Una respuesta y un método
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;…” 2da de Corintios 12:7
El análisis de un pasaje puede encararse de distintas maneras. Ya hemos escrito acerca de los niveles de interpretación clásicos del judaísmo, los cuales se ven en la palabra PaRDeS y podríamos pensar en emplearlos en este versículo. Existen desde el judaísmo quienes opinan que estos niveles de interpretación sólo son aplicables cuando se trata de analizar el rollo de la Toráh o tal cual lo tenemos en occidente los cinco libros del Pentateuco. Diferimos en esto, pues entendemos que la Toráh Viva, quien es Yeshúa, se ha expresado en los evangelios, y con tranquilidad podrían analizarse esos textos bajo aquella metodología. Pero dejaremos el método en la aplicación particular al versículo en cuestión por considerar necesario ver otras alternativas en el caso de una carta.
En un primer momento sólo atenderemos al aspecto literal, lo cual no es patrimonio de ningún método en particular.
Lo primero que necesitamos es entender qué es lo que tenemos en las manos y cuál es su lugar entre las Escrituras.
El lector que recién se inicia debe entender algo, no todo lo que está en su Biblia tiene el mismo valor o el mismo nivel espiritual. Sé que esta es una verdad difícil de digerir pero debe asumirlo en algún momento. Debe entender por ejemplo que el libro llamado Números no está al mismo nivel que la carta a Filemón. Números es uno de los cinco libros de la Instrucción, uno de los pilares de la Fe, uno de los basamentos indiscutidos, uno de los cimientos de todo lo que creemos. En cambio Filemón es una carta personal de Pablo hablando del antiguo esclavo Onésimo. ¿Estoy escribiendo que debe desecharse? Claro que no, lo que estoy escribiendo es que debe tomarse en su justa medida, teniendo en claro lo que es. ¿Y qué es? Es una carta personal escrita por un hombre inspirado por Ruaj HaKodesh, de quién debemos pensar que en todo lo que hacía estaba la huella de la mente de YHWH. Por lo cual también aprendemos de esta misiva. Pero la carta a Filemón no constituye un cuerpo de doctrina sin el cual sería imposible vivir una vida acorde a lo que Yeshúa desea.
Debe asumirse lo siguiente, el nuevo testamento tal cual es conocido por nosotros, con sus 27 libros, no fue conocido ni leído por miles de creyentes, los cuales no obstante alcanzaron la salvación y fueron reunidos a la Congregación de Israel. Por ejemplo, nuestro amado apóstol Pedro murió en el año 67 dc. Y el apocalipsis fue escrito en el año 90 dc. Es una obviedad entender que ni Pedro ni Marcos, ni Pablo ni muchos de sus discípulos tuvieron tan siquiera noticia del libro de Revelaciones o Apocalipsis. Es más, este texto recién fue aceptado en el año 382 dc en las congregaciones cristianas de occidente. Hoy en día a ningún miembro de las iglesias evangélicas se les ocurriría pensar en quitar el libro Apocalipsis de sus Biblias, sin embargo Martín Lutero decía de este lo siguiente “Para mí, creo que se aproxima al Cuarto Libro de Esdras; No puedo detectar de ninguna manera que el Espíritu Santo lo produjo.”
Si hubiese sido por Lutero el libro de Revelaciones o Apocalipsis habría sido quitado de la Biblia, pero como la iglesia católica lo tenía en todas sus ediciones insertado y su peso era más que evidente, no se atrevió a sacarlo. Lo cual sí se hizo con otros.
Entonces, considerando que Pablo escribía bajo la inspiración de Ruaj HaKodesh debemos acercarnos a sus escritos colocándolos en su justa medida y pesándolos a la Luz de la Toráh.
Hecha esta larga aclaración debemos hacer una primera división de los escritos de Pablo. Debemos separarlos en dos clases, las cartas personales y las cartas dirigidas a congregaciones.
En las epístolas personales el tono es íntimo, están hechas a una persona en particular con todo lo que de personal ello implica. Por esto es que a veces el contenido de una carta personal pareciera contradecir el contenido de una carta general. Obsérvese por ejemplo los siguientes pasajes:
1ra de Corintios 7: 26-27 “26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. 7:27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.”54
1ra de Timoteo 4: 1 al 3 “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 4:3 prohibirán casarse,…”61
La carta a los corintios fue escrita alrededor del año 54 dc. Y la carta a Timoteo fue escrita alrededor del año 61, unos 7 años después. ¿Qué debemos pensar, que hay una contradicción en Pablo? ¿Primero aconseja no casarse y 7 años después advierte sobre personas que prohibirán casarse?
Claramente no, no hay una contradicción, es el mismo espíritu que está hablando en ambas cartas, pero en un caso se está dirigiendo a una congregación determinada en una ciudad infestada por el pecado y en la segunda carta transcripta está escribiendo a una persona en particular revelándole algo que Ruaj HaKodesh le ha mostrado. Y según creo le mostró la hipocresía futura del catolicismo romano que impuso como regla al servicio a YHWH la imposición de que los curas no se casen.
Entonces debemos entender que la carta a los corintios que estamos viendo, así como la primera, tiene el tenor de ser una carta para una congregación determinada. Por lo cual si bien contendrá elementos que nos pueden ser útiles, debemos tener presente que se refiere a temas particulares de ese lugar y ese momento.
¿Por qué esto es importante?
Porque si aislamos el versículo 7 del capítulo 12 y tratamos de entenderlo por sí solo, no solamente estaríamos cometiendo un error de interpretación sino que caeríamos en el ridículo de aislar las palabras de su contexto.
Imaginemos por un momento que tratamos de analizar la siguiente frase:
“Una fuerte tensión sentí sobre mi cabeza enviada para advertirme…”
Aislada de su contexto podría decirse que el predicador sintió en su interior un aviso espiritual como advertencia para saber cómo conducirse frente a las acechanzas del maligno.
Ahora veamos este contexto:
“Mientras manejaba el montacargas cumplí con la obligación de seguridad de colocarme el casco de protección. Al exceder el límite de velocidad pude comprobar su utilidad. Una fuerte tensión sentí sobre mi cabeza enviada para advertirme que la altura de la carga estaba sobre el límite.”
Como pueden leer una indicación meramente industrial se transforma en mensajes sobrenaturales si se la quita de contexto.
Por ello para entender el versículo 7 del capítulo 12 es necesario saber de qué está hablando toda la carta. Y no sólo ello sino que también es preciso conocer la situación de Corinto, el trabajo de Pablo y lo que el resto de los eventos relacionados con Pablo nos dicen.
En primer lugar debemos tener presente que esta carta se escribe alrededor de un año después de la primera:
2da de Corintios 9:2 “pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.”
Esto es fundamental para entender que el contenido de la primera carta ha tenido tiempo de desarrollarse, bien para que se siguiesen las instrucciones dadas por Pablo en la primera carta o bien para que la hubiesen desechado no siguiendo las directivas del Apóstol.
Tomando en cuenta las peculiaridades de la ciudad y región, Pablo da una serie de indicaciones sobre divisiones entre los hermanos, una persona que ha cometido incesto, la cuestión sobre comer lo dedicado a los ídolos, formas que deben observarse frente a los que no son parte del Cuerpo del Mesías, cuestiones sobre el matrimonio, las jóvenes solteras, sobre la resurrección de los muertos, etcétera.
Ahora bien, sabemos que en el cristianismo (y lo escribimos respetuosamente) se toman todas las palabras de las cartas apostólicas como el desarrollo más acabado de la doctrina de los seguidores de Yeshua. Pero debemos decir que no existe nada en las cartas que no exista en la propia Toráh, en la Instrucción que YHWH dio a su Pueblo.
¿Qué joven o niño formado en nuestras familias no sabe que un hijo no puede casarse con su madre, su madrastra, su hermana o su abuela?
Todo el capítulo 5 de la primera carta a los Corintios se resume en este mandamiento de Deuteronomio 22:30
“Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.”
Como se diría en una frase conocida: Pablo no descubrió la pólvora cuando escribió las palabras el capítulo 5. Pues cualquier israelita sabe bien que es un pecado el incesto. Sin embargo lo fundamental es que en la sociedad griega en la cual se inserta Corinto, el incesto no sólo era aceptado sino que además estaba avalado por siglos de mitología. Como ejemplo les diré que la diosa Gea (la tierra), madre de Urano (el cielo) tuvo relaciones con su hijo. Como si esto fuera poco uno de los hijos de esta relación incestuosa, Cronos, terminó teniendo relaciones con su hermana Rea, con la cual tuvo varios hijos. Luego uno de los hijos de estos dioses fue Zeus, quien también tuvo relaciones con su hermana Hera.
He comentado toda esta basura mitológica para el simple hecho de que se entienda que en esa sociedad la relación que es denunciada por los hermanos a Pablo era de lo más común entre los griegos e incluso avalada desde su religión.
La predicación del evangelio, haciendo que los gentiles ingresasen en el Pacto de Israel, lleva la profunda riqueza de la Toráh a esas vidas entregadas al pecado y la depravación.
Como escribimos más arriba, entre la primera y la segunda carta a los corintios ha transcurrido alrededor de un año. Con resultados muy prometedores sobre los cambios que la primera epístola ha producido.
¿Cómo conocemos que la primera carta tuvo tremendos efectos?
Pues precisamente por el contenido del capítulo 7 de la 2da carta, el cual recomiendo leer en integridad.
Pero uno de los puntos centrales ahora es la existencia de un pretendido apóstol, lo que a veces por centrarse las personas en analizar pasajes aislados terminan perdiendo de vista.
El capítulo 3 nos dice que Pablo no ha necesitado (como ninguno de los apóstoles) de cartas de recomendación para ministrar el evangelio a los de Corinto, sino que la propia conversión de estos es la prueba de su ministerio. Pues los que han aceptado a Yeshúa a través de la ministración de Pablo han dejado de estar bajo las maldiciones de la Toráh, esas maldiciones que matan al pecador, pues para el hombre no hay salida por sí mismo; y han pasado a estar bajo la bendición de la Salvación que Yeshúa les ha dado pudiendo seguir las instrucciones, mandamientos y disposiciones de YHWH sin quedar bajo maldición. Los pecadores de Corinto que antes no tenían escapatoria, ahora tienen en el Mesías de Israel a quien carga sobre sus espaldas los pecados de ellos.
Por cierto me parece interesante exponer que en el versículo 14 de este capítulo, Pablo hace una referencia al uso por parte de los judíos del talit (velo) al leer la Toráh, quienes se tapan la cabeza con este. Lo cual no debiera sorprendernos en personas que tienen un velo puesto sobre su entendimiento para no ver ni reconocer al Mesías Yeshúa. Pero que no terminamos de entender por qué es esto una costumbre imitada por los llamados judíos mesiánicos, lo cual sólo puede entenderse porque tratan de parecer judíos sin serlo o imitar todo lo que tiene olor judío sin percatarse de que el propio Pablo repelía esta costumbre.
Este capítulo 3 está relacionado con lo que estamos exponiendo porque da la primera pauta de la cuestión: el Apóstol Pablo no necesitó cartas de recomendación para predicar a Yeshua como las que necesitó para perseguir a los hermanos según nos relata el libro de los hechos.
El capítulo 4 de esta carta continúa con la idea de mostrar la labor evangélica de Pablo y su pureza. De hecho me gustaría mostrar al lector una posible corrección a la traducción de 2da de Corintios 4:1, donde se lee:
“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.”
Lo que ocurre es que posiblemente el escrito en griego original no haya dicho ουκ εκκακουμεν (lo cual significa “nos desmayamos”) sino ουκ εγκακουμεν (lo cual significa “no actuamos malvadamente”). Si bien seguimos siempre al Textus Receptus, no podemos obviar esta diferencia que en otras traducciones griegas puede verse. Si pensamos un poco el versículo así leído se relacionaría con los textos anteriores y posteriores, veamos:
“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no actuamos malvadamente. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de YHWH, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de YHWH.”
Cuando el Mesías regrese nos dirá cuál de los dos textos era el correcto.
Pero lo que no tiene discusión es el hecho de que en el capítulo 4 el Apóstol está mostrando la claridad y pureza de su ministerio a diferencia de lo que otros hacían. Trabajando en forma oculta y deshonesta, avalando incluso la actividad de ese incestuoso nombrado en la primera carta. Pues en la primera carta se ve que hubo personas que enseñaron que la fornicación no era pecado, tal cual analizó el Dr. Daniel Whitby en el S.XVII y que asimismo recoge el Dr. Adam Clarke en sus comentarios a las cartas a los corintios de 1831.
Ahora bien ¿Por qué son importantes todas estas observaciones que hemos efectuado acerca de los capítulos 3 y 4 de la segunda carta y lo que hemos analizado con respecto a la primera carta?
Porque el capítulo 12 de la segunda carta a los corintios no nos presenta hechos aislados sacados de la galera por el Apóstol Pablo, como si relatase historias sin sentido ni relación.
Y precisamente el versículo de 2da de Corintios 12:7
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;…”
No surge de la nada, sino por el contrario, es parte de una argumentación que se inicia en la labor de Pablo con los de Corinto y cómo este trabajo fue reprobado y reprochado por un falso apóstol.
Pero antes de ir al análisis de este versículo debemos ahondar un poco más en la cuestión. Para ello viajamos hasta el capítulo 10 de 2da de corintios.
En este Pablo debe dar respuestas a ataques dirigidos contra su persona como ministro de YHWH, pero incluso ante ataques viles y personales, observemos el siguiente pasaje, 2da de Corintios 10:10
“Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable.”
¿Se había percatado el lector de que es este un ataque directo a la persona de Pablo? Como seguramente es un tema que desconoce, pongo en manos del lector el siguiente pasaje extraído del Libro 2 cap. 17 del cristiano Nicéforo del S. VIII, Patriarca de Constantinopla (citado por Agustín Calmet en una de sus obras).
“Pablo era un hombrecillo, torcido, y casi inclinado como un arco; con un rostro pálido, largo y arrugado; una cabeza calva; sus ojos llenos de fuego y benevolencia; su barba larga, gruesa, e intercalada con pelos grises, como era su cabeza,…”
Quizás la imagen real de Pablo no fuera tan desastrosa, pero sí es dable reconocer que no era su belleza física la que imponía su presencia.
Obsérvese entonces que todo el capítulo nos habla de esta cuestión donde Pablo es cuestionado por el falso apóstol y evidentemente también por aquellos que seguirían a ese detractor.
Si bien no podemos ahondar en todos los capítulos, por no ser este un estudio de la carta a los corintios sino de un pasaje en particular, es que sólo diremos que el capítulo 11 sigue el tenor de lo que se está exponiendo. Pues obsérvese el siguiente pasaje, más que puro como el agua:
“12Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros. 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Yeshua. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”
La división en capítulos muchas veces nos hace perder la relación de lo que se está leyendo. Pues si no existiese la división entre el 11 y el 12 se vería que continúan el mismo tema.
Tómese el lector la tarea de leer de corrido los dos capítulos y verá lo arbitrario de la división, verá lo que se pierde por leer por separado los capítulos. Y el problema más grave, la costumbre en los círculos cristianos de leer en forma aislada los textos.
¿Por qué Pablo escribe “Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad”? (vers. 12:6)
Porque en 11: 17-18 dijo
“17Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme. 18 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré;…”
Porque en 11:21 dijo
“Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.”
Porque en 11:23 dijo
“¿Son ministros de Yeshua? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante;…”
Porque en 11:30 dijo
“Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.”
He puesto estos 4 pasajes como ejemplo para que se entienda que el versículo del capítulo 12:1 no aparece aislado de una trama que desarrolla a lo largo de la carta. Y de esto da fe la continuación de la epístola, pues desde el versículo 2 al 5 habla de una experiencia sobrenatural que le tocó vivir. Y de nuevo, aún con esto en cartera dice en el versículo 6:
“Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.”
Entonces llegamos ahora al meollo de la cuestión. ¿Podemos luego de todos estos análisis y observaciones pensar por un momento que el versículo 7 será algo aislado de todo lo demás? ¿E imaginar asimismo que lo podemos entender tratando de adivinar a qué se refiere?
Bueno, si fuésemos improvisados seguramente que sí.
Hagamos algo, obviemos ahora al versículo 7 y el versículo 8 donde pide que le sea quitado, dejémoslo de lado y veamos qué nos dice luego el Apóstol.
Los versículos 9 y 10 hablan acerca de que la Gracia es suficiente para superar qué cosa…
“Por lo cual, por amor a Yeshua me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
Vemos claramente que el tenor, el tema de la conversación de Pablo sigue siendo el mismo. Las afrentas que sufre de parte de sus detractores guiados por un falso apóstol. Y luego para reafirmar esto nos dice nuevamente en los versículos 11 y 12
“11Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.
12 Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.”
Entonces para comenzar a resumir, la primera carta de Pablo a los corintios constituye un llamado de atención ante el pecado y advierte sobre aquellos que conducen hacia este. Pervirtiendo las Escrituras y avalando la fornicación.
En la segunda carta un año después la situación se ha revertido, pero ahora hay un gran encono, una gran lucha de Pablo contra detractores seguidores de un falso apóstol.
Pero ahora surge la gran pregunta ¿Por qué YHWH ha permitido la aparición y existencia de este falso apóstol?
“…para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;…”
Al referirse Pablo a un aguijón en la carne nos está expresando que esto no fue producto de su pecado ni de su disposición personal sino que vino desde fuera. No hay textos que indiquen que la frase un aguijón en la carne se refiera a una enfermedad determinada. ¿De dónde nos llega que pudiese haber sido una enfermedad? Pues de comentaristas cristianos como Tertuliano que pensó que se trataba de un dolor de oído o Crisóstomo que pensaba que se debía a un dolor de cabeza.
Si bien el texto pudiese generar dudas, la siguiente sentencia colocada por Pablo en el mismo versículo fundamenta nuestra observación:
“…un mensajero de Satanás que me abofetee…”
Quisiera en esto ser sincero y citar directamente a Adam Clarke, comentarista y teólogo del S.XIX, quien en 1831 escribió:
“Yeshua envió a Pablo a proclamar su verdad, y encontró una iglesia en Corinto. Satanás, el adversario de la verdad de YHWH, envió a un hombre a predicar en el mismo lugar y convirtió a la Iglesia de YHWH en su propia sinagoga; y por sus enseñanzas mentiras y calumnias, el apóstol fue severamente abofeteado.”
El tema no está agotado, pues muchas respuestas las recibiremos de parte del Mesías cuando regrese a buscar a su Pueblo. Pero creo que de esta forma hemos dado una respuesta y un método para acercarnos a la verdad.
Tengan Paz.
*RICARDO*
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