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🟢 Estudio de Gálatas

parte 1 #

Un estudio necesario a la carta a los Gálatas.  
Existen temas en las Escrituras cuya dificultad es muy grande en apariencia. Pero sólo en apariencia, ya que si se profundizase un poco en los caminos correctos de la investigación, si la seriedad fuese el timón que dirigiese los estudios; entonces muchas verdades saldrían a la luz.
A veces un tema polémico resulta ser todo un escrito en su conjunto. Tal es el caso de la carta escrita por el apóstol Pablo a las congregaciones en Galacia.
Ahora bien, para estudiar cualquier tema es necesario en primer lugar establecer determinados parámetros. Medidas en las cuales nos vamos a mover para comprender la cuestión que nos atañe.
En el caso de la carta de Pablo mencionada debemos partir de varias premisas, las cuales expondré a continuación.
En primer lugar debemos entender que la carta que Pablo escribió no es una carta universal. Por lo cual no es una carta escrita para todo el mundo ni para todas las épocas. Para ser claro, no es una carta escrita para los colosenses y para los tebanos, para los cordobeses, para los napolitanos, los habaneros o los chinos. Es una carta escrita para los habitantes de Galacia. De la cual por supuesto podemos obtener enseñanzas  para nuestras vidas. Pero es una carta escrita para gente que entendía de qué se les estaba hablando, en su idioma y con respecto a sus circunstancias.
Esto nos tiene que mostrar en primer lugar que, sin conocer lo que esas personas vivían, su contexto social y cultural, su historia, sus inquietudes, etc. Es imposible entender qué se les dijo.
Alguien podrá decir: pero esa carta está traducida, no necesitamos saber todo eso.
Daré una respuesta sencilla, pensemos en la frase en inglés:
“I would think they were pulling my leg”.
Si a esta frase la tradujésemos literalmente nos diría algo así como “me gustaría pensar que me estaban tomando la pierna”.
A partir de esa traducción elaboraríamos una enseñanza que diga. En tiempos de los ingleses hubo personas que gustaban tirarles las piernas a otros.
¿Qué ocurre ahora si yo le digo que esa frase en inglés en realidad quiere decir otra cosa? Algo así como diríamos en castellano: Quiero pensar que me estaban tomando el pelo.
Lo cual sabemos que tampoco se refiere a que alguien se prepare un jugo de cabellos, sino que le esté haciendo una broma o burla.
Esto lo saben bien los traductores. Para una correcta versión no sólo debe estarse al sentido literal de la palabra, sino a buscar la raíz, la verdad de lo que el escribiente quiso significar. Y para ello, no bastan las palabras sueltas, sino poder entender lo que aquellas palabras significaban en boca del escribiente.
Un ejemplo claro de esto es la palabra griega judaizar, según vemos en Gálatas 2:14
“πῶς τὰ ἔθνη ἀναγκάζεις ἰουδαΐζειν?” ; lo cual en castellano es “¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”
¿Qué nos dice un comentarista cristiano sobre este término?
“Este grupo de personas tan popular en la carta a los Gálatas se trataba de aquellos que querían imponer la observancia de la Ley de Moisés a los cristianos convertidos de entre los gentiles, con el argumento que era necesaria para la salvación.”
Esa, como llamarle, cantidad de tonterías escritas, es la esencia del “conocimiento” escritural de un teólogo.
Veremos en este estudio la completa ignorancia acerca de… realmente todo, lo concerniente a la carta a los gálatas.
La segunda premisa que debemos analizar es que la carta no la escribió un teólogo cristiano, sino un apóstol surgido del judaísmo fariseo, con ideas y conocimientos que evidentemente el teólogo cristiano no posee.
En este aspecto debo recalcar algo. No todos los judíos piensan lo mismo de todo. Parece mentira tener que explicar esto, pero veamos un ejemplo por un instante.
¿Cómo practican el bautismo los cristianos? ¿o mejor dicho todos los que profesan ser cristianos se bautizan de la misma forma?
Claro que no. Lo pentecostales con determinada edad son sumergidos en una pileta de agua o en un río y antes o después les dicen una determinada frase. En cambio los católicos romanos son bautizados por aspersión siendo aun bebés. Y por su parte la iglesia ortodoxa griega lo hace por inmersión pero siendo niños. Más allá de que entre ellos discutan acerca de cuál es el indicado, todos son diferentes.
Entonces, si vemos que el cristiano tiene esas diferencias, por qué sin embargo, los teólogos cristianos creen que judaizar  quiere decir hacer judío a alguien.
Porque de este modo me preguntaría, y sólo con la información que los evangelios transmiten, ¿Cuándo Pablo habla de judaizar se trataba de que los gentiles se hiciesen qué? ¿Saduceos?¿fariseos?¿esenios? ¿o simplemente judíos?
Cuando Pablo hablaba de judaizar se trataba de qué ¿de que adquiriesen la costumbre de la tierra de Judá?¿de que adquiriesen la nacionalidad judía? ¿de que usen kipá o talit?
Como veremos más adelante, estos interrogantes no pueden ser respondidos si antes no sabemos qué era ser judío en el siglo 1.
Pues esa es la segunda premisa, entender que la escribió un determinado judío, cuyos antecedentes nos hablan de un conocimiento que no se toma en cuenta. Y evidentemente a lectores que en aquella época sí sabían de qué les estaba hablando.
La tercer premisa a tomar en cuenta es que es necesario recuperar ciertos conocimientos acerca de la realidad religiosa judía para poder entender qué nos dice Pablo.
Por esto último, para saber de qué estamos hablando empezaremos por esta última premisa.
El judaísmo en tiempos de Pablo.
Como escribí más arriba, el judaísmo no es uno sólo. En la actualidad ¿qué es ser judío?
La mayoría de  estas diferentes vertientes del judaísmo en alguna medida tienen orígenes bastante remotos.
Lo cual nos lleva a pensar en que por lo menos debemos cerciorarnos un poco cuando aseveramos lo que la palabra judaizar significa.
En los tiempos en que fueron escritas las cartas, al menos tres diferentes grupos había en el judaísmo y asimismo estos tenían diferencia internas. Estos son los saduceos, los fariseos y los esenios.
Entonces cuando Pablo escribe “judaizar” ¿a qué grupo hace referencia? Dice que ¿Pedro u otros hermanos trataban de transformar a los conversos en saduceos? ¿o en realidad los querían convertir en esenios?¿es que acaso la intención era que fuesen fariseos?
Pensemos por un instante en esto, todos los grupos religiosos judíos de la época de Pablo reconocían en la Toráh (Instrucción) expresada en los cinco libros del Pentateuco conteniendo la llamada “Ley de Moisés”, la fuente de verdad o al menos la principal fuente de verdad. Por lo cual la aseveración del teólogo cristiano acerca de que judaizar significaba “…imponer la observancia de la Ley de Moisés a los cristianos convertidos de entre los gentiles…” no nos aporta mucho. O sea no aclara nada.
Pero si somos serios, podemos empezar a descartar grupos.
En primer lugar a los esenios. Los podemos descartar pues estos se habían recluido a vivir en el desierto, apartados de la contaminación de un sacerdocio pervertido como existía en Jerusalem. Por ello es poco probable que hubiesen visitado a las congregaciones de Galacia, representantes de los esenios para convertirlos a esa doctrina.
También podemos y debemos descartar a los saduceos cuya actividad estaba centrada en el servicio sacerdotal de Jerusalem y difícilmente se abocasen a convertir gentiles en esa zona.
Entones por descarte podemos decir que la opción que queda es que se tratase de personas que quisiesen que los recién conversos se transformasen en fariseos.
Bien, respira el teólogo cristiano, … eso… querían que se hagan fariseos… judaizar significa que se haga fariseos…
De nuevo tengo que escribir que la ignorancia es madre de un sinnúmero de errores.
Porque así como los judíos ortodoxos de la actualidad tienen más de una versión, en tiempos de Pablo más de una escuela se disputaban el tener la verdad del judaísmo.
Esto es lo que veremos en la etapa siguiente de este estudio.
 
 

parte 2 #

Habíamos concluido en la primera parte de este estudio que, así como en la actualidad distintas escuelas dentro del judaísmo exponen sus verdades. En los tiempos de Yeshúa eso también debía ocurrir.
La diferencia entre los grupos esenio, saduceo y fariseo se encuentra relatada en los evangelios. Expresión de ello son los distintos tratamientos que el propio Mesías hace de cada una de estas corrientes.
Pero algo que muchos desconocen, es que dentro del fariseísmo también se encontraban presentes distintas corrientes. Así como diferencias en cuanto a la enseñanza y leyes rituales.
En el primer siglo de la era común dos corrientes importantes se disputaban la correcta interpretación de las escrituras y su cumplimiento. Estas corrientes se encontraban encabezadas por dos grandes maestros, Hilel y Shamai.  Y esta realidad no es poco importante, por cuanto cualquier judío del primer siglo conocía la existencia de estas dos escuelas de fariseísmo.
El creyente que proviene del cristianismo por lo general desconoce esta cuestión, pero el saber de la existencia de estas corrientes, conocer sus expresiones, su desarrollo y sus conclusiones, es fundamental para entender de qué se habla en gran parte del llamado nuevo testamento.
Como he establecido en el primero de los estudios debe partirse de la premisa de entender el contexto religioso en el cual se da la correspondencia de Pablo. Pues de otro modo sólo se estaría especulando acerca de qué quiso decir o por qué dijo tal o cual cosa. Y precisamente al ignorar esta realidad la conclusión a la cual  en general se puede llegar, resulta una conclusión errónea.
Quien desconozca las discusiones en juego en el primer siglo, no puede llegar a entender con certeza a lo que se refirió Pablo cuando, por ejemplo, habló de la circuncisión en Gálatas 2:3
“Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;…”
El teólogo apresurado me dirá, pero por supuesto que sé que es la circuncisión, es el corte practicado en el prepucio del hombre.
¿Y si ahora le digo que está equivocado qué me contesta?
Y si ahora le indico que no tiene ni noción de lo que es la circuncisión de los gentiles ¿qué opina?
Por supuesto que voy a explicar estas cosas, pero es necesario que primero entendamos que el hecho de que una palabra que vino del hebreo, luego haya pasado al griego, luego al latín, luego al castellano antiguo y de ahí al castellano moderno esté traducida; no significa que entienda de qué se está hablando. Pues como escribí más arriba si no se conoce el trasfondo religioso de la época jamás se entenderá por ejemplo que el proceso de circuncisión para el fariseísmo era distinto según se trataba de un gentil como de un bebé judío.
Bien, volviendo al punto. Tenemos dos escuelas ¿podemos establecer, aunque someramente algunas diferencias entre ellas para saber de qué estamos hablando?
En primer lugar debe tomarse en cuenta algo. Dentro del judaísmos se plantea la existencia de dos Instrucciones, la Toráh escrita y la llamada Toráh oral. Siendo la primera la que escribió Moisés y que tenemos en el llamado por los cristianos pentateuco. Y la oral sería una Toráh que le fue dada a Moisés sin orden de que la escribiese, luego éste se la transmitió a Josué y luego a los ancianos y así llegó a los tiempos del Mesías.
Ello es lo que nos cuenta la Mishná 1 en el Tratado Pirke Avot.
“Moshé recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió Ieoshua; Ieoshuá a los ancianos; los ancianos a los profetas; y los profetas la legaron a los hombres de la Gran Asamblea…”
Por supuesto que a lo que se refiere aquí es a lo que he explicado antes, no la Toráh escrita que nosotros  compartimos.
Hay que entender algo. Si bien no estamos de acuerdo en la validez de la Toráh oral como algo que entregó YHWH a Moisés en el Sinaí. Sí entendemos que esta Toráh oral ha sido tomada como válida por la mayoría del judaísmo. Asimismo tiene valor histórico y pedagógico para entender cómo pensaban y cómo piensan los judíos religiosos, de ayer y de hoy.
Esta última es a la que muchas veces Yeshúa hace referencia cuando dice frases como: “oíste que fue dicho… pero yo os digo…” Dice “oíste” pues en tiempos de Yeshúa y obviamente Pablo, la Toráh oral se mantenía por transmisión oral. Más luego fue compilada en la llamada Mishná y para no extenderme demasiado en lo que actualmente llamamos Talmud. El Talmud comprende una gran cantidad de tratados, los cuales compilan lo que en tiempos de Yeshúa se conocía también como “tradición de los ancianos”. Es lo que vemos por ejemplo en Mateo 15:2
“¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.”
Al lector desprevenido le explico lo siguiente, en ningún lugar de la Toráh escrita (en ninguno de los cinco libros de Moisés) se indica que hay que lavarse las manos antes de comer.
Pero en la Toráh oral sí se encuentra esta prescripción la cual es conocida bajo el ritual de “al netilat yadaim” (sobre el lavado de manos). Esta prescripción es un ritual previo a comer pan en la cual se produce el lavado de manos de una forma determinada, con una cantidad determinada de agua, empezando por una de las manos y concluyendo de una forma prescripta y haciendo una oración también establecida.
Quien lee esto y nunca ha cumplido estos preceptos no tiene noción de la pesada mochila que carga quien cree que estas cosas son necesarias. Es una pesada carga que ninguno de nosotros ha podido llevar.
Sólo para que se entienda, existen reglas sobre reglas, una sobre la otra, incluso acerca de cómo ponerse los zapatos y cuál cordón atar primero.
La Toráh oral me dice que al empezar el día debo hacer determinada oración (lefaní aneja), luego antes de recorrer una determinada cantidad de metros hacer al netilat yadaim, luego de esto calzarme de determinada forma. Si no cumplí con esto debo hacer aquello y lo otro, etc. Un conjunto de pesadas cargas. A estos mandamientos de hombres es a lo que se refiere Yeshúa en Mateo 23:4
“Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.”
El conjunto de reglas es conocido como halajot, proveniente de la palabra halajá, que bien haríamos en traducir como ley. Pero estas leyes menores, no son disposiciones encomendadas por YHWH a su pueblo, sino que son reglas establecidas por la tradición y la discusión de los rabinos a través del tiempo.
En este sentido, en el cumplimiento y la observancia de la Halajá es que ambas escuelas, la de Hilel y la de Shamai diferían.
Escuela de Hilel
Hilel el sabio nació alrededor del año 70 ac y murió en los primeros años del primer siglo; también fue llamado el Viejo (Ha-Zaquen). Si bien según el Talmud nació en Babilonia, su desarrollo se produjo en Jerusalem, pues a los 40 años emigró allí. Su escuela se caracterizó por  ser más indulgente en cuanto a ciertas normas de cumplimiento halájico. Superando a los estudiosos de la Toráh de su época fue Presidente del Sanedrín. Su deseo de propagar el estudio en todos los miembros de Judá lo hizo más abierto, una de sus frases lo retrata cabalmente: “ Sed de la categoría de los discípulos de Aharón Hacohen, que amaba la paz y la armonía; si es difícil llegar a ella, perseguidla hasta alcanzarla, amad a todo ser humano y acercadlo a la Torá”.
Escuela de Shamai
Si bien era amigo de Hilel no compartía la misma visión que aquel, pues este era más estricto y riguroso en la observancia.  Fue nombrado av bet din cabeza del Tribunal Sanedrín.
Quien tiene tiempo de ponerse a estudiar las diferencia entre estos reconocidos como sabios por el judaísmo verá que era severo y riguroso en todo y ante la duda de cómo debía aplicarse una decisión halájica prefería prohibir.
¿Por qué entender esta diferencia entre ambas escuelas es importante?
Porque Hilel murió antes que Shamai. Y a la muerte de aquel fueron las ideas más estrictas las impuestas por el máximo tribunal. Las cuales tenían relación con los distintos aspectos religiosos de la vida judía de aquella época. Por ejemplo en cuanto a la decisión de cómo se consideraba correcta la conversión de un gentil. En el Talmud está escrito, en el Tratado Shabbat, 17ª,  lo siguiente: el día en que el máximo tribunal aprobó una de las ordenanzas de Shamai contraria a las opiniones de Hilel “fue tan nefasto para Israel como el día en que el becerro fue hecho” (comparando ello con el becerro de oro). Esta aseveración del Talmud nos da una idea de los tiempos rigurosos  de la vida religiosa de la época. Y cómo la posición sustentada por Shamai en el máximo tribunal se transformó en una carga para los propios fariseos.
¿Esta cuestión tiene algún impacto en los apóstoles y en los primeros creyentes?
Por supuesto que sí, pues nuestro apóstol Shaúl se inclinó evidentemente por las posturas más rigurosas antes de que sus ojos fuesen abiertos.
Gálatas 1:13-14 “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de YHWH, y la asolaba;  y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. “
Hechos 22: 3-4 “Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de YHWH, como hoy lo sois todos vosotros.  Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres;…”
Hechos 26:5 “los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.”
Y Pablo era un gran conocedor de todas las cuestiones halájicas, tal cual nos dice que aventajaba a sus contemporáneos.
Más luego de su encuentro cara a cara con el Mashíaj, camino de Damasco, ¿qué nos dice de estas doctrinas?
Filipenses 3:7-8 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Yeshúa.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Yeshúa, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Yeshúa,…”
Resumiendo podemos ver que en el judaísmo existían más de una corriente de pensamiento. Las cuales diferían sobretodo en cuestiones halájicas, de ley de hombres. Estas diferencias se plasmaron en dos escuelas, la de Hilel y la de Shamai. Las diferencias entre ambas escuelas fueron importantes, siendo la de Shamai la más estricta. A la muerte de Hilel, las ideas de Shamai son la que terminan impuestas en el máximo tribunal de Judá. El hecho de que estas ideas fuesen las que quedaron con fuerza de ley tuvo influencia en todos los aspectos de la vida cotidiana de los judíos. Esto es, abarcaron desde cómo debían realizarse los ritos religiosos, la conversión de los gentiles, a los cuales se llama prosélitos, los rituales necesarios para participar de una comida, con quién podía comer o no un judío, etc.
Y todo esto es muy importante para nosotros por dos motivos:
• En primer lugar porque los primeros creyentes en el Camino eran judíos que se encontraban inmersos en ese mundo lleno de debates y cuestiones halájicas. Como tales participaron de este mover en la vida religiosa judía del primer siglo. Lo que ocurría no les era ajeno, influía directamente en sus vidas.
• En segundo lugar porque lo que podemos leer en el libro de los hechos y las cartas de Pablo, especialmente Gálatas, se encuentra impregnado de estas cuestiones. Asimismo tenemos el esfuerzo y la dirección que los primeros dirigentes de nuestro camino le imprimieron a su mensaje. Fundamentalmente Jacobo, el hermano del Señor, quien era un pilar  en Jerusalem para todos los creyentes en Yeshúa. La postura que Jacobo mandó seguir, acompañado por Pedro y Juan, fue el mensaje que se transmitió a los gentiles que aceptaban a Yeshúa como su salvador. Lo cual podemos ver en el siguiente texto:
Gálatas 2:9 “y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.”
Como he escrito más arriba no alcanza con traducir literalmente las palabras, es necesario a partir del contexto histórico, geográfico y religioso, reconstruir la idea de la cual se estaba hablando.
Los textos del nuevo testamento están plagados de frases que para nosotros tienen un sentido específico, pero  para los nuevos creyentes venidos del cristianismo, que desconocen ese trasfondo del que escribo, el concepto real de lo que se está hablando se les escapa.
Frases como “oíste que fue dicho… pero yo os digo…”; “… la tradición de los ancianos…”, “…impuro…”, “…comer con los gentiles…”, “…circuncisión…”, “…algunos de la circuncisión…”.
El nuevo creyente (y el cristiano en general) cree que sabe lo que quieren decir, pero en realidad lo desconoce, pues nunca ha aprendido cosas como las que he explicado.
Si desconoce la diferencia existente entre la Toráh escrita (Torá she bijtav) y la torá oral (Torá she baal pé) ¿cómo puede llegar a entender la frase “la tradición de los ancianos”?
No se trata de que se deba ser un gran intelectual para poder comprender el mensaje de Amor del Evangelio. Pero si de lo que se trata es de poder entender el mensaje que los apóstoles nos están transmitiendo. En tiempos bíblicos la cuestión era entendida por todos. En nuestros tiempos el noventa por ciento de las personas que leen los escritos de Pablo no conocen de lo que está hablando. Sin embargo se levantan teólogos, pastores y maestros, pretendiendo elaborar doctrinas y pensamientos a partir de la ignorancia.
No estamos para polemizar, nuestro grupo se caracteriza por no hacerlo, pero sí tenemos la obligación de hacer que la verdad salga a la Luz y no que la lámpara sea puesta debajo de la cama.
En la parte siguiente del estudio veremos cómo estas cuestiones se reflejan en las cartas de Pablo, especialmente Gálatas.
 
 
 

parte 3 #

Definidas las cuestiones generales ahora comenzaremos a ser más específicos en lo que a los temas tratados en las cartas de Pablo se refiere.
Dos temas son los principales que debemos abordar:
• Qué implica, qué temática contiene, qué problemas trae aparejada la conversión de los gentiles.
• Cuál es la relación que los judíos debían mantener con los gentiles conversos.
Debemos partir de una base. El “cristianismo” en sus orígenes no se plantea como una nueva religión distinta al judaísmo, como lo es en la actualidad. Sino que se presenta como una “secta”, como un grupo dentro de las filas del judaísmo presente en Judá. Originado a partir de un concepto israelita, el de un Mesías Salvador, bajo una temática israelita, con discípulos y apóstoles cultivados en el judaísmo, muchos de los cuales se formaron dentro de la secta más cerrada y tradicionalista del fariseísmo.
Y dentro del judaísmo temas como la conversión de los gentiles, los mandamientos que estos debían observar, los requisitos que debían reunir para “hacerse” judíos, la literatura a la cual debían acceder, las cosas que podían hacer o no, etc. Eran temas charlados, debatidos, analizados una y otra vez.
Es natural que al principio, los líderes de la Congregación establecidos en Jerusalem pensasen en tratar a  los gentiles que aceptasen a Yeshúa como su Salvador y Redentor, como cualquier judío hubiera pensado de un gentil converso. Por ello no es raro que muchos de los líderes mesiánicos de la Congregación de Jerusalem creyeran que las reglas de conversión que se venían aplicando hasta ese momento en el judaísmo aplicarían también a los nuevos conversos a partir de Yeshúa.
Para entender estas cosas debemos partir de saber qué decían los fariseos más intransigentes acerca de la conversión de gentiles en aquellos tiempos. Si bien ellos se regían por la torá oral en estos temas, hoy disponemos del Talmud que ha puesto por escrito aquellos temas.
No es el lugar indicado para dar una clase de talmud, pero sí aclararé algún punto.
En primer lugar el talmud no es “un” libro, sino una serie de tratados compilados, reunidos en una misma serie. Algunos son tratados mayores y otros menores o más pequeños. Sin embargo para el punto de vista del judaísmo rabínico (heredero del fariseísmo) todo el Talmud es verdad. Incluso si dos puntos del talmud se contradicen, ambos son verdaderos.
Para las cuestiones que nos toca analizar tres tratados del talmud nos servirán, ellos son el Tratado Yebamoth, el Tratado Shabbat, y el Tratado Masejet-Guerim.
Como no podemos tratar todos los puntos que hacen a todas las discusiones registradas en esos tratados, me centraré en las dos cuestiones que se plantearon más arriba. En primer lugar qué conlleva, que apareja la conversión de gentiles.
Tratado Masejet-Guerim y Tratado Yebamoth
Este traducido es el tratado de los Prosélitos. Un prosélito es un gentil que adopta el judaísmo como su religión, su filosofía y forma de vida. El cómo la persona hacía esa conversión fue tema de amplios debates pues implica no sólo un cambio de vida para la persona (y muchas veces su familia) sino para todos aquellos que siendo judíos debían aceptarlo como uno nuevo del grupo.
Pensemos por un instante en las actitudes y actividades de una persona mundana. Asiste a fiestas y bailes,  se casa de una forma, tiene relaciones sexuales conforme a sus costumbres, cría y educa a sus hijos de una forma aprendida por las costumbres de su tierra, tiene hábitos heredados de sus padres, etc. Y luego de una revelación a su vida, decide que el camino del cristianismo en una determinada denominación es lo que quiere para su vida.
Es evidente que muchas de las cosas que hacía y pensaba en su vida “anterior” deberán cambiar. ¿Pero qué cosas?
Si acostumbraba tener relaciones sexuales con mujeres de la noche ¿eso le seguirá siendo admitido en la iglesia?
O pensando por ejemplo en sus hábitos, si luego de tener relaciones sexuales no tiene el hábito de darse un baño e higienizarse ¿comeríamos lo que con sus manos preparó?
O para dar otro ejemplo, si el carnicero cada vez que faena el animal que luego nos vende hace una oración a san marcos el patrono de los carniceros ¿debemos comer ese animal?
Si en esta época estas cuestiones nos dan qué pensar, imaginemos por un momento en lo que la conversión de los gentiles en los tiempos bíblicos traía aparejada. Cuando los gentiles tenían relaciones sexuales con hombres en los templos paganos, sodomitas a los cuales se llamaba “perros” en aquellos días, y luego se convertían al judaísmo. O por ejemplo el gentil que estaba casado con su tía materna y luego se convertía.
Todo esto fue discutido y pensado para que el gentil tuviese la posibilidad de convertirse y que el nuevo entorno judío pudiera convivir con él.
Si bien la compilación del Tratado de los Prosélitos fue hecha en el S. IX, su contenido tenía siglos de conocido y observado.
La tradición de los rabinos reconoce a dos tipos entre los gentiles:
• Los guer tzdek : son los prosélitos rectos, gentiles que se convierten al judaísmo aceptando cumplir todos los mandamientos  (incluyendo la tora oral)
• Los guer toshav: son los extranjeros residentes, es un gentil que si bien no se había convertido plenamente al judaísmo, había aceptado cumplir los “siete mandamientos universales”.
Aquí debo hacer una aclaración. Para el judaísmo fariseo (y su heredero el rabínico de la actualidad) todo aquel que no ha nacido judío sólo tiene la obligación para ser parte del mundo venidero, de cumplir siete mandamientos. Por desgracia parte del judaísmo mesiánico de la actualidad en su afán de “ser” judíos, sostienen también esta visión. ¿Cuáles son estos siete mandamientos?
Son los siguientes: reconocer que existe un solo Elohim (no caer en idolatría), respetar al Creador (no blasfemar), no cometer asesinato, respetar la institución del matrimonio (lo cual conlleva también la prohibición de relaciones sexuales ilícitas), no robar, respetar a las criaturas (no comer un animal vivo), respetar la justicia (estableciendo incluso cortes de justicia).
Aclarado esto veamos lo primero que el tratado de los Prosélitos nos dice:
1 a: “No se recibe inmediatamente a quien quiera convertirse…”
Podríamos pensar que, al igual que la mayoría de los grupos cristianos, lo judíos estarían presurosos para hacer prosélitos, para hacer que la gente se “haga” judía, sin embargo ello no es así.
Esto también lo vemos en el otro tratado de el talmud al cual he hecho referencia, Yebamoth, allí en el punto 47 del Tratado se dice que para “Israel los prosélitos son como la psoriasis…”. O sea nada deseable,
Pero suponiendo que el gentil acepte los mandamientos de la Toráh escrita y sobre su espalda el yugo de los mandamientos de la torá oral, ¿qué pasos debía dar?
T. de los Prosélitos 1 b: “…se lo hace descender hasta la casa de la inmersión y se lo tapa con agua hasta el lugar de su desnudez. Se le enseñan algunas pocas minuciosidades de los mandamientos…”
El Tratado Yebamoth, 47 a,  en un mismo sentir prescribe: se enseñan ciertos mandamientos complejos -mitzvot jamurot- y ciertos mandamientos livianos – mitzvot kalot-.
Siendo los pasos de conversión: 1) circuncisión, 2) enseñanza de algunos mandamientos y 3) inmersión ritual.
¿Cuáles son esos mandamientos que deben enseñarse?
T. de los Prosélitos, 1b: “…mandamientos para que así pueda dar del Leket, Shijeja, Peá y del diezmo. Como se le dice a un hombre también se le dice a una mujer: “para que sea cuidadosa con las leyes de la Nidá, de la Jalá y del encendido de la vela”
Para que podamos entender de qué se habla, los mandamientos que primero debe aprender son, los referidos a:
Leket: las espigas que caen mientras se recolecta el campo
Shijeja: Lo que se deja olvidado mientras uno cosecha su campo
Peá: La esquina de los campos que no es cosechada para permitírsela a los necesitados, a los huérfanos, a las viudas y a los extranjeros.
Nidá: lo atinente al período menstrual de la mujer.
Jalá: Es la llamada “Hafrashat Jalá”, el pan que debe separarse al celebrar el Shabbat
Ahora bien, el primer punto de la conversión, o sea la circuncisión en el caso del hombre tiene bemoles muy importantes. Pues no es lo mismo la circuncisión, brit milá, practicada por un mohel al octavo día de nacido un niño. Que la circuncisión practicada en un adulto que ha decidido convertirse al judaísmo conforme a los cánones establecidos por el judaísmo fariseo, especialmente en la escuela de Shamai.
Para que se sepa de qué estoy hablando, en la actualidad cuando una persona decide circuncidarse, para el judaísmo rabínico no alcanza con la operación que puede realizar un urólogo en las condiciones sanitarias de un hospital. Sino que es necesario cumplir con el rito de “hatafath dam”, lo cual implica un pequeño corte en el  miembro masculino del cual fluya al menos una gota de sangre.
Y en los tiempos del primer siglo ¿qué se establecía con respecto a la circuncisión de un gentil que deseaba convertirse al judaísmo?
El Tratado Yebamoth, 47b, nos dice:
“Si aceptaba,   es circuncidado inmediatamente.  Si  quedan jirones,… hacen que la circuncisión no sea válida, …” “…Carne que cubre la mayor parte de la altura de la corona…”
Este texto un poco difícil de entender explica que para que sea válida la circuncisión del gentil (siempre dentro de los parámetros fariseos por supuesto), debe quitarse por completo el prepucio. Esto es lo que suele denominarse circuncisión irreversible.
Además al principio nos dice que debe ser circuncidado inmediatamente, “pues no hay que perder tiempo en cumplir un mandamiento…”
Para resumir esta tercera parte diremos que de acuerdo a los cánones más estrictos del fariseísmo para que un gentil se pueda convertir al judaísmo debía:
• Aceptar “toda” la Toráh (la escrita y la oral)
• Circuncidarse en la forma irreversible, quitando todo el prepucio
• Sumergirse en la pileta ritual
En la cuarta parte veremos cómo se relacionaba el gentil converso y el no converso con los judíos.
 
 
 

parte 4 #

En la tercera parte de este estudio identificamos como un tema principal a abordar lo siguiente:
• Cuál es la relación que los judíos debían mantener con los gentiles conversos
Más adelante veremos cuán importante es esta cuestión. Para que se entienda el por qué debe ser estudiado pensemos por un instante en el ejemplo que dimos en la parte tercera.
El caso del “nuevo” convertido en una congregación cristiana cualquiera. Esta persona ¿es aceptada por completo desde el primer día? Por supuesto que no. Se le puede decir hermano bienvenido, se  trata de que se sienta cómodo, se le presentan personas, etc. Pero se toman diversas precauciones hasta saber si su conversión es sincera. Si lo que ha expresado no es solamente producto de una emoción momentánea, si se ha dado cuenta de que la vida que llevaba hasta ese tiempo debe cambiar. Si es un joven de seguro se tomarán precauciones para que las jóvenes de la congregación no traben relación con él hasta tanto se aseguren que no las conducirá a algún mal camino. Se verá si cambian sus hábitos mundanos. Incluso hay congregaciones que tienen una serie de pasos que el nuevo converso debe cumplir hasta ser considerado como un miembro más.
¿Acaso estas precauciones están mal? Por supuesto que no, aseguran la supervivencia de cualquier grupo. Hasta los clubes sociales tienen a sus miembros a prueba hasta conocer su fidelidad a los objetivos del grupo. Por algo existen las membrecías  condicionales. Por ello al principio la persona está a prueba. Cuánto más deben ser probados aquellos con los cuales se va a compartir un camino en común. Cuánto más en aquella época en la cual la persecución religiosa podía terminar en la muerte. Cuánto más en aquel momento en que se infiltraban enviados de los grupos enemigos más acérrimos, lo cual vemos en Gálatas 2:4:
“y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Yeshúa, para reducirnos a esclavitud,…”
La congregación de los primeros creyentes se insertó en la realidad del judaísmo de la época. Por ello es correcto ver cuál era la relación que los judíos en general debían mantener con los prosélitos, los que hasta hacía unos días eran gentiles. Y también era preciso establecer cómo relacionarse con aquellos que seguían siendo gentiles y no se convertían al judaísmo.
Pienso que con algún ejemplo esto se entenderá con más claridad.
Pensemos por ejemplo en un judío viviendo en Roma para la época en que en aquella región se celebraba la fiesta de saturnales. Esta fiesta en honor de Saturno, dios romano de la agricultura, se celebraba cuando la cosecha de invierno había concluido (“casualmente” el 25 de diciembre) y durante estos días se hacían homenajes al dios, banquetes y orgías sexuales.
¿Qué debía hacer un judío temeroso de YHWH durante este tiempo?
El Tratado Avodah Zarah 2ª, 8ª. Nos prescribe:  “Durante los tres días anteriores a las fiestas paganas de los idolatras, está prohibido hacer negocios con ellos, prestarles artículos o tomar prestado de ellos, darles o recibir dinero de ellos, pagarles una deuda o recibir pago de ellos.”
El por qué de esta prohibición está en que todo aquello que el gentil tuviese en esos tiempos, todo lo que comerciase, lo consagraba a sus dioses paganos.
Otras fiestas por ejemplo las constituyen las de principio de año, las llamadas “calendas” las cuales cuando es establecido el calendario  juliano, se instituyó como  las calendas ianuarias, las cuales luego la iglesia católica instituyó como supuestas fiestas cristianas. De aquí proviene por ejemplo el término calendario.
No me interesa hablar de esta inmundicia pagana tomada por el catolicismo, sólo escribiré que de ahí surge el llamado martirologio romano, el cual se expresa en el recordatorio de cada supuesta fecha de un mártir en un día determinado del año (ej. El 25 de marzo “san Quirino de roma”).
Volviendo al tema que sí debe importarnos hay que comprender que ser un observante de la voluntad de YHWH en un mundo consagrado al paganismo trae muchos problemas de convivencia.
Imaginemos por un momento que vamos a comprar carne de ternero en una carnicería de Corinto. Por si quien lee esto no lo sabe, comento que cuando se faenaba un animal en la sociedad griega de aquella región, de inmediato se hacía la invocación en el Templo consagrando ese animal al dios pagano.
O sea que el judío piadoso que no quería caer por ningún motivo en las garras de la idolatría, se abstenía de comer esos animales.
Otra cuestión que preocupaba era si los alimentos que se compraban podían encontrarse contaminados de alguna forma por impurezas.
Entiéndase esto, el gentil no guardaba las mismas preocupaciones que el judío al momento de elaborar sus productos.
Tomemos como ejemplo el vino. Cualquiera pensaría que el vino es vino y nada más, pero veamos dos posibilidades que nos darán qué pensar. Una sería por ejemplo que quien aplastó las uvas con sus pies en un recipiente adecuado también trabajó previamente limpiando la ropa de su señor. ¿cuál sería el problema? Qué pensaría usted si yo le comento que en muchas ciudades griegas se lavaba la ropa en una especie de pileta, removiéndola con los pies mientras otro siervo le agregaba orina que se juntaba en orinales públicos. Por lo cual los mismos pies que pisaron la orina pública luego, sin lavarse (por qué habrían de hacerlo si su cultura no lo indicaba) pisoteó las uvas que produjeron el vino que Usted luego consume.
Pero también existía el problema de las llamadas libaciones. Estas eran aspersiones que se hacían sobre un altar o frente a la imagen de un dios determinado. Por lo cual para el judaísmo este vino quedaba en un estado de impureza. Entonces esto también generaba una actitud hacia la obra del gentil. El Tratado de los Prosélitos nos dice, “Un hombre que se convierte y tenía [previamente]vinos, y dice: “Estoy seguro de que no se hicieron libaciones con ellos”, a él se le permite tomarlo pero se le prohíbe a los demás…”  El vino que estuvo en contacto con paganos, sin la supervisión de un judío, se denomina “Iáin Nesej”.
Otra cuestión que por ejemplo debemos tomar en cuenta de los tiempos del primer siglo es la de si se podía o no compartir una mesa con un gentil. Y la respuesta sencilla es No. No correspondía que un judío piadoso compartiese la mesa con un gentil. Veamos bien las expresiones, pues no me estoy refiriendo al prosélito que ha abandonado el paganismo y se consideraba como un judío más, sino con el gentil pagano que no hizo conversión.
Si bien me he extendido más de lo pensado ha sido para que el creyente que proviene del cristianismo pueda comprender el trasfondo religioso de la época de nuestros apóstoles. Cada una de las cosas que hemos visto en la época en que Shamai gobernó el dictado de la halajá farisea fue más estricta.
Es en este contexto que la carta a los Gálatas se da.
Aun es preciso que entendamos algo más. Cuando el Camino aparece en acción en Jerusalem y en el resto de Judá, muchos de los creyentes en Yeshúa provenían del fariseísmo más ortodoxo. También muchos creyentes habían llegado al judaísmo a partir del cumplimiento de las más estrictas observancias de la interpretación de la Escuela de Shamai.
Pensemos por un momento en un hombre de 25 años nacido en Antioquía, criado bajo los cánones paganos y que luego hizo conversión al judaísmo. Ese hombre aceptó cumplir los preceptos de la Toráh escrita y el yugo de la torá oral. Ese hombre pasó por la “circuncisión” irreversible, sufriendo en su carne el filo del estilete del mohel, soportó el dolor del tercer día, derramó sangre frente a los rabinos que aceptaron su conversión. Luego se sumergió en la pileta y comenzó su vida como judío. Más luego cuando apareció el Camino aceptó a Yeshúa en su corazón y se identificó con él como su Mesías. ¿Qué pensaría este hombre que debía hacer cualquier otro gentil que quisiese aceptar a Yeshúa? ¿no sería comprensible acaso que pensase que el nuevo convertido debía pasar por los pasos que él cumplió?
Y aquellos fariseos que habían aceptado a Yeshúa como su Goel y Mashíaj ¿qué pensarían que debía hacer un gentil que de buenas a primeras acepta al Elohim de Israel? ¿por qué tenían que imaginar que ahora la historia cambiaría?
Respuestas a estas cuestiones las daremos en la quinta parte de esta serie.
 
 

parte 5 #

Las partes anteriores de este estudio nos dan claridad acerca del contexto religioso en el cual se desenvolvió la actividad de los apóstoles.
Es necesario ahora entender algo que trasciende aquello tiempos y constituye en todas las épocas parte de la observancia necesaria para agradar a YHWH.
Esto es la cuestión de la comida.
A lo largo de casi 2000 años el cristianismo ha soslayado este ítem tan importante de la Fe. Incluso, aun habiendo tenido algunos grupos cristianos cierta luz sobre estos temas, con el paso de los años perdieron también esta visión.
Me refiero por ejemplo al hecho de que hasta hace unos pocos años los propios grupos evangélicos no tenían incluida entre sus dietas a la sangre.
En muchas culturas, en todo el globo, se acostumbra a que la sangre sea parte de la dieta, de lo que las personas comen. Así por ejemplo en Asia se bebe sangre de distintos animales como forma de adquirir su vigor y su Espíritu.
En países herederos de la cultura hispánica se consume mucho la sangre de vaca y otros rumiantes como parte de los hábitos y costumbres alimenticias. Así por ejemplo en países como Argentina, Chile, Nicaragua, etc.  existe la práctica de almacenar sangre de ternero, cerdo  o vacunos en general en intestino de ese mismo animal. Luego se lo somete a un proceso para que no se seque por completo y ello es comido como un fiambre o tentempié. Esta inmundicia es conocida como morcilla, moronga, prieta, sangrecita, etc.
Los grupos evangélicos hasta no muchos años le indicaban al recién converso que no debía comer esto, pues contradecía Hechos 15:20. Me consta que en estos tiempos la mayoría de los grupos protestantes han olvidado esta indicación.
¿Pero cómo vemos en la cultura hebrea estas cosas? Nosotros diferenciamos muy bien aquello que es comida de lo que no lo es. O sea, no todo lo que se pone en la boca, se mastica, ingresa a nuestro cuerpo, es comida. O sea es apto para que lo consumamos y nos alimentemos. Y en eso no hay dudas, está fuera de todo debate, pues es lo que nos prescribe la Toráh. Por ejemplo es algo que pueden encontrar en el libro de Levítico. Para nosotros es así y como los mandamientos de YHWH no se discuten, no hay debate en cuanto a la cuestión. El cerdo no es comida, la sangre no es comida, los mariscos no son comida, las ranas y las anguilas no son comida, etc. No daré ahora un estudio sobre los alimentos apto y los que no lo son, o sea qué es kosher y qué no. Pero diré que esta no es una cuestión de controversia.
Ahora bien, con respecto a lo que es comida, o sea dentro de lo que es kosher ¿existía algún tipo de debate en los tiempos del primer siglo?
Pues sí, una de las cosas que se discutía es el alcance de lo que tratamos en el estudio anterior de los alimentos permitidos, pero que eran por ejemplo faenados por gentiles, parte de cuya actividad era consagrar eso que mataban a sus dioses. O sea no existía debate en cuanto a si comer cerdo o no, por supuesto que no se debe comer. Pero ¿qué ocurre si cuando el carnicero de Corinto al matar el animal hace una oración al dios Saturno?
Pensemos por un instante en lo que en la actualidad un cristiano sentiría. Piense en esta situación. Usted es cristiano evangélico, vive en la localidad de Los Andes en Chile, va a la carnicería y cuando va a comprar el carnicero al hacer el corte dice que “corto este animal y lo vendo gracias a san marcos” (que es el patrono de los carniceros)… ¿qué hace?
Pues bien, esta era una duda que se planteaba en aquellos tiempos. Nadie debatía si comer oveja era correcto o no, pero qué debía hacer en un ambiente pagano donde todos los animales eran consagrados a dioses.
Otra cuestión que todo judío tenía en mente era la desconfianza en el gentil recién convertido. ¿Habría quitado todos los hábito paganos de su vida?¿cuando me sirve la comida estará haciendo alguna invocación a sus dioses? ¿habrá preparado estos alimentos luego de haber tenido por ejemplo relaciones sexuales y no se ha higienizado?
Por todas estas dudas es que el judío evitaba por ejemplo sentarse a la mesa de un gentil. Pues en las más férreas sentencias de la época (recordemos que la escuela de Shamai era la que gobernaba los asuntos de halajá) estaba incluso prohibido sentarse en la silla de un gentil. Esto lo podemos ver en el Tratado de los Prosélitos cap. 3 p. 2:
“Su saliva, su asiento, su cama y su orina son impuros…”
Esta era la doctrina que primaba en Jerusalem y en todo Judá. Estas eran las ideas a través de las cuales se movían los primeros apóstoles y discípulos, estas eran las ideas que los fariseos sostenían.
Todo esto que hasta ahora he relatado en estas 5 partes es el contexto en el cual se movía la primera congregación con asiento en Jerusalem. Influidos por estas ideas estaban todos, Jacobo, Cefas, Mateo, y todos los que se les ocurra nombrar. Todos, excepto… sí, el que antes fuera el más fariseo de todos… Shaúl nacido en tarso, alias Pablo.
Y es obvio que cuando cualquiera de los que habían sido formados en Jerusalem saliese a predicar las buenas nuevas, pensase que el gentil que aceptase a Yeshúa debía hacer lo mismo que los gentiles siempre debían hacer para ser parte de este nuevo mover. ¿Por qué iba a pensar algo distinto?
Aquí llegamos a un punto grave, a un punto de inflexión. Debo aclarar un error tremendo que el cristianismo tiene y es este ¿qué es la salvación? La respuesta inmediata y equivocada es decir que la salvación es aceptar a Yeshúa como salvador y lograr la vida eterna. Pero no, la vida eterna es una consecuencia de la Salvación. La Salvación es que aquellos que antes no eran pueblo (los “lo ammi”) a partir de arrepentirse de sus transgresiones a la Toráh, aceptar a Yeshúa como su Salvador, hacer teshuvá (con obras dignas de arrepentimiento), vuelvan a ser parte de la Congregación. Y, producto de que han vuelto a ser parte de la Congregación es que en el mundo venidero (el Olam Haba) tendrán la vida eterna.
Y esta Congregación se reconstruye con los judíos que aceptaron al Mesías y los gentiles, ovejas perdidas de la casa de Israel extraviadas entre las naciones y también con extranjeros que deseen sumarse.
Dejemos que el más grande de los Apóstoles nos lo diga con sus palabras, Hechos cap 15: 13 al 18:
“Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.
 Simón ha contado cómo YHWH visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.
 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:  Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,  Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,  Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.”
Las ruinas del Tabernáculo de David se reparan con Judá y con Israel, las ruinas se reparan haciendo que todos vuelvan a la Senda Antigua.
Ser salvo es dejar de ser “careth”, dejar de estar apartado de la Congregación, volver a ella y como parte de ello también recibir la vida eterna, peo para ser parte el requisito fundamental es volver a la Toráh. Volver a observar la Instrucción de YHWH para su Pueblo.
La única discusión presente entre aquellos que se encontraban batallando en el primer siglo, era poder despejar de este mover aquellos mandamientos reales de la Toráh, de aquellos mandamientos de hombres institucionalizados como ley. Y a los que los fariseos daban preponderancia.
Con todas las explicaciones que he dado en estas 5 partes no sería necesario analizar la carta a los Gálatas. Cualquiera con dos dedos de frente puede entender ahora lo que ocurrió con la “circuncisión”, con la actitud de Cefas ante los gentiles y cuando venían visitas de Jerusalem, por qué no fue “circuncidado Tito” y todas las dudas que los cristianos han tenido siempre. O más que dudas debiera decir la ignorancia que han elevado a doctrina y que repiten hasta el cansancio.
Sin embargo para redondear estas cuestiones en el siguiente y último estudio los veremos en la carta.
 
 

parte 6 #

Quien se tome la tarea de leer las cartas que el apóstol Pablo envió verá que las inicia  prácticamente de la misma forma, diciéndose apóstol por voluntad de YHWH.
Pero la carta que escribió a los Gálatas es diferente, pues en su comienzo Pablo marca una diferencia importante. Pues en ella dice que es “…apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Yeshúa y por YHWH el Padre que lo resucitó de los muertos),…”
El motivo por el cual hace esta observación en la primera línea de su carta es precisamente porque de esa forma está aclarando que su ministerio, lo que él enseñó o compartió con sus discípulos, no le fue transmitido por autoridad alguna.
En los versículos 1:11 y 12 nos dice “…os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;  pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Yeshúa.”
Lo grandioso que hay en la figura de Pablo, es que Yeshúa a través de Rúaj HaKodesh, toma a un maestro de la Toráh y le explica lo que necesita saber de él, en forma directa.
Pablo sabía. No necesitaba que ningún humano le enseñase las Escrituras. Pablo conocía a fondo la Toráh, los Profetas, los escritos históricos, los poéticos, etc. Como he explicado en otra ocasión a veces se nos dan pistas para entender las cosas, pero por desconocimiento no las vemos. Cuando Pablo en Hechos 22:3 nos dice que fue “…instruido a los pies de Gamaliel…” se nos está dando un dato fundamental. Para ser discípulo de aquel sabio de la Toráh un estudiante debía conocer las Escrituras de memoria. Sí, Pablo podía escribir la Toráh completa, desde el principio al fin sin poder equivocarse ni una yod. Pero asimismo Pablo conocía a fondo la llamada “tradición de los ancianos” la torá oral.
Cuando camino de Damasco Yeshúa se le revela y luego en Damasco los ojos espirituales le fueron abiertos, Pablo no necesitó que nadie le explicase lo que había ocurrido con Yeshúa y cómo las escrituras hablaban de él.
Por eso en Gálatas 1:16-17 nos escribe “…no consulté en seguida con carne y sangre,
 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo…”
¿Qué iba a consultar? ¿Qué le podían trasmitir que no conociese? Una buena actitud es la modestia, pero la falsa modestia constituye falsedad, una forma de la mentira. Pablo no necesitaba que le enseñen.
Pero asimismo Pablo, dentro de los propios fariseos, grupo al cual perteneció, no era cualquier rabino, pues según Gálatas 1:”… en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.”
O sea todas las cuestiones que he tratado en las 5 partes anteriores de este estudio, para un rabino como Pablo eran pan comido. Él conocía a fondo la llamada torá oral. Y cuando recibió al Mashíaj luego del encuentro camino de Damasco ¿cuál fue su actitud con respecto a ese conjunto de halajot (leyes creadas por los hombres)? ¿Cuál fue su actitud frente a estas “obras de la ley” (de la halajá)?
Filipenses 3:8 “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Yeshúa, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Yeshúa,…”
Pero estas cuestiones que Pablo tiene por basura tenían todavía un peso enorme entre aquellos fariseos que aun no habían terminado de romper con las tradiciones y manías de los hombres. Y muchos se enfrascaban en tratar de darle un sentido nuevo a esos debates, trataban de amoldarlo a la Fe de Yeshúa.
Un ejemplo de estas cuestiones lo tenemos en la carta a los Romanos, cap. 14: 1
“Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.”
Me parece interesante comparar algunas traducciones sobre este versículo.
Veamos la versión en latín, Vulgata:
“infirmum autem in fide adsumite non in disceptationibus cogitationum . alius enim credit manducare omnia qui autem infirmus est holus manducat”
Esta versión en latín fue traducida al castellano antiguo de esta forma:
“L enfermo en la fe^fobrelleuad: no  tomad en contiendas de difputas. Porque alguno cree q fe há de comer de todas cofas: otro enfermo come legumbres.”
Veamos su traducción del año 1569:
“Al enfermo en la fe sobrellevad, pero no hasta discernimientos dudosos. Porque alguno cree que se ha de comer de todas las cosas; otro enfermo, come legumbres.”
Lo cual en la versión castellana más acabada dice:
 “Al que es débil en la fe, sobrellevaos, pero no para contender. Porque uno cree que puede comer de todo, mientras que el hombre débil come legumbres”
¿Por qué puse todas estas traducciones? Porque se pueden trascribir 50 versiones distintas pero la verdad es una. Si partimos de entender lo que expliqué en la quinta parte del estudio, podremos entender que aquí no se habla de una persona que por tener problemas estomacales no come carne. Por favor seamos un poco serios con las Escrituras.
Recordemos lo que escribí acerca del recelo que tenía el judío piadoso acerca de comer lo que había sido consagrado a los ídolos y ahí nos daremos cuenta de qué se está hablando. No se trata de debilidad física, se trata de debilidad espiritual. El llamado débil en la Fe es una persona que cree que si come cordero que al ser faenado por el carnicero de Corinto o de Roma y este lo ha “consagrado” a sus dioses, entonces ello puede perjudicarlo espiritualmente.
Pero Pablo qué nos dice: reciban al hermano que aun no ha madurado en estas cosas. Si todavía cree que esto lo puede afectar tengámosle paciencia, no entremos en discusiones absurdas.
Si tú ya te has dado cuenta que no te afecta espiritualmente en nada las oraciones paganas que el carnicero pudiese haber hecho no menosprecies ni juzgues:
“El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque YHWH le ha recibido.”
Pablo quiere que se terminen esas contiendas estúpidas y sin sentido. Las mismas que en estos tiempos estamos sufriendo por conducto de muchos hermanos que han ingresado por ejemplo en el judaísmo mesiánico. Controversias inconducentes acerca de si la mujer debe tener el cabello cubierto o el hombre usar kipá. Controversias nuevamente originadas en el fariseísmo en su versión actual del judaísmo rabínico.
Asimismo para entender otras cuestiones recordemos lo que expuse anteriormente del recelo que la escuela de Shamai promovía, aquello de no juntarse con gentiles recién conversos por las dudas que su conversión pudiese crear.
Veamos cómo esto también se refleja en la carta a los Gálatas, cap. 2:11-12
“Pero cuando Cefas vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.
 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.”
Aquí se refleja lo que habíamos visto. Cefas cuando se encontraba fuera de Jerusalem estaba  lejos de los fariseos defensores de las ideas de Shamai, quienes aun cuando habían reconocido a Yeshúa, seguían atados a esas ideas de las cuales todavía no se habían despojado. Y estando lejos de la influencia de estos hombres se comportaba compartiendo con los gentiles.
Más cuando estuvieron en Antioquía Cefas actuó buscando agradar a estos hombres cambiando su actitud.
Cuando se habla de “los de la circuncisión” a qué mente afiebrada se le puede ocurrir que se está refiriendo a cualquier judío. No, por favor, Pablo no podía referirse a los de la circuncisión como a aquellos que circuncisos son parte del Pacto de Abraham. No podía referirse a ellos así porque Pablo también era circunciso, porque Cefas también era circunciso.
Cuando Pablo escribe “los de la circuncisión” se refiere a aquellos que propugnaban para el gentil convertido la práctica de la circuncisión irreversible de la cual ya hablé. Claramente se está refiriendo a judíos fariseos que creían que para que el gentil pudiese ser aceptado debía ser circuncidado de inmediato y de la forma llamada irreversible. ¿Recuerdan que ya expuse este tema? Bueno, entonces por ello comprenderán por qué Pablo escribió esto:
Gálatas 2:3 al 5 “ Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;  y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Yeshúa, para reducirnos a esclavitud,  a los cuales ni por un momento accedimos a someternos,…”
¿Recuerdan lo que escribí acerca de que la escuela de Shamai dictaba que el converso debía circuncidarse de inmediato? ¿Acaso no cobran más sentido ahora las Escrituras?
Avanzando en la cuestión ¿qué ocurrió en la congregación de galacia? Que luego de que Pablo hiciera la tarea de predicar las buenas nuevas llegaron falsos hermanos con la consigna de que era preciso que los gentiles cumpliesen todos los requisitos que la escuela de Shamai indicaba. Torá oral incluida. Y Pablo qué nos dice:
Gálatas 1:6 al 10 “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Yeshúa, para seguir un evangelio diferente.  No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Yeshúa.  Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de YHWH? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Yeshúa.”
¿A qué se refiere con otro evangelio diferente? A que ahora los gálatas hayan creído que necesitaban seguir todas las reglas de la tora oral para salvarse.
¿Le preocupa a Pablo quedar bien con los seguidores de Shamai aun cuando estos estén dentro de la propia congregación de creyentes en Yeshúa? Creo que el versículo 10 da la respuesta más clara.
Nuevamente en los versículos 11 al 24 nos dice que las buenas nuevas él no las aprendió de nadie, por lo mismo que nos está diciendo que no le debe pleitesía a ningún miembro de fariseísmo ni ha tenido que seguir las enseñanzas de la escuela de Shamai, aun cuando muchos hermanos creyeran que era el camino que los conversos debían transitar.
Estas cuestiones son reafirmadas por Pablo en el cap. 3:2
“Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?”
Recordemos un poco lo escrito más atrás, claramente el versículo trascripto debería entenderse de esta forma:
“Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por seguir “las halajot de los fariseos”, o por el oír con fe?
Nuevamente en el versículo 5 les pregunta “Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por  “hacer conforme a las enseñanzas de los fariseos de la escuela de Shamai”, o por el oír con fe?
Esta cuestión se encuentra ampliamente reflejada con la belleza de una alegoría. Si nos dirigimos a Gálatas 4:22 al 31 veremos a qué me refiero.
Por un lado tenemos la Jerusalem llena de abominaciones y creencias de hombres. Con el legalismo de doctrinas creadas por los hombres para su propio apetito. ¿Cuál es la esclavitud en la cual se encuentra la Jerusalem terrena? ¿Puede ser la Torah revelada por YHWH a Moisés? Por supuesto que no, por cuanto se nos dice que Abraham conoció los mandamientos y los observó.
Entonces ¿Cuál es la esclavitud? Luego de todo lo que hemos visto es evidente que la esclavitud a la cual nos impone la torá oral con sus miles de preceptos sobre preceptos. Mandamientos de hombres que atan a la persona y que le impiden observar la verdadera Instrucción de YHWH.
¿Por qué esto es difícil de entender en el cristianismo? Por ignorancia, porque no conocen lo que la tora oral, la tradición de los ancianos significa y el alcance que tiene. Piense por un instante en tener que vivir con cientos de reglas en el día que prescriben desde cómo debo atarme los zapatos hasta cómo debo mover una escalera. Asimismo la Jerusalem terrenal llena está de misticismo babilónico, adivinación, cabalá, gematria, adivinación por números, hasta creen en la reencarnación.
Por otro lado tenemos a la Jerusalem celestial, madre de todos nosotros, la cual es libre. Podría seguir explicando punto por punto, pero creo que con estos elementos el nuevo creyente tiene los elementos necesarios para acercarse con libertad de conciencia y conocimiento a esa carta, tan especial de Pablo.
*RICARDO*
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