Sé que lo que voy a poner a disposición del lector es algo que nunca ha escuchado ni leído. Está bien que así sea, porque la revelación del Altísimo de los tiempos finales es diferente a lo que en otros tiempos pudo escucharse.
Seguramente en estos días usted ha visto comentarios acerca de la porción de las Escrituras llamada “Generaciones” (Toldot en hebreo transliterado). Y acerca de la venta de la primogenitura y el engaño de Rebeca y Jacov.
Todo ello es parte de la gran verdad subyacente detrás de los acontecimientos que en esta porción se relatan. Me refiero a la sucesión del Sumo Sacerdocio según el Orden de Melquisedec.
Ya he explicado en otro escrito la importancia de este orden sacerdotal previo y posterior al orden levítico. Previo por cuanto existió miles de años antes de que surgiera el sacerdocio levítico, el cual fue un remedio ante la caída de los primogénitos con el becerro de oro. Y posterior por cuanto Yeshúa lo reinaugura luego de que el Sumo sacerdote se invalidara a sí mismo al rasgar sus vestiduras.
El sacerdocio según el orden de Melquisedec tuvo siempre una característica, la cual es que se transmitía a la generación siguiente luego de la muerte del sumo sacerdote anterior.
¿Y por qué la escritura en el Salmo 114 y en la carta a los hebreos, cap. 7, dice “Tu eres Sacerdote para siempre según el Orden de Melquisedec? Porque Nuestro Señor Yeshúa es Eterno y venció a la muerte. Por lo cual será el Sumo Sacerdote Eterno sin pasar la posta a nadie.
Pero ahora abriremos un arcón guardado a los ojos de la mayoría de los creyentes de la Humanidad, ¿cuál fue la trasmisión de este orden luego del diluvio y después de Heber? O sea ¿A quién le transmitió Heber, descendiente de Noé, su carácter de “Melquisedec”?
La respuesta no es tan complicada ni secreta. Se encuentra en el capítulo 11 del Génesis y ha estado ahí desde hace miles de años para quien la desee.
Con la lectura y tomando el pequeño trabajo de trazar las líneas de años de vida de cada descendiente de Heber veremos algo trascendente. Que todos sus descendientes, a saber, Peleg, Reu, Serug, Nacor, Taré, Abraham; murieron antes de que Heber muriese. Por lo cual no hubo ninguna transmisión del Sacerdocio según el Orden de Melquisedec, hasta llegar a…Isaac.
La vida del hijo de Abraham, probado en el Monte Sión apenas pasado los 30 años, se prolongó años después de la muerte de Heber. Con lo cual el Orden de Melquisedec pasó a Isaac. Y obviamente después de muerto pasó a su primogénito, Jacov.
He aquí los serios y verdaderos motivos subyacentes en las luchas que surgen entre Jacov y Esaú. Lo que estaba en juego era el Sumo Sacerdocio de un orden anterior al levítico.
Pero esto no era una cuestión humana para disputar, sino que había sido establecido por el mismo Creador, quien rebeló a Isaac y rebeca lo siguiente, Génesis 25:23
“y le respondió YHWH: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.”
Estaba decidido en los cielos que Esaú debía servir a Jacov y cualquier intento humano por torcer las cosas debía corregirse.
El motivo profundo por el cual Rebeca coloca en un segundo lugar a Esaú, por más amor que como hijo le tuviese, está en que ella sabía lo que habría de acontecer. Y no como muchos piensan que se trataba solamente del malestar que las nueras le causaban por sus costumbres hititas. Esaú no “pierde” la bendición de Isaac por casarse con mujeres extrañas a nuestro Pueblo. Su lugar de servicio al hermano menor ya había sido dispuesto.
La cuestión de la venta de la primogenitura a cambio del guiso o potaje rojo, colocó a Jacov en el lugar correspondiente para suceder a su padre Isaac como “Sacerdote según el Orden de Melquisedec”. Y es el principio del cumplimiento de la profecía de Génesis 25.
El “engaño” de Génesis 27 colocará en su justo lugar las cosas ante el hecho de que un hombre quiso torcer la Voluntad de YHWH. Pero desarrollaré este punto en el estudio siguiente. Como nota previa aclararé que Heber sobrevive a Sem, muriendo recién casi 30 años después de la muerte de este último.
Ricardo.
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