. La creencia en la realidad del Elohim Padre, Hijo, Ruaj HaKodesh. es tan bíblica como la gracia o los diez mandamientos. Y es lo que en cada porción demuestro y lo seguiré haciendo. En ocasiones me llegan comentarios con sentencias tales como “los judíos nunca creyeron en la existencia de la trinidad” o “la doctrina de la trinidad es una concepción greco romana”. Pues bien, nada más alejado de la verdad histórica.
En primer lugar debo decir que el judaísmo religioso que niega a Yeshúa, que niega que sea el Mesías o YHWH mismo en su calidad de Hijo, en todas sus variantes, no es ningún parámetro de verdad. Lo que los líderes religiosos de la Casa de Judá afirmen u opinen con respecto a esto, nos tiene que preocupar tanto como puede preocuparnos el color de una estrella fugaz. Pues sencillamente sobre la Casa de Judá ha sido colocado un velo que obnubila su entendimiento. Las mentes de aquellos que niegan a Yeshúa están sencillamente en tinieblas. Pero por otro lado, afirmar que el “judaísmo” en general niega esta posibilidad también es falso. Que el judaísmo religioso actual en todas sus variantes cierre la posibilidad, es verdad. Pero esa no era la actitud de judíos religiosos de otros tiempos. No recomiendo la lectura de la cábala, pero cualquiera que alguna vez haya tenido noticia del libro llamado Zohar, debe saber que la cantidad de veces en ese libro en las que se da la idea de más de un “grado” o “persona” en el Elohim Uno, es mayor que la que se encuentra en cualquier tratado cristiano del tema. ¿Y por qué no recomiendo la lectura del Zohar? En primer lugar porque partiendo de la base de que su o sus escritores no creían en Yeshúa, lo que lo transforma en un material similar a todo aquello que sea parte de una falsa religión. Y por otro porque los días son malos y es necesario redimir el tiempo. Si tenemos tiempo, no lo perdamos leyendo “fábulas de viejas”.
La segunda objeción que escucho radica en que se habla demasiado de una supuesta influencia grecorromana. Frases como “la doctrina de la trinidad es una falsa doctrina grecorromana”, terminan siendo un insulto para una persona con mediana cultura. ¿De dónde han sacado esa tontería? ¿Desde cuándo resulta que la filosofía griega y romana hablaba de la existencia de un Dios Trino? Pues hablar de la filosofía griega es hablar de los estoicos y de los epicúreos, de Heráclito, de Parménides, de Sócrates (aunque nunca escribió nada), de Platón, de Aristóteles. En ninguno de los cuales tenemos mención de la existencia de un Dios Uno que se manifiesta en tres personas. Por otro lado la filosofía romana nutrida de personajes como Polibio, Cicerón o Lucrecio; se dedicaron a una filosofía práctica y pragmática que en nada se parece a especulaciones sobre realidades sobrenaturales.
Ahora bien, el hecho de que los llamados “padres de la iglesia” o algunos de los más encumbrados escritores cristianos, como Agustín de Hipona o Tertuliano, hayan seguido por ejemplo al filósofo romano Séneca, o Tomás de Aquino haya seguido a Aristóteles, es problema de ellos, no nuestro. La realidad histórica del catolicismo no tiene que limitar nuestro entendimiento. Si con Constantino el cristianismo sigue un derrotero que lo aleja del camino indicado por Yeshúa y sus apóstoles, ello no tiene que ser un obstáculo para poder analizar con libertad las Escrituras. Que el catolicismo sostenga la Trinidad habla bien de esa religión, no habla mal de la Trinidad.
Y para concluir con esta cuestión una cosa más deseo escribir para que los nuevos hermanos no caigan en repetir frases como un grabador sin discernirlas. Ni los griegos ni los romanos creían en un Dios que es Uno y Tres. Los griegos tenían un catálogo de decenas de dioses al igual que los romanos. Los griegos tenían un grupo de 12 dioses principales. En cuanto a los romanos estos creían en las llamadas tríadas. Estos eran grupos de tres dioses principales los cuales fueron cambiando con el tiempo. Pero en ningún caso se trataba de la idea de un Único Dios en tres Personas o Emanaciones. Siempre se trató de tres o más dioses, individuales y con su lugar de culto y sacerdotes específicos. Como puede ver la realidad filosófica y religiosa del mundo grecorromano es más profunda de lo que los “estudiosos improvisados” de internet escriben y en nada se asemeja a lo que las propias Sagradas Escrituras nos enseñan y tratamos de transmitir.
Ricardo.
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