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La promesa de Shavuot-Pentecostés #
Hemos compartido en estos días un tiempo glorioso en la presencia del Creador. Me refiero a la Santa Convocación de Pentecostés. Mucho se ha escrito al respecto, pero aún hay ciertas cuestiones que pueden desarrollarse para comprender mejor el alcance de este tiempo. Más allá de ideas preconcebidas o aquello que creemos que ocurrió, resulta provechoso dejar que las propias Escrituras nos ilustren al respecto, veamos Hechos 2:38
2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Yeshúa para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Bien sabemos que estas palabras de Pedro, son parte del discurso que pronunció, luego del cumplimiento de la promesa que Yeshúa les había dado antes de ascender a los cielos. La promesa de la visitación del Espíritu Santo (Rúaj HaKodesh). Pero hay un aspecto tal vez poco entendido del versículo. Me refiero al final del mismo, “y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Lo cual se complementa en el versículo siguiente con la siguiente frase “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
Veo que la mayoría de los estudios al respecto dan a entender que este “don” del Espíritu Santo consiste necesariamente en algún tipo de manifestación sobrenatural. Tal como hablar en idiomas desconocidos para quien los vocaliza, o el llevar sanidad a los enfermos a través de la imposición de manos, la oración o la bendición sobre prendas de vestir. Algunos piensan que este “don” consiste en que quien lo recibe se transforma en profeta o liberador de personas cautivas de malos espíritus.
A esto es a lo que Pablo se refiere por ejemplo en la 1ra carta a los corintios, capítulo 12: 4 “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.”
Está claro que no niego la existencia de esta clase de manifestaciones sobrenaturales, pero no es esto a lo que se está refiriendo el pasaje específico de Pedro. Por supuesto entiendo que quien lee ambos pasajes, el de Hechos y el de Corintios, pensará que se trata de lo mismo. Pero no es así. Para poder entenderlo es preciso recurrir al idioma original de ambos textos, el cual es el griego.
En Hechos la palabra empleada es el vocablo griego “doréa” (Strong 1431 δωρεά). En tiempos de Casiodoro de Reina (año 1569) esa palabra se traducía al castellano como “don”. ¿Podemos saber qué entendía por esa palabra Casiodoro de Reina? Sí, lo sabemos porque en el año 1611 se edita el primer diccionario de la lengua castellana, del Dr. Covarrubias. En la página 690 del mismo se puede leer que un don es un regalo, algo que se da sin beneficio a cambio o retribución.
Ahora bien, la palabra empleada en la carta a los corintios, es “járisma” (Strong 5486 χάρισμα). No expondré ahora porqué Casiodoro de Reina no empleó la palabra que conocemos como “carisma” que evidentemente se ajustaría al término. Sí diré que es más apropiada, pues la palabra “járisma” (carisma) tiene como raíz la palabra “járis” (Strong 5485 χάρις), lo que en castellano se traduce como “gracia”. Pues los carismas, son manifestaciones del Poder de Dios puestas en las manos de los hombres sin tener que dar algo a cambio. Sino que se reciben… por gracia.
Como podemos ver ambas palabras se encuentran relacionadas en que no piden algo a cambio. En que se recibe en forma gratuita. Pero son palabras diferentes y si los autores de la carta a los corintios y el libro de los Hechos hubiesen pensado que significaban lo mismo habrían empleado las mismas palabras. O bien en Hechos y Corintios habrían usado “doréa” (regalo) o bien en Hechos y Corintios hubieran usado “járisma” (carisma).
En cuanto a la carta a los corintios no hay dudas que se refiere a los comúnmente llamados “dones” del Espíritu. Pero ¿A qué se refiere el libro de los Hechos?
Para comprender a qué se refiere Hechos 2:38 al mencionar que se recibiría el “regalo” del Espíritu Santo debemos analizar algunos pasajes muy interesantes. Releamos el texto,
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Yeshúa para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Como puede verse del versículo se desprende una cadena de pasos relacionados:
• Arrepentirse
• Bautizarse
• Recepción del “regalo”
No es necesario ahondar mucho para comprender que para recibir el mencionado “don” es necesario en primer lugar hacer teshuvá. Esto es, dejar de caminar en el pecado como se lo venía haciendo y comenzar a caminar en el cumplimiento de la Voluntad de YHWH. Lo cual es el arrepentimiento.
En segundo lugar junto con el acto de inmersión en las aguas del bautismo, reconocer a Yeshúa como el Mesías y Salvador.
Y luego de esas condiciones “recibir el don, el regalo”.
Ahora bien hay personas que dicen “yo me bauticé, creo en Yeshúa, camino en su voluntad y sin embargo no he recibido dones, no he recibido el don del Espíritu Santo”.
Esa frase encierra el contenido del error que se tiene. No se trata de que luego de arrepentirse, aceptar a Yeshúa como Señor y bautizarse, deban recibirse “dones” como manifestaciones sobrenaturales de poder. No. Eso es una consecuencia que puede presentarse o no. Y sin embargo no cambia la cuestión.
Veamos lo que Pablo nos dice en Efesios 1: 13-14
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”
Ya he expuesto en “La Fe del Nazareno” que las arras o señal, son la marca, la seña que tenemos los que hemos sido apartados del mundo. Imagine esto como un sello espiritual que es visto en el mundo que escapa a nuestros ojos mortales.
Esta señal, es la marca que identifica a aquellos que son parte de la Esposa comprometida, la ekklesia o iglesia. Esta se encuentra viviendo la primera etapa matrimonial esperando concretar el matrimonio en las llamadas bodas del cordero.
Entonces es muy sencillo entender que esta maca se recibe en algún momento. Pues bien, ese momento es precisamente el que nos indica el apóstol Pedro:
“…y recibiréis el don (regalo) del Espíritu Santo.”
Los miles de personas sellados en Pentecostés, los miles que luego siguieron y los miles que seguirán; reciben en sí mismos el regalo de estar comprometidos con el Hijo de YHWH. Este es el regalo, el don, (doréa). Muchos asimismo reciben carismas, los cuales sirven de vehículo para ministrar a los que YHWH estime necesario.
Estimado hermano y amigo, quiero estimularlo a que afirme su Fe. Si se ha arrepentido de sus transgresiones, si ha abandonado la vida de pecado contradiciendo los mandamientos de YHWH, si ha aceptado a Yeshúa como su Señor y Salvador. Tenga la certeza de que ha recibido el “don” del Espíritu Santo, el cual es la señal que llevan los que algún día se unirán a Él.
No se aparte ni a derecha ni a izquierda, aunque los días sean difíciles y malos.
¿CÓMO CELEBRAR SHAVUOT? #
El sentido de este escrito, así como de todos los comentarios que subimos habitualmente, es poder acercar al nuevo creyente al conocimiento de las verdades del Eterno tal cual nos fueron reveladas y hemos aprendido. Pero el fin de este acercar el conocimiento no está en el mero enriquecimiento intelectual, ya que nuestra Fe es básicamente un mover cotidiano en llevar a la práctica la voluntad del Creador. Si el conocimiento no se traduce en cambios internos y actos hechos de acuerdo con este cambio, entonces nada de lo escrito tiene sentido. Es práctica, es acción diaria.
La Fiesta de Shavuot o Pentecostés es también eso. No se trata de actos de griterío o concentración mental tratando de que llegue a nuestras vidas una fuerza misteriosa de los cielos. Muy por el contrario, se trata de una celebración en la tierra, en consonancia con los cielos, que tiene por fin regocijarnos en todo lo recibido de parte del Altísimo.
En el pasado los israelitas peregrinaban hasta Jerusalén para agradecer y alabar a YHWH por haber bendecido los primeros frutos de la tierra. Pero esta bendición material ¿En que se originaba? Pues precisamente en que su Pueblo había obedecido, había observado y guardado la Instrucción recibida; y como resultado de ello había venido la bendición y prosperidad. Por esto la celebración de Shavuot ha estado firmemente conectada a la Instrucción, a la Toráh. Pues recordando la recepción de la Toráh en el Monte Sinaí el pueblo entendía por qué había recibido la bendición material en la tierra. Entrega de la Instrucción de YHWH, cumplimiento de esta Instrucción, regalo de bendición y prosperidad; todas estas eran cuestiones entrelazadas. En nuestros tiempos la Fiesta también nos enseña que todo aquello que recibimos y tenemos en nuestro haber en la actualidad proviene del cumplimiento Fiel de Su Voluntad en nuestras vidas.
Pero asimismo como el Pueblo recibió la Toráh a través de Moisés en Sinaí, con la llegada del Mesías el Pueblo recibió a Rúaj HaKodesh en Jerusalén en el primer siglo de nuestra era.
Sí remarcaremos el hecho de que es esta una Fiesta de regocijo y agradecimiento por las bendiciones recibidas, ya sea en nuestros trabajos, estudios, hogares y, sobretodo en el regocijo al recibir diariamente la Instrucción del Eterno. Asimismo, desde lo profundo de nuestro corazón elevaremos plegarias para ser plenamente, íntegramente llenos de todo lo que Rúaj HaKodesh (Espíritu Santo) nos quiere brindar.
Actualmente no tenemos Templo físico en Jerusalén, por lo cual ciertos actos prescriptos por la Toráh se encuentran suspendidos hasta que YHWH lo disponga. Ejemplo de ello es la peregrinación al Templo y el mecer la gavilla.
No obstante por supuesto mantenemos el deber de reunirnos, guardar la fecha como un Shabbat y regocijarnos en su presencia.
No es nuestra costumbre llenar al creyente con una cantidad de reglas abstractas inventadas. Entiéndase no queremos reemplazar las reglas de los rabinos por nuevas reglas. Por ello lo que hacemos es brindar una pequeña guía de recomendaciones. Pero sin apartarse de lo que YHWH ha mandado y sin agregar lo que Él no ha mandado, se debe vivir esta Convocación en plena libertad. Recordando las palabras del Apóstol en Colosenses 2:16-17
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Yeshúa.”
En ningún caso se copiarán o asimilarán prácticas propias del cristianismo, tales como vigilias, conciertos, etc.
SHAVUOT
* En esta fiesta de Shavuot nos regocijamos con la entrega de la Toráh. Al igual que el pueblo de Israel fue llevado al desierto para recibir las Tablas de la Ley, nosotros escuchamos con humildad las diez Palabras: LEER Éxodo 20,1-17
* El pueblo despreció la Instrucción y se alejó de YHWH. Por la sangre del Mesías recibimos la salvación y Rúaj Hakodesh:
LEER Éxodo 32,15-28
Hechos 2,1-8.29-42
CENA
(Además de buscar realizar una cena especial podemos agregar alimentos lácteos, esto es una tradición como símbolo del primer alimento que es la Toráh.)
LEER el libro de Ruth.
Recordemos siempre que cuando vuelva el Mesías, Él nos aclarará todas las cosas.
Shalom. Ricardo
Se permite la reproducción total o parcial mencionando al autor. Todos los derechos reservados
(leer “La Fe del Nazareno” capítulos 13 y 14)