Para comenzar el tratamiento del tema y que el contenido de este escrito dé al lector toda la riqueza que Rúaj HaKodesh desee brindar sería conveniente la previa lectura del capítulo 6 llamado “¿Por qué murió Yeshúa?” del libro La Fe del Nazareno. Transcribiremos el mismo para que el lector pueda tenerlo a mano:
“De su padecimiento, de su martirio y su crucifixión todos lo sabemos. De las distintas motivaciones que tuvieron los que lo condenaron, los que ejecutaron la sentencia, de los que lo abandonaron y los que su rostro apartaron de él, también.
Pero, por qué el Padre lo envió a morir en la estaca de ejecución. Por qué fue necesario que muriera es una de las interrogantes que deben responderse.
Para poder responder es necesario que retrocedamos unos pasos, viendo qué nos dicen en primer lugar los Profetas y luego la propia Instrucción (Toráh) de YHWH.
El Profeta Oseas a quien ya hemos citado nos dice:
2:2 “Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; “
De seguro hemos leído esta Escritura en otras ocasiones. Pero bajemos a tierra la lectura. Pensemos lo que está escrito en los modos más humanos que podamos imaginar.
Imaginemos a un buen Esposo. Un hombre que todas las mañanas se levanta con el alba para ir a su trabajo. Que besa a sus hijos en la mejilla cuando aún están dormidos y apenas tiene tiempo para abrazarlos cuando vuelve. Cansado por la jornada. Sus músculos cansados, sus manos ajadas. Que para con su esposa sólo tiene palabras buenas y de confort. Que sólo busca el bien de los suyos. Pero que pasado el tiempo, se entera que esa mujer a la cual ama espera su partida para revolcarse con cuanto vagabundo pase frente a su puerta. Y cuando no pasa alguno, sale caminando por las calles en busca de cualquier “amor” con el cual revolcarse. Llegado el caso este esposo se entera y no hay manera de que la situación tenga vuelta atrás. Pues su mujer ramera se ha acostumbrado tanto a la vida licenciosa que no tiene ni siquiera el mínimo de deseo de la vida conyugal y familiar.
Es claro que ese matrimonio no tiene oportunidad de volver a conjugarse. Desconociéndose mutuamente como esposo y esposa, mujer y marido. Y esto es lo que profetiza Oseas.
Como si esto fuera poco, el marido encuentra que los bienes que creyó llenaban su casa, que imaginó que su esposa atesoraba con el producto del esfuerzo que él a diario hacía, se han ido en los bolsillos de sus amantes. Es más cuando su esposo ya no es su proveedor, cree que tendrá en sus amantes el refugio que antes tenía:
Oseas 2:5 “Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.”
Ya hemos leído cómo YHWH pactó con sus criaturas. Cómo Pactó con un hombre, una familia, un Pueblo, una Nación. Y como esos Pactos configuraron las distintas capas de una relación cada día más profunda y reveladora.
Vimos cómo ese Pacto se entendía como el conjunto de promesas matrimoniales que los esposos se hacían, las promesas entre YHWH e Israel. Donde Israel promete hacer la voluntad del Altísimo, desarrolladas en los mandamientos expresados en su Instrucción (Toráh) y como a su vez YHWH se compromete a bendecir sin límites.
Por esta misma razón es que el Primer Mandamiento expresado en Éxodo 20:3 es “No tendrás dioses ajenos delante de mí.”
Entendámoslo con sencillez: NO PUEDES TENER OTRO MARIDO.
O por qué se cree que a renglón seguido indica, hablando de la materialización de las deidades
20:5 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy YHWH tu Elohim, fuerte, celoso,”
No debes relacionarte con otro, sólo conmigo que soy Tu Esposo. Encima un marido que pude hacerte mucho daño a ti y al que se relacione contigo (“fuerte”) y además, no acepto que coquetees con otro, porque soy “celoso”.
Te advierto, haces eso tú y tu amante, y lo pagarán:
“que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,”
Pero por supuesto, que si conservas mi Pacto:
20:6 “…hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Si todo lector de la Biblia hubiese comprendido que en el Desierto, antes de ingresar en la Tierra Prometida se produjo un casamiento, la pregunta que inicia este estudio se respondería sola.
Ya conocemos la historia, ya sabemos que la casa de Israel se extravió. Ya sabemos que se extravió tras dioses ajenos y hemos entendido que ello implicó su prostitución. La consecuencia fue:
Oseas 2:2 “ella no es mi mujer, ni yo su marido”
El matrimonio se destruyó.
Ahora nos encaminamos a la respuesta a la pregunta inicial. Es necesario entender las leyes de YHWH que gobiernan la relación matrimonial. Como hemos escrito, dejemos que la propia Instrucción (Toráh) nos hable:
Deuteronomio 24:1 “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa”
Ya no es su marido: Oseas 2:2”… ni yo su marido”
Además la despide de su Casa Ezequiel 4:13 “Entonces el Señor dijo: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones donde yo los arrojaré.”
Seguimos avanzando en la Escritura, qué ocurre cuando es despreciada por su nuevo “marido”:
Deuteronomio 24: 2-3 “Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer,…”
Aquí nos encontramos a la casa de Israel sola en el mundo, despreciada por los baales con los cuales fornicó en el mundo. Allí se da cuenta quizás lo que había perdido y quiere volver con aquel que la sacó de Egipto con mano poderosa. Pero:
Deuteronomio 24: 4 “…al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada; pues eso es abominación ante el Señor. No traerás pecado sobre la tierra que YHWH tu Elohim te da por heredad.”
La propia Instrucción de YHWH, la propia Toráh impide que el primer marido la acepte.
YHWH escribió su Voluntad, la cual permanecerá mientras el Cielo y la Tierra existan. Es la estructura misma del universo y Él no la cambia.
Cuando la casa de Israel se prostituyó entre las naciones tras dioses ajenos, inclinándose ante los baales, aun cuando hubiese querido volver al Pacto matrimonial, el mismo YHWH no podía aceptarla. Ello hubiese sido una abominación.
Entonces ¿Qué solución queda para la Restauración de Israel? ¿Cuál es la salida?
El rabino Shaúl, Pablo, ha dado la respuesta hace casi 2000 años. En la Carta a la congregación en Roma, la cual estaba formada en primer lugar por personas conocedoras de la Toráh, él les dice en Romanos 7:1 “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?”
O sea que, estando vivo el marido, la Instrucción dada en Deuteronomio tiene validez. Por lo cual el impedimento matrimonial acerca de que el hombre no puede casarse con esa mujer con la cual se había casado una vez y a la cual dio carta de divorcio, está vigente mientras él esté vivo:
Romanos 7:2 “Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive”
¿Cómo entonces esa mujer podría casarse de nuevo?
Romanos 7:2 “…pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.”
Si su primer marido muriese, ella estaría libre de volver a casarse.
Volviendo a la Casa de Israel. Se casó con YHWH, pactando con él en el desierto. Luego adulteró, se encontró sucia con lo cual YHWH la repudió y echó de su Casa. Debió abandonar la Tierra Prometida y vagó desterrada por las naciones. ¿Cuál era la única forma de que estuviese libre la Casa De Israel para volver a casarse sin estar siendo adúltera?
Romanos 7:3: “Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.”
Entonces volviendo sobre el tema. La única forma de que la casa de Israel pudiese casarse de nuevo era que su primer marido, YHWH, muriese.
Creo que aquí es necesario hacer un alto. La Revelación es fuerte.
La pregunta ¿Por qué murió Yeshúa? ha sido respondida.
Yeshúa es Elohim.
En su inmenso amor y misericordia por su Amada, decidió morir en la estaca de ejecución para que ella fuese libre. Para que ella estuviese libre de la norma que le impedía casarse de nuevo. Así, sin adornar ni florecer la Escritura. El murió por Amor, para que su Amada fuese libre de nuevo.”
Hasta aquí llega la cita del capítulo 6 mencionado. Repito la conclusión para que se entienda nuevamente con sencillez. Yeshúa murió para que la Casa de Israel fuese libre para volver a casarse. Y a ese evento futuro apuntan las llamadas Bodas del Cordero. Si alguien tiene dudas mayores con respecto a ello lo invito a que repase los capítulos de La Fe del Nazareno en su totalidad y no se pierda ninguno de los pormenores de la cuestión.
Pero ahora en este escrito nos abocamos a responder un interrogante no menor. Algo que, debemos decir desgraciadamente, nunca se ha atendido en la forma debida. Y es la siguiente cuestión ¿Qué encierra el bautismo en la vida del creyente? ¿Por qué es tan vital su ejecución?
Para comprender cómo esta cuestión ha sido abordada por otros creyentes en Yeshúa, veamos algunos comentarios acerca del mismo:
En primer lugar uno bastante interesante redactado por una iglesia bautista:
“…el Bautismo es la representación gráfica ideal de lo que Cristo ha hecho por todos los pecadores a través de Su muerte, entierro, y resurrección. El Bautismo ejemplifica como el nuevo creyente ha roto con su pasado, e inicia una vida nueva, una vida resucitada, mediante su nacimiento nuevo en Cristo.”
El segundo es de una iglesia cristiana:
“El bautismo es un acto en el cual un cristiano es sumergido en agua para simbolizar el fin de un modo de vida, y el comienzo de algo nuevo.”
El tercero es parte de la declaración pública del opus dei:
“El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.”
Si observamos todas las citas tienen puntos en común:
“ejemplifica como el nuevo creyente ha roto con su pasado”, “simbolizar el fin de un modo de vida”, “somos liberados del pecado”
Es evidente que en los tres casos tenemos una idea de transición de una realidad que se desea dejar atrás por una nueva:
“e inicia una vida nueva, una vida resucitada”, “el comienzo de algo nuevo”, “regenerados como hijos de Dios”.
Entonces alguien me dirá ¿Pero cómo Pastor acaso no está de acuerdo en esas palabras?
Diré que sí, pero haciendo la observación paulina:
“Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,…” 1ra Corintios 3:2
Las referencias de congregaciones distintas no hacen más que mostrar que ninguna de las tres ha profundizado en la cuestión, lo cual es necesario que hagamos.
Pero para poder profundizar debemos ocuparnos de la sana lectura de los textos neo testamentarios que nos explican la visión de los apóstoles y por sobre todo lo que del mismo Señor aprendieron.
Tomemos algunas citas necesarias.
Recomiendo en primer lugar la completa lectura del capítulo 6 de la carta a los romanos. Luego observe detenidamente el siguiente pasaje:
Romanos 6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Yeshúa resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”
Colosenses 2:12 “…sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.”
Aun cuando el contexto en el cual ambas cartas se mueven es diferente, el sentido es el mismo. Pues aunque en la carta a los romanos la idea circula alrededor de abandonar la vida contraria a la voluntad de YHWH y en la carta a los colosenses la idea circula alrededor de evitar ser engañados por falsas doctrinas, en ambos la sustancia es que quien se bautiza muere junto a Yeshúa. Y como Él también resucita.
Entonces la base escritural dada por el apóstol es precisamente esa: quien se bautiza muere y luego renace.
Todavía hay un pasaje más que da la idea que tratamos de observar, 2da de corintios 5: 14-15
“14Porque el amor de Yeshúa nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
Aquí también tenemos al que murió primero (en la cruz) y luego todos murieron (en el bautismo).
Entonces, ahora que he expuesto estos pasajes, la pregunta que le hago al lector es la siguiente:
¿Por qué necesariamente el bautismo implica la “muerte” de quien se bautiza? ¿Por qué simboliza la muerte del que se promete seguir a Yeshúa para luego resucitar?
Se me responderá “bueno, porque tiene que nacer de nuevo, a una vida sin pecado, para ser un hombre nuevo, etcétera”. Pero esto no es una respuesta válida, sería una simple tautología, o sea un repetir las mismas palabras sin avanzar en una respuesta profunda. Es como decir “cuando se bautiza muere porque tiene que morir para nacer de nuevo”. Por ello esta no es una respuesta válida.
Entonces se me preguntará ¿Cuál es la respuesta, por qué “muere” cuando se bautiza?
La respuesta está contenida en el mismo capítulo 6 que hemos transcripto de La Fe del Nazareno.
Quizás si se lo presento en forma más esquemática lo podrá ver con mayor facilidad:
• La Casa de Israel se prostituyó con dioses ajenos.
• Por ello se le dio carta de divorcio.
• El primer Esposo, YHWH encarnado como Yeshúa, muere sacrificándose por Israel.
• YHWH puede volver a casarse con la Casa de Israel en las Bodas del Cordero.
¿Así, sin más se producirá el casamiento?
NO, porque la Casa de Israel se corrompió al fornicar con las naciones. Usted y yo, israelitas entre las naciones, estábamos hundidos en nuestra transgresión, empantanados en el estiércol. No éramos aptos para casarnos con YHWH nuevamente. Pues YHWH no puede casarse con una Esposa impura y casada con los dioses ajenos. Por ello la única salida es que la Casa de Israel también participe de la muerte, o sea muera. La única forma en que puede volver a casarse es… Sí, naciendo de nuevo. Por ello es que Pablo nos dice:
2da de Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Yeshúa, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Solamente una nueva criatura podría casarse en las Bodas del Cordero con Yeshúa, quien es YHWH mismo como el Hijo Amado.
Por eso no decimos que las aseveraciones del cristianismo que hemos transcripto sean incorrectas, sólo que no están dando la profundidad necesaria a la cuestión. Entender la necesidad de muerte y resurrección espiritual en la Casa de Israel es la vianda que el creyente necesita para saber por qué se le exige el bautismo como acto externo de la Fe.
Pensemos nuevamente en el esquema que hicimos más arriba, ahora completándolo:
• La Casa de Israel se prostituyó con dioses ajenos.
• Por ello se le dio carta de divorcio.
• El primer Esposo, YHWH encarnado como Yeshúa, muere sacrificándose por Israel.
• YHWH puede volver a casarse con la Casa de Israel en las Bodas del Cordero.
• La Casa de Israel, representada en todo creyente en Yeshúa, muere simbólicamente en el bautismo, en la inmersión.
• La Casa de Israel renace a una vida nueva.
• Ahora la Casa de Israel comienza a estar apta para contraer matrimonio con YHWH, en las llamadas Bodas del Cordero.
Ven por qué los comentarios que transcribimos se quedaban a medio camino. No eran incorrectos, sino insuficientes. Eran leche espiritual, pero nosotros estamos obligados a compartir la vianda.
A partir de esto el lector encontrará mayor claridad al leer pasajes como:
Efesios 5: “25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Yeshúa amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
Pero el estudio de los mismos es tarea de otros escritos.
Lo esencial ahora es entender que el símbolo de la muerte, de ser sepultados en el bautismo, es precisamente el signo de vida que tenemos al abandonar los rudimentos del mundo, la vida que antes teníamos. No es solamente hablar de abandonar una vida de pecado, así sin más, con palabras huecas que poco significan. Sino por el contrario, saber que al momento de entregar su vida a Yeshúa el Mesías, el israelita que antes estaba perdido entre las naciones, viviendo una vida alejada de la Toráh, lejos del Camino que el Altísimo pensó para él, ahora se sacrifica, muere por Aquel que antes murió y resucitó. Muere a aquello que antes era el motivo de su vida, las falsas doctrinas, la idolatría, la transgresión a la Ley de YHWH. Y lo hace para renacer, para caminar conforme a la Voluntad de Aquel que lo escogió antes de la fundación del mundo y encontrarse de ese modo listo y preparado para ser quien contraiga enlace en las Bodas del Cordero.