del marco más general del libro en el cual se inserta.
Analicemos de esta forma los siguientes versículos, Deuteronomio 9:4 al 6
“No pienses en tu corazón cuando YHWH tu Elohim los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído YHWH a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones YHWH las arroja de delante de ti.
No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones YHWH tu Elohim las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que YHWH juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Por tanto, sabe que no es por tu justicia que YHWH tu Elohim te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú.”
Los dos ejes sobre los cuales estos versículos se mueven son: por un lado el llamado a que la persona no piense que ha de conquistar la tierra por sus méritos y por el otro precisamente el anuncio de que tomara la Tierra.
¿A qué nos referimos más arriba con conocimiento guardado durante siglos?
Vamos a extraer de estos pasajes algunos párrafos:
“…me ha traído YHWH a poseer esta tierra”
“…entras a poseer la tierra de ellos”
“…te da esta buena tierra para tomarla”
En tres  versículos se menciona tres veces la toma de la Tierra Prometida. ¿Es casual ello?
Nunca tenemos casualidades en la Toráh.
Pues cada una de las veces, las tres, que es mencionada la toma de la Tierra Prometida, se está haciendo alusión a cada una de las veces en que el Pueblo de Israel ha ingresado en ella.
La primera ocasión a través de la conducción de Josué. La segunda luego del exilio babilónico a través de la conducción de Esdras y Nehemías. Y la tercera con el retorno a la tierra que comenzó a fines de la década del 40 del siglo pasado.
Pero estos pasajes se complementan. En el caso del primer ingreso se dice que la Tierra es dada a los israelitas no por su justicia sino por la impiedad de las naciones. Lo cual se repite en la segunda toma.
Pero si nos detenemos a observar en la tercera entrada, la cual corresponde a nuestra actualidad no tenemos esta observación. ¿Podríamos aventurarnos a explicar por qué?
La tercera toma, la definitiva de la Tierra de Israel ha tenido un ingrediente que las anteriores no tuvieron. Nuestra presencia. Si bien nuestros antepasados israelitas fueron parte de la primera toma con Josué. Para cuando ocurre la segunda, las 10 tribus del norte ya habían sido dispersadas por el mundo por los asirios. Y es sólo Judá, con Benjamín y Leví, entremezclados, quienes retornan.
El llamado de Yeshúa a las ovejas perdidas de la Casa De Israel donde se indica que en los tiempos del fin rescataría a su Pueblo de los confines de la tierra. Es el ingrediente que falta en este gran retorno.
En los tiempos del fin las ovejas perdidas de la Casa de Israel, llamadas y rescatadas de las naciones donde fueron dispersadas, retornarán. ¿Y ahora por qué no se hace hincapié en la impiedad de las naciones?
Porque precisamente hemos sido llevados a esas naciones para, mediante la guía del Mesías, ser sal en ellas.
Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra…”
Ya no es la impiedad de las naciones la que conduce al último ingreso en la Tierra Prometida, pues en estas naciones está teniendo lugar nuestra acción de salarlas. Sino que es por el cumplimiento de la promesa dada a nuestros padres.
Deuteronomio 30: 1 al 5
 “Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado YHWH tu Elohim,  y te convirtieres a YHWH tu Elohim, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,  entonces YHWH hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido YHWH tu Elohim.
 Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá YHWH tu Elohim, y de allá te tomará;  y te hará volver YHWH tu Elohim a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres.”
Es este conocimiento muy antiguo, pero reservado para el entendimiento de los tiempos del fin.
Seamos agradecidos a YHWH que ocultó estas cosas a los sabios y nos las ha revelado a nosotros en su inmensa misericordia.
 
 
 
 
 

parte 2 #

Deuteronomio 7: 12 “Y será que, por haber oído estos derechos, y guardado y puéstolos por obra, YHWH tu Elohim guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres;…”

Seguramente quien lea este primer versículo encontrará algunos modismos extraños en la escritura, pues la cita bíblica es de la versión Reina-Valera de 1909. Básicamente todas las versiones dicen lo mismo. Aunque quizás para redondear la idea del nombre de la porción de la semana debamos traducir de esta forma “… a consecuencia de haber oído…”
Tenemos en toda la porción un constante llamado al cumplimiento de las disposiciones de YHWH para el Pueblo de Israel. Realmente en cada una de las oraciones (versículos) que la conforman tenemos promesas, bendiciones, alegrías para aquellos dispuestos a seguir su dirección, por lo cual no debiéramos hacer hincapié en ninguna de ellas. Sino atesorar cada tramo de estas líneas.
Existen excelentes comentarios a la Toráh disponibles a través de distintos medios, por lo cual no vamos a reproducir o reescribir lo que otros antes han escrito. Detengámonos entonces en ciertos tramos que a veces no se relacionan.
Hemos transcripto cuatro versículos de la porción, leamos con atención los mismos.
7:17 “Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré exterminar?
8:11 “Cuídate de no olvidarte de YHWH tu Elohim, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy…”
8:17 “y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.”
9:4 “No pienses en tu corazón cuando YHWH tu Elohim los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído YHWH a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones YHWH las arroja de delante de ti.”
A lo largo de estos versículos vemos un llamado de atención sobre nuestro interior. Sobre ese ser interior que sólo YHWH conoce.
Podemos aparentar de múltiples formas para las demás personas, pero no es posible cambiar la apariencia de nuestro interior para Aquel que ve todas las cosas.
Quizás no nos demos cuenta de la importancia de esto porque hemos sido enseñados acerca de que YHWH conoce nuestros pensamientos. Y por eso mismo nos hemos acostumbrado a convivir con lo que pensamos.
Pero darse cuenta realmente que todo aquello que se anida, engendra, se desarrolla, crece y vive en nuestro interior, es conocido por el Creador; otorga una responsabilidad extra.
Recordemos las palabras de Yeshúa, Mateo 5:28
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
¿Por qué el Mesías nos hace esa advertencia?
En primer lugar porque el ser humano se maneja como si lo que ocurre en la esfera interior de sus pensamientos no produjese resultado alguno.
Muy por el contrario la realidad es muy distinta.
Quisiera explicar lo que llamo el camino del pecado.
En la ciencia jurídica que estudia el comportamiento de los delincuentes se entiende que existe el llamado “iter criminis”, algo así como el camino del delito. Un delincuente no llega a cometer sus fechorías instantáneamente, sino que transita un camino hasta llegar al hecho consumado.
Por ejemplo un ladrón que con su arma despoja a una persona de sus bienes.
Antes de consumar ese hecho debió dar determinados pasos.
Consiguió el arma en forma clandestina. Luego buscó a su víctima, la acechó, luego ejerció violencia sobre ella, la despojó de sus bienes, quizás hasta le provocó daños físicos, luego escapó. Los pasos siguientes son los que hacen a la venta ilegal de los bienes robados, etc.
Cada uno de los pasos dados constituyó pequeños delitos relacionados con el delito a llevar adelante. Se procuró un arma aun cuando no tenía los permisos estatales para poseerla. Trabó comercio con otro delincuente vendedor de armas. Luego buscó a la víctima acechándola, luego ejerció  violencia y daño físico. Luego se hizo parte del comercio ilegal de bienes robados, etc. Constituyendo cada uno de estos pasos delitos o faltas en función de ese delito mayor.
Todos estos son los pasos que hace al llamado “camino del delito”.
Con el pecado ocurre algo  similar, lo cual llamo “el camino del pecado”.
Nadie comete adulterio por aparecer acostado en la cama de una persona que no es su cónyuge, de la nada.
Antes de que una mujer sea infiel al hombre o viceversa, existen varios pasos que se dan.
Primero se conversa con alguien que no es su pareja, luego esa conversación sube a otro nivel. Quizás esa conversación se repita y comienza a trabarse una relación. Luego puede surgir el tomar unos cafés juntos o una caminata por el parque. Una mano que se apoya sobre el hombro o un roce. No es necesario que describa cada uno de los pasos. Pero todos sabemos en qué termina todo ello.
En el caso del delincuente, en cada uno de los pasos previos, se fueron dando situaciones de ilegalidad que debieron ser frenadas a tiempo. Existen tres frenos antes de ser cometida la maldad. La misma persona al refrenar sus malas intenciones, la familia que observando sus actividades lo puede llevar a la reflexión o detenerlo de otra forma y finalmente el Estado, a través de las fuerzas de seguridad.  Pero todo ello comienza en su mente cuando empieza a elaborar los planes para delinquir.
Y aquí aparece lo bueno para nosotros a partir de la reflexión a la Toráh.
Pues en cada uno de los pasos que la persona da en el camino del pecado, existe un llamado de atención para refrenarse.
Por ello Yeshúa indica que se ha comenzado a adulterar al pensar en la otra persona en una forma impropia. En ese momento en su mente la persona tiene la posibilidad de refrenar las malas intenciones que de concretarse conducirían a consumar la mala acción.
En Deuteronomio 7:17 es el temor y la duda las que se manifiestan, los mismos que estuvieron presentes en los espías y la toma de la Tierra Prometida se demoró 40 años.
En 8:11 relacionado con 8:17 es el olvido de quien ha sido el dador de las bendiciones.
En 9:4 son los israelitas quienes pudiendo creerse más justos y sabios que las demás naciones han olvidado el porqué de su victoria.
De todo ello el llamado para nuestras vidas queda resumido en el versículo 10:16 “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.”
Pues cuando la señal del Pacto es la marca que en nuestro corazón gobierna. Cuando las tablas de la Instrucción se encuentran gobernando cada uno de nuestros pensamientos. Los actos que en consecuencia se generen serán conforme a ella. De esa forma la higuera producirá higos y no otros frutos. De esa forma todo lo que salga de nuestra boca y se concrete en nuestros actos será conforme a esa Instrucción que nos ha sido dada.
No se trata aquí de control mental ni otras tonterías, sino de controlar aquello que se gesta, que se engendra en nuestro interior.
Pensemos por un instante en nuestra mente como la casa espiritual que debemos mantener limpia y cuidada. Como ese ámbito que debemos proteger a fin de que todo lo que de ella salga sea irreprensible.
Existe para todas las personas sanas la libertad de pensar y actuar en concordancia.
Sepamos poner frenos y cuidar la pureza de nuestros corazones, de nuestros pensamientos e ideas, para de esa forma ser hallados irreprensibles el día del regreso de nuestro Señor.
 

parte 3 #

Quiero comenzar la reflexión citando este conocido versículo, Deuteronomio 8:4
“Tu vestido nunca se envejeció sobre ti,…”
Tenemos aquí un hecho sobrenatural. Las ropas que vistió el Pueblo de Israel durante su peregrinar por el desierto no se gastaron, rompieron o deterioraron. Con lo cual la presencia de YHWH en el medio del Pueblo supera las barreras de la propia Creación. El agua no quitó los colores de las telas, ni el polvo erosionó las tiendas, ni los guijarros del camino deterioraron las suelas del calzado. Todas estas situaciones que se apartan de lo natural.
Pero como en todo aspecto de la Toráh, sabemos que un contenido espiritual se desprende necesariamente de las palabras de este versículo.
Para entender esto hay que recordar algo expuesto al principio del recorrido por la Toráh. Para desentrañar el sentido espiritual debemos traer a la memoria ciertos pasajes de Génesis vinculados a la caída del hombre. Leamos Génesis 2:25
“Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”
Adán y Eva se encontraban en un estado de pureza espiritual, este les daba cobertura de Luz. Merced a ella sus cuerpos no se veían desnudos, pues era precisamente la Luz de Elohim la que los cubría.
Pero como precisamente esta cobertura era producto de la comunión espiritual con el Creador, cuando el pecado ingresa en ambos, aquella se pierde. Y esto es advertido por ellos, Génesis 3:7
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos;…”
En este momento encuentran que han perdido esa cobertura de Luz, han perdido esa conexión espiritual que los relacionaba con su Creador.
Ahora bien, cuando el hombre pierde la verdadera conexión con el Creador, su búsqueda inmediata es restablecer esa conexión a partir de lo que su propio pensamiento e ideas pueden generar. Busca suplantar con el producto de su labor, aquella Luz primitiva que gozaba desde el principio. Al tratar de recobrar aquello que ha perdido, crea su propia forma de unirse nuevamente con el Creador.
Es lo que hace el ser humano al inventar una nueva forma de ligarse con la divinidad. Que es lo que llamamos religión, re-ligare en latín, que significa “volver a unir, volver a ligar”.
Esto ocurrió espiritualmente, cuando físicamente Adán y Eva realizan la siguiente labor, Génesis 3:7
“…entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
Con sus manos y su pensamiento inventaron “ropa”, inventaron “religión” para tapar su desnudez espiritual. La Toráh tiene un sentido físico y también un sentido espiritual.
Pero por supuesto que lo hecho por los seres humanos es una burda imitación de lo que YHWH ha dado al hombre. Pues la religión inventada no puede ser ropa adecuada. ¿Esto qué significa? Que la religión inventada por el hombre no puede salvar, sólo es eso, un ropaje que pretende ser espiritual para ocultar la desnudez.
¿Podría entonces el hombre crear un medio de relacionarse nuevamente con el Creador? ¿Podría el hombre salir de la desnudez espiritual en la que cayó?
La propia Toráh nos indica que no, que el plan del hombre para su propia redención se demostró imperfecto, inválido. El libro del Génesis en su entendimiento espiritual nos indica el camino dado por YHWH.
El versículo de Génesis 3:15 YHWH establece la promesa de redención de aquel que heriría en la cabeza a la serpiente, desterrando en un futuro el pecado de la vida del hombre por completo, y enterrando a su vencido enemigo satanás. Y es luego de dar a conocer esta promesa al ser humano que YHWH efectúa el primer sacrificio, mostrando proféticamente la función expiatoria del Mesías para todo aquel que la desee tomar. Génesis 3:21 nos dice que:
“Y YHWH hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
Ahora el Creador vuelve a tapar la desnudez del hombre, pero esta vez no es a partir de una renovación plena de su carne que los transforme en los seres de Luz que antes fueron. Sino a través de la cobertura dada por el sacrificio del Mesías.
Esta cobertura de pieles simboliza que los hombres sólo pueden presentarse ante el Creador cubiertos con el sacrificio expiatorio del Mesías, de otro modo están desnudos.
La realidad física del ser humano sólo cambiará cuando Él regrese con su Poder en las nubes, 1ra de Corintios 15:52
“en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”
Avanzando en la temática ¿Cómo se relacionan estas cosas con la porción ekev?
Pues bien, pensemos por un instante que el Pueblo de Israel recibió a los pies del Monte Sinaí la revelación de la Toráh, escrita en las tablas de las diez palabras por el dedo de YHWH y reflejada en su plenitud por la mano de Moisés en el Rollo de la Toráh.
Este conjunto de indicaciones son los que dieron las pautas de cómo debía relacionarse el Pueblo con su Creador, por decirlo de una forma entendible, dieron las pautas de una “religión verdadera”. De un ropaje espiritual dado por el Creador, con los argumentos, actos y ritos necesarios para relacionarse con Él. Y por supuesto no inventado por el hombre, sino dado por YHWH.
Es precisamente esta vestidura espiritual la cual no sufrió mella ni deterioro y es también la que usa el Pueblo al ingresar en la Tierra Prometida. Llevándolo al plano espiritual, el conjunto de disposiciones, decretos, estatutos, recomendaciones y enseñanzas desprendidas de la Toráh constituyen aquello que, no sólo no envejece sino que además es la ropa adecuada para moverse en la Tierra Prometida.
“Tu vestido nunca se envejeció sobre ti,…”
Aquí podemos hacer un alto y reflexionar ¿Cómo alguien a partir del entendimiento espiritual de este versículo podría pensar que la Toráh ha pasado de moda?
Y lo magnifico de ello es que la Toráh Viva, Yeshúa, no reemplaza este vestido, esta cobertura espiritual, sino que muy por el contrario la mantiene limpia y suficiente para presentar ante el Creador.
Mateo 5:17 “No penséis que he venido para abrogar la Toráh o los profetas;…”
¿Por qué muchos entonces han dejado de lado la Toráh?
Porque el mundo gentil no se ha vestido con las ropas del Mesías, sino que ha destrozado su enseñanza. La ha mutilado. Ha tomado lo que le convenía y la ha despojado de aquello que no le resultaba adecuado a sus propósitos. ¿Y cómo aseguro esto? Porque el mismo sistema de interpretación que uso para entender la Toráh escrita lo empleo para entender la enseñanza de la Toráh Viva.
Veamos Mateo 27:35
“Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.”
Luego de aprovechar el sacrificio de Yeshúa en la cruz de ejecución, el mundo creó una religión propia, repartiendo por doquier las ropas del Mesías. Desmantelando la cobertura espiritual que Él traía al mundo, desmembrándola, destruyéndola de tal forma que perdió todo su sentido.
Será entonces éste el tiempo en el cual aquellos que somos su Pueblo esparcido entre las naciones recuperemos esas vestiduras arrancadas por los enemigos de YHWH.

 
 
 
 

parte 4 #

Concluí la reflexión anterior, mostrando cómo el mundo gentil se repartió las vestiduras de Yeshúa, partiendo de ese modo sus enseñanzas de acuerdo a su conveniencia.

Sin embargo esto sería incompleto si no atendemos una cuestión que no puede pasar desapercibida. Veamos el evangelio de Mateo nuevamente, 27:35
“Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.”
Cuando leemos este evento en el Evangelio de Juan tenemos algunas precisiones más, 19:23-24
“23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Yeshúa, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.”
El primer dato preciso de esto está en que se cumple proféticamente lo dicho en el Salmo 22: 18, lo cual puede el lector indagar por sí mismo.
Ahora bien ¿Existe algún tipo de contenido que debemos desentrañar con respecto a esta túnica que no fue desmembrada?
Pues sí, pero para hacerlo debemos hacer un pequeño ejercicio de hermenéutica bíblica, desentrañando ciertos conceptos que surgen de las palabras empleadas y que para cualquier lector de la época habrían tenido mucho sentido.
Pues la palabra que ha sido traducida como túnica es el hebreo לְבוּשׁ (lebush) el cual está relacionado con el verbo לָבַשׁ (labash) que significa “ponerse, vestirse” o sea colocar sobre el cuerpo, de ahí que se traduzca como túnica.
¿Dónde encontramos esta palabra en las Escrituras de la Toráh? Recordemos el siguiente versículo que antes cité, Génesis 3:21
“Y YHWH hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
El final del versículo donde dice “y los vistió” contiene el verbo “labash” que he nombrado unos versículos más arriba.
En otros escritos he explicado que en la vestidura que YHWH hace con pieles, para cubrir la desnudez de Adán y Eva, se presenta el primer sacrificio expiatorio, el cual es una representación profética de lo que será el sacrificio de Yeshúa en el futuro. Pues Él es el cordero de YHWH que quita el pecado del mundo.
Entonces ¿por qué la túnica no fue desmembrada, por qué no fue partida?
Porque el sacrificio es uno y único y no puede ser tomado por cualquier grupo de gentiles en la parte que le convenga. El sacrificio del Mesías no puede tomarse en partes. No puedo decir que sirve para unos y para otros no, por ejemplo. Pues como se dice en la primera carta de Juan 2:2 “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
El sacrificio no es solamente para los judíos que deseen aceptarlo, ni exclusivamente para la Casa de Israel distribuida entre las naciones. El sacrificio no es solamente para rubios o para negros, para semitas o para caucásicos. Y es precisamente por esta universalidad del sacrificio de Yeshúa, que cualquiera puede acercarse a la fuerza redentora de su sangre.
 
*RICARDO*

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