Porción Jukat (Parte 1)
Números 19:1 al 22:1
Si bien es un tema del cual he escrito en otras ocasiones, deseo refrescar lo siguiente: los números de los versículos de la Biblia, los números de los capítulos y los títulos que estos tienen, no existen en los textos originales. Es más, en los textos escritos en griego, como los que hemos recibido del nuevo testamento ni siquiera existía separación entre las letras. Pues en el idioma griego las palabras se escribían con letras que llamaríamos mayúsculas y en forma continua, sin separación por lo que la tarea de traducción agrega una dificultad mayor al momento de componer sus oraciones.
La porción de esta semana abarca 3 capítulos completos y el principio del siguiente. Por supuesto que estos capítulos tienen títulos puestos por los editores. Por ejemplo la versión que emplea el catolicismo llamada Biblia de Jerusalén tiene los siguientes:
Cap. 19 Las cenizas de la vaca roja – 19:11 Casos de impureza – 19:17 El ritual de las aguas lustrales
Cap. 20 Las aguas de Meribá – 20:12 Castigo de Moisés y Aharón – 20:14 Edom no permite el paso – 20:22 Muerte de Aharón
Cap. 21 Toma de Jormá – 20:3 La serpiente de bronce – 21:10 Etapas hacia Transjordania – 21:21 Conquista de Transjordania
Otro ejemplo de títulos nos lo brinda la versión Reina-Valera, usada por el protestantismo, en su versión de 1960, por lo general tiene los siguientes:
Cap. 19 La purificación de los inmundos
Cap. 20 Agua de la Roca 20:14 Edom rehúsa dar paso a Israel – 20:22 Aharón muere en el Monte Hor.
Cap. 21 El rey de Arad ataca a Israel – 21:4 La serpiente de bronce – 21:10 Los israelitas rodean la tierra de Moab – 21:21 Israel derrota a Sehón – 21:31 Israel derrota a Og de Basán
Básicamente las dos versiones bíblicas hacen hincapié en temas similares, aunque es notoria la diferencia en el capítulo 19 donde la versión católica ha dado énfasis en dividir el texto en tres partes.
Si bien es respetable la labor de aquellos que pusieron estos títulos pues han buscado quizás con ello orientar al lector, deseo proponer otra visión, despojado de interpretaciones previas. De esta forma le pido que lea los versículos correspondientes a la porción y busque en su entendimiento que títulos les pondría.
Tenemos en el castellano un idioma bellísimo que YHWH nos ha dado para poder comunicarnos. Veamos la definición de lo que es un título: “Palabra o frase con que se da a conocer el nombre o asunto de una obra o de cada una de las partes o divisiones de un escrito.”
Pues bien, si un título es una frase que da a conocer el asunto, entonces para poder aprender cada día más de las Escrituras, algo que podemos hacer es crear nuestros títulos. La indicación es la siguiente: tome una hoja de papel junto con su biblia y un lápiz. Lea los versículos correspondientes a la porción semanal, una primera lectura para entrar el tema. Luego una segunda lectura donde, ya con el conocimiento previo de la lectura, pueda determinar límites entre versículos a los asuntos tratados. A medida que encuentra el principio y fin de un asunto, anote en la hoja de papel la frase que indica el asunto que Ud. ha visto que se trató. Esta es una buena metodología de estudio personal.
Habrá visto que escribí que use una hoja de papel, esto es pues trato de desterrar una costumbre arraigada: escribir sobre los textos bíblicos. En primer lugar considero que hacer anotaciones sobre las Escrituras es un tratamiento irrespetuoso de las mismas. Es más en el original hebreo si una marca se imprimía en un rollo de la Toráh, esta quedaba invalidada para su uso, pues se habría agregado algo al texto que este no contenía. En segundo lugar porque lo que hoy puede resultar de interés para mí, mañana puede no serlo, pero mi Biblia ha quedado escrita. Pensemos por un instante en algunas cosas que se escuchaban en los púlpitos, las cuales nos parecían la gran verdad revelada y hoy no las compartimos. ¿Qué ocurría si escribíamos sobre los textos bíblicos esas “grandes verdades” y ahora vemos sus errores? Nuestras Biblias quedaron manchadas. Y en tercer lugar porque esta práctica de escribir sobre los textos bíblicos ha conducido a groseros errores doctrinarios. Uno de ellos es lo que en teología se llama la comma johanneum o coma joánica. Este consiste en una anotación puesta por quien sabe qué traductor en el margen del texto del que disponía de la 1ra Carta de Juan cap. 5:7-8 y que luego pasó a incorporarse al texto oficial. En estos tiempos sabido es que es un agregado por lo cual la mayoría de las Biblias tienen una aclaración debajo del texto o bien directamente omiten el agregado.
Prosiguiendo con la cuestión deseo ahora dar una serie de títulos alternativos a los capítulos de la porción semanal. Se verá que son más, pero creo que dan una apreciación más correcta del sentido del texto:
19: 1 al 10 Ritual de la Vaca Roja
19: 11 al 13 Impureza sobreviniente por tocar un muerto
19: 14 al 22 Impurezas relacionadas con la muerte de una persona
20: 1 al 13 Muerte de Miryam
20: 14 al 22 Negativa de dar paso de Edom
20: 22 al 29 Muerte de Aharón
21: 1 al 9 Murmuración del Pueblo y Serpiente de bronce
21: 10 al 20 Estaciones
21: 21 al 22 Derrota de los amorreos.
Así como los títulos puestos en las versiones nombradas responden a una forma de ver la Biblia. También nuestros títulos responden a una forma de entender las verdades y las revelaciones de YHWH, a entender otras cuestiones como esenciales dentro de lo que la Toráh desea enseñarnos. Bajo esta perspectiva es que brindaré las reflexiones a la Parashá Jukat y verá el lector cuán distinto se presenta el texto bíblico cuando se aprecia con otros lentes. Cuando el entendimiento no está sujeto a las convenciones establecidas por visiones del pasado, despojándonos de esa forma de la vieja levadura que embota nuestros sentidos espirituales.
Parte 2 #
Vimos en la primera reflexión a esta porción que a los primeros versículos les dábamos el siguiente título: 19: 1 al 10 Ritual de la Vaca Roja.
De la lectura de los versículos bajo este título surge toda la actividad indicada por YHWH para llevar a cabo este sacrificio y disponer de lo obtenido del mismo.
Escribí antes que la forma en que leamos la Biblia, los títulos que le pongamos, lo que de ellos se desprende, nos muestra una forma de entenderla. Y en consecuencia una doctrina determinada. O sea cómo tratamos la Biblia depende de lo que pensamos acerca de YHWH.
Una nueva visión podemos dar desde el principio. Veamos el cap. 19: 2
“Esta es la ordenanza de la ley que YHWH ha prescrito,…”
Quizás estas palabras no alcanzan a describir el contenido del versículo, a dar la magnitud de las palabras del original. Una traducción transliterando las palabras del original hebreo diría: “Esta es la Juká de la Toráh”
He escrito en otras ocasiones que un juk es un tipo de mandamiento que no tiene explicación racional. Es así, simplemente porque YHWH lo ha mandado que sea. Y lo que el versículo en cuestión está diciendo es que este mandamiento sin explicación racional (este juk) es el más importante de la Toráh. “Este es…”
O sea que luego de esta introducción todo lo que se ha escrito acerca de la vaca roja nos explica el mandamiento más importante a cumplir de aquellos que no tienen una explicación que podamos pasar por nuestra mente. ¿Por qué se eligió una vaca roja? ¿Por qué se la quema? ¿Por qué esto o lo otro? Todo ello no requiere explicación y cualquier interpretación por demás estaría agregando a las Escrituras, lo cual sería una transgresión.
Pero esto no indica que no deba estudiarse y buscarse comprensión espiritual del mandamiento. Estudiarse viendo sus elementos, lo que debía hacerse. Y en cuanto a la comprensión espiritual, siendo que toda la Toráh nos habla del Mesías debemos entender al sacrificio de la vaca roja también como una sombra profética del sacrificio del Mesías en la cruz y su obra purificadora. Pues a partir de ello aprenderemos muchas cuestiones relacionadas con lo vivido por el Mesías en los momentos previos y en la misma muerte.
Veamos para comenzar las características que este animal debía tener:
En primer lugar el animal escogido era una vaca, no una oveja ni una cabra, sino específicamente aquel. Debemos entender que el Mesías ha cumplido su función expiatoria como cordero, lo cual ya conocemos como símbolo tan sólo con recordar las palabras de Juan el Bautista (“…cordero de YHWH que quita el pecado del mundo…”), pero el por qué se escogió una vaca, en lugar de otro animal, es parte del aspecto del mandamiento sin explicación.
También podemos ver que se requiere que esta vaca sea roja (אֲדֻמָּ֜ה adumah), la cual debe ser perfecta o completa. Esto significa que no podía tener carencias, ni de piezas dentarias, ni de algún miembro, ni de una oreja, ni de cualquier parte que un animal completo debe tener. Además por otro lado se exige que la misma sea sin falta. Esto último nos conduce a que sus pezuñas debían ser simétricas, sus orejas en correcta proporción, sus dientes, etcétera. Debía ser totalmente roja, no podía tener un solo pelo negro. Y lo que es también importante nunca debió soportar yugo sobre sí. Para observar esto el sacerdote hacía un profundo estudio sobre los pelos de su lomo cuidando que no tenga ningún pelo doblado, lo cual la invalidaría para el sacrificio.
Cuando continuamos con la lectura de los versículos de nuestro primer título vemos que la misma era sacada del campamento para su sacrificio y la haría degollar, efectuando un rociamiento hacia la parte delantera del Tabernáculo.
Veremos entonces cómo esta porción se encuentra relacionada con Yeshúa y cómo muchos pasajes que hemos leído del nuevo testamento, ahora podrán ser entendidos como nunca antes. Repasemos el versículo:
19: 2-3 “Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca roja, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia.”
Para poder entender la relación de este versículo con el Mesías debemos remontarnos a la geografía de Jerusalén del primer siglo. Pues si bien los versículos citados de Números se refieren a la ubicación temporal del Pueblo de Israel en el desierto. Esto luego también se realizó en el Templo del monte santo.
En tiempos del Segundo Templo tenemos dos ubicaciones importantes. El Templo en el Monte Santo y frente a este, el Monte de los Olivos. Como la Toráh prescribe que el sacrificio de la vaca roja debía realizarse fuera del campamento, en tiempos en que el Templo estuvo erigido, esto se realizó haciendo el sacrificio fuera de las murallas de Jerusalén. Sabemos que la ciudad santa tenía varias puertas. Mirando hacia el Monte de los Olivos se encuentra la puerta llamada La Dorada, la cual tiene en su frente un cementerio.
El lugar donde está este cementerio es el llamado Valle de Cedrón y como he explicado antes, frente a este valle está el Monte de los Olivos. Es en este último lugar donde, o sea fuera del campamento, se sacrificaba la vaca roja. Pero como los sacerdotes debían llevar los sacrificios al Templo, debían atravesar el cementerio con lo cual quedarían en estado de impureza. Un puente comunicaba ambos lugares por sobre el cementerio.
Ahora estamos en condiciones de entender un hecho más que extraordinario. Es que si trazamos una línea recta desde el Monte de los Olivos, atravesamos la Puerta Dorada y se sigue extendiendo imaginariamente a través del Templo, pasando por el altar de bronce en el atrio, luego el altar de oro en el Lugar Santo, luego por el Lugar Santísimo donde se ubicaría el arca de la Alianza, la línea continuaría hasta el Monte Gólgota . Con lo cual la conexión con Yeshúa es notoria.
Aquí deseamos efectuar una observación. Tradicionalmente se ha aceptado que Yeshúa fue sacrificado en el Lugar de la Calavera el cual puede ser visitado cuando se viaja a Jerusalén. Pero de este lugar en especial nada nos dicen las escrituras. No hay certeza del lugar donde fue sacrificado. La línea trazada hasta Gólgota tiene sentido para que pueda verse su relación. Sin embargo, vemos que ese lugar queda a espaldas de donde estaba la ubicación del Templo. ¿Por qué esto es importante? Por algo fundamental: los sacrificios jamás debían realizarse a espaldas de YHWH, sino de frente a Él. Por lo cual creo que el lugar identificado por el catolicismo en muchos de sus escritos y actuales peregrinaciones es por lo menos dudoso. Una opinión más aceptable indica que el lugar de la crucifixión debió estar en el Monte de los Olivos, lo cual sí genera una línea recta hacia la presencia misma de YHWH, pasando por los altares y llegando al Lugar Santísimo. Entiéndase bien, Mateo 27:33 nos dice que fue llevado al lugar de la calavera (de ahí proviene la palabra Gólgota que tiene origen en el arameo), pero no dice dónde estaba ubicado. Asimismo el lugar que en la actualidad por turismo religioso se visita ha sido creado por trabajos del hombre en los últimos 300 años.
Volviendo a las prescripciones de la Instrucción acerca de lo que el sacerdote debía hacer con el sacrificio de la Vaca Roja, veamos qué nos dice Números, 19:4-5
“Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar.”
O sea este sacrificio no es uno que el sacerdote pudiese comer, sino que debía extinguirse por completo en el fuego. A partir de ello podremos entender ahora a qué se refería el autor de la Carta a los Hebreos cuando escribió.
Hebreos 13: 10 al 12 “Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Yeshúa, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.”
En este pasaje el autor de Hebreos nos habla de los sacrificios ofrecidos en ese altar en el Monte de los Olivos y lo conecta directamente al sacrificio del Mesías. Yeshúa cumplió con los requisitos del sacrificio de la Vaca Roja. Pues a través de Él encontramos purificación de nuestras impurezas. Por cuanto dice Números 19:9 que las cenizas de la vaca roja junto con la madera de cedro, hisopo y escarlata serán para:
“las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación.”
Establecidas estas conexiones estamos en condiciones de entender mejor la relación existente entre las prescripciones de la Vaca Roja y Nuestro Mesías Yeshúa.
Transcribamos completa la disposición de la Vaca Roja para guiarnos, Números 19: 2 al 6
“traigan una vaca roja, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia.
Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar. Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca.”
Desgranemos estos versículos a la Luz del nuevo testamento.
Números 19:2 ““traigan una vaca roja, perfecta,…”
Mateo 27: 27-28 “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata,…”
Números 19:2 “…en la cual no haya falta…”
Lucas 23:4 “Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre.” (Ninguna falta)
En cuanto a la siguiente referencia es importante que el creyente recuerde que un requisito fundamental que debía cumplir la vaca roja era el de no haber llevado jamás sobre su lomo un yugo. Para ello era necesario que la vaca roja fuese mantenida y cuidada desde pequeña. Ya se indicó que una de las inspecciones que los sacerdotes hacían era observar cualquier vestigio o rastro que indicase que hubiese sido puesta bajo yugo, por ejemplo viendo que ninguno de sus pelos estuviese doblado por el peso. Muchas veces leemos un texto del nuevo testamento, el cual casi se nos pasa desapercibido. Y es tan maravilloso que emociona leerlo cuando se comprende porque está puesto allí. ¡Oh, grandioso Espíritu Santo que iluminas nuestros tiempos para que comprendamos tus Escrituras! Veamos ahora estos dos textos:
Números 19:2 “…sobre la cual no se haya puesto yugo…”
Lucas 23:26 “Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Yeshúa.”
Como hemos visto, la sombra profética de la vaca roja se ha cumplido en el Mesías Yeshúa.
Parte 3 #
Según hemos visto dábamos a los versículos del capítulo 19 (11 al 13) el título de “Impureza sobreviniente por tocar un muerto”.
Es importante aquí buscar entender los textos. Y como siempre recomendamos, para poder entenderlos, luego de leerlos concienzudamente conviene repensemos lo leído y veamos qué elementos nos llaman la atención en los mismos.
Al comenzar esta porción se nos enseña acerca del ritual de la vaca roja. Lo que correspondería entonces es que nos preguntemos ¿Cuál es el motivo de que se nos enseñe eso? ¿Por qué aprendemos acerca de la vaca roja?
En primer lugar debemos ver qué se hacía con las cenizas de este animal. Para los tiempos del Templo estas se dividían en 3 partes. Una se llevaba al Monte de los Olivos para consagrar al Sumo Sacerdote. Otra se llevaba al Jel, el área alrededor del atrio. Y una tercera parte se daba a los 24 grupos en que se dividía el sacerdocio. Las cenizas eran mezcladas con aguas vivas y estas eran las llamadas aguas de la purificación.
Es muy interesante conocer esto porque nos permite entender por ejemplo donde se estaban llevando a cabo las Bodas de Caná, obviamente en la casa de un sacerdote. Según vemos en el evangelio llamado de Juan, 2:1
“Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.”
Aquí presentamos una foto real del tipo de depósito de piedra empleado en las aguas de la purificación, como el que el Mashíaj usó para el milagro referido.
Estos depósitos debían ser de piedra y no de metal, madera o cuero para evitar cualquier tipo de impurificación. Debían asimismo ser de piedra trabajada sólo para ese fin, o sea un tallado nuevo sobre la piedra, no podía haberse usado para otra cosa.
Dos cosas queremos destacar del texto de Juan. La primera que desgraciadamente podemos ver que en la trascripción del hebreo al griego y de allí a los idiomas actuales se ha metido una mano siniestra. Pues de ningún modo un escritor judío seguidor de Yeshúa habría escrito “…conforme al rito de purificación de los judíos…” dando a entender que eso era algo extraño a él.
Lo otro que queremos destacar es algo muy bello y es que esto nos explica un pasaje simbólico del evangelio, veamos Juan 19:41
“Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.”
Así como las cenizas de la vaca roja se colocaban con agua en un recipiente nuevo de piedra. El cuerpo del Mesías debía ser colocado en una tumba nueva excavada en la piedra.
Nos preguntábamos para qué se usaba esta agua de la purificación. Está claro que sólo puede purificarse lo que está impuro. Los versículos que estamos analizando nos indican que la primera impureza que atienden es de quien toca el cadáver de una persona.
Bien, habíamos recomendado observar qué elementos nos llamarían la atención.
Uno de los aspectos interesantes es la aparición de números, el 3 y el 7.
Quien toca un cadáver será inmundo 7 días.
Pero para librarse de la impureza al 3er día se purificará y al 7mo será limpio.
En 2da de Pedro 3:8 hemos aprendido que simbólicamente los días en ocasiones representan miles de años.
¿Nos estarán indicando algo estos números de días?
Pues bien recordemos la llamada profecía de los 6000 años. Donde durante los primeros 2000 años el mundo estaría sin Toráh ni Mesías, durante los siguientes 2000 el mundo tendría Toráh sin Mesías. Luego 2000 más con Toráh y Mesías. Finalmente al final de los 6000 años vendría el llamado milenio donde el Mesías gobernaría el mundo durante 1000 años. Y luego la redención final donde nunca más en el mundo habría pecado ni pecadores.
Si a ello lo trasladásemos a días entenderíamos que hubo 2 días sin Toráh ni Mesías.
2 días con Toráh pero sin que llegara el Mesías, los cuales comienzan cuando el Pueblo sale de Egipto y recibe la Toráh.
2 días en los cuales tenemos la Toráh y ha venido el Mesías dándonos acceso a través de su sacrifico al reencuentro con nuestras raíces.
Y al 6 día le sigue el 7 día de Reposo, que es cuando el Mesías dará reposo a toda la humanidad y luego de este el comienzo nuevo de todas las cosas.
Ahora corresponde que pensemos esto en función de los años de la Humanidad. Si observamos los tiempos al comienzo del tercer día aquello se produce la salida del Pueblo de Israel de Egipto y se da la recepción de la Toráh. Con lo cual se recibe la herramienta de purificación, comienza la purificación del tercer día. Al final del día 6 de la humanidad volverá el Mesías para purificar no sólo a los que hayan tocado un muerto sino a los muertos mismos en la Resurrección. Pero es importante entender que al tercer día se recibió la Toráh y ver qué se nos indica en los versículos de esta Parashá:
19:12 “…y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día.”
Quien no recibe la Toráh, con sus enseñanzas y mandamientos no será purificado. Por ello es que el libro de Apocalipsis nos indica, 14:12
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de YHWH y la fe de Yeshúa.”
Los que guardan los mandamientos de YHWH: o sea lo que toman para sí la purificación del tercer día.
Y la Fe de Yeshúa: o sea los que toman el sacrificio del Mesías simbolizando la vaca roja.
Es más que notorio que en los versículos referidos a las Bodas de Caná se diga en el versículo 1 que “Al tercer día se…” y en el versículo 2:6 se diga “…estaban allí seis tinajas…”. Lo cual refrenda las cifras que hemos mostrado como una sombra profética de lo que acontecerá en el mundo.
Misterios estos ocultos a los ojos de tantos miles de lectores de la Biblia que no han tenido la guía de la Rúaj HaKodesh y que en el final de los tiempos se nos revelan con pasión y libertad.
Sé que estos son temas difíciles de discernir, pero son necesarios, así que recomiendo releerlos a la Luz de la guía de Rúaj HaKodesh buscando su entendimiento.
Parte 4 #
Siguiendo con la línea que hemos mostrado desde la primera reflexión de la porción Jukat, vemos cómo escribíamos que titulan las versiones tradicionales al capítulo 20:Versión Reina-Valera: Agua de la Roca – Versión Biblia de Jerusalén: Las aguas de Meribá
En ambas se hace hincapié al episodio de las aguas de la rencilla. Sin embargo se ha visto que nos apartamos de esa forma y hemos dado al capítulo el siguiente título: Muerte de Miryam.
¿Cómo es esto? ¿Por qué la gran diferencia?
Porque precisamente lo que ocurre con las aguas de la rencilla se encuentra íntimamente ligado a un episodio que parece dejarse de lado.
Veamos lo que las Escrituras nos dicen. Números 20:1
“Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.”
Aquí se nos indica el último episodio de la vida de una gran mujer. Muchos tienen siempre presente a la hermana de Moisés por el episodio en el cual ella habló mal de su hermano y recibió tzaarat (lepra por murmuración); obviando su largo peregrinar junto al conductor de Israel.
No trazaremos aquí la biografía de Miryam, pero sí destacaremos que su vida fue algo más que ver a su hermanito en una canasta para que sea recogido por Batya, la primogénita de Faraón.
Leamos ahora con detenimiento los versículos siguientes al que nos indica la muerte de Miryam. Hasta el versículo 6 no se nos hace muy diferente de otros episodios de los muchos en los cuales los israelitas se quejaban y murmuraban. Y como escribimos en otro lugar, según se aprecia en el versículo 2, los israelitas murmuraron contra su conductor Moisés y su Sumo Sacerdote Aharón. La actitud de estos fue la que siempre han demostrado, se postraron ante YHWH, quien les habló, lo cual vemos en el versículo 7.
El versículo 8 constituye la indicación dada por el Creador tal cual lo había hecho en otras ocasiones, diciendo a Moisés qué hacer.
Los versículos 9 y el principio del 10 conducen al supuesto cumplimiento de la orden.
Sin embargo la segunda parte del versículo 10 nos muestra un importante cambio pues Moisés comienza diciendo:
“¡Oíd ahora, rebeldes!”
¿Qué notamos aquí? ¿Qué nos muestran las palabras de Moisés?
Enojo contra su Pueblo, fastidio por una nueva situación de disconformidad, palabras fuertes del conductor.
¿Pero es que acaso esas palabras representan lo que había dicho YHWH?
No, en ninguna manera, sólo representan el sentir de Moisés. Pues si leemos los versículos que nos indican lo que el Creador habló con él en ninguna parte se ve enojo ni fastidio por parte de YHWH. Las palabras de Moisés no representan cabalmente el sentir de YHWH.
Podemos entender entonces qué fue lo que faltó que ahora hace o permite que Moisés tenga esa actitud con el Pueblo. Por supuesto, faltó la dulzura, la facultad de componer, la gracia de poner paños fríos a la situación; la cual provenía de aquella gran mujer que acompañó a su hermano en las distintas vicisitudes que les tocó sortear. Faltó Miryam.
Imaginemos las distintas situaciones en las cuales antes se vio Moisés y sus reacciones respectivas. No aparece escrito pero se nos deja entrever que siempre estuvo a su lado esa persona que lograba apaciguar los ánimos y recomponer las situaciones. Es por ello que dentro del contexto de la muerte de Miryam aparece la falta de agua en el desierto de Zin.
Ahora vemos que los israelitas se “juntan” como una turba reclamando a Moisés por la falta de agua, en lugar de ordenados acercarse a él para acompañarlo en el dolor que se encuentra sufriendo por su hermana fallecida. El líder sin tener la calma que frente a la adversidad le aportaba ella, sólo puede responder a la situación con el enojo tan humano pero a la vez tan diferente de lo que YHWH expresó.
A esta primera mala reacción Moisés le agrega la siguiente sentencia: “¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?…”
Pero cómo ¿Desde cuándo son los seres humanos quienes hacen los milagros? ¿Quién ha ubicado a Moisés como el que genera el agua de la Roca? Acaso no es el ser humano un canal a través del cual opera la divinidad, pero sólo un medio.
Y para redondear los desaciertos habiendo recibido la orden “…hablad a la peña a vista de ellos…” lo que hizo en su lugar fue que “…golpeó la peña con su vara dos veces…”
Si bien los errores anteriores podían quedar en la anécdota de un mal comportamiento de Moisés, siendo la Roca sombra profética del Mesías sólo una vez debía ser golpeado, lo cual vimos en el acto profético de Moisés en Refidim (Éxodo capítulo 17).
En sermones, comentarios, bosquejos, siempre leemos que lo que llevó a que Moisés no ingresara en la Tierra Prometida fue que golpeara la Roca en lugar de hablarle y es allí cuando cualquiera se pregunta ¿Tan sólo por ello?
De la lectura de los versículos del capítulo 20, bajo la perspectiva de entender el importante lugar de Miryam, podemos ver que lo que ocurrió fue más completo y complejo. Pues como escribimos más arriba en las palabras de YHWH no se denota enojo ni fastidio contra el Pueblo de Israel pero Su representante sí presenta estas sensaciones y sentimientos. Los israelitas habrán sentido “YHWH se ha disgustado con nosotros”, lo cual no era cierto.
El lugar de los líderes tiene cierto deber, este se manifiesta en reflejar cabalmente lo que quien está en una posición más elevada desea. No los deseos propios pasados por el tamiz de nuestros pensamientos y necesidades. Moisés debía ser un canal de transmisión de la Voluntad de YHWH. Un vocero. Un vaso en el cual servir el agua divina de la Palabra. En la situación de las aguas de la rencilla no transmitió al pueblo lo que recibió sino su propia carnalidad.
Sepamos ser canales de la bendición de YHWH para con Su Pueblo.
*RICARDO*
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