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🔵 La leche espiritual

El tema que hoy nos convoca, se relaciona con una frase sencilla de entender. Pero que bajo esa sencillez, contiene una riqueza muy importante a ser tenida en cuenta por los creyentes.
Para poder entender lo que voy a exponer, es preciso dar unos primeros pasos, los cuales se relacionan con el desarrollo del renacido.
Lo primero que quiero dejar sentado es que, el ser hijos de YHWH, no es algo que ocurra de forma inmediata. Sino que consiste en un desarrollo. Este puede asemejarse al de una persona en las distintas etapas de su vida. Pero que, a contrario del fin de toda vida, el cual es la muerte. Este comienza al revés.
Sé que esto puede sorprender a muchos, pero verán que es bastante sencillo. Pues para poder comenzar a vivir la vida que el Mesías nos presenta, es preciso morir en primer lugar a nosotros mismos, para que Él viva a través nuestro.
Producto de esa muerte personal a nuestras pasiones y deseos, que batallan contra nuestro ser espiritual, es que nacemos a una nueva esperanza.
Esto es lo que reflejamos en el propio bautismo, tema que ya he explicado en otro momento, cuando desde la posición fetal nos levantamos saliendo de las aguas.
El evangelio de Juan nos explica este desarrollo personal.
1: 12-13 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de YHWH; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de YHWH.”
En el idioma griego existen dos posibilidades para el verbo ser. Uno que indica algo que existe en forma inmediata, como por ejemplo ser humano o ser un ave. En este caso se usaría el verbo “esti”. Y un verbo que indica un proceso, como por ejemplo estudiar y transformase gradualmente en cirujano. En este caso sería el verbo guínomai.
En el caso del versículo de Juan, para lo que ha sido traducido como “ser hechos…”, se ha empleado el verbo γίνομαι (guínomai).
O sea, nadie es hijo de YHWH de un momento a otro, sino que para llegar a serlo, hay que transitar un proceso.
Con esto en mente, podemos entender que previo al bautismo y luego de este, se desarrolla un camino. El cual conduce, si se continúa, a transformarnos plenamente en hijos de YHWH.
Este crecer gradualmente, puede simbolizarse con el propio desarrollo de cualquier ser vivo.
Todos sabemos, por la experiencia de vida, que el organismo del recién nacido está capacitado para recibir determinados alimentos. Y no para otros. Con el transcurso del tiempo, atravesando diferentes etapas, se irá necesitando cada vez una mayor cantidad de nutrientes. Mejorando asimismo, la capacidad de absorber cada vez, mayor cantidad y sustancia.
Por esto, es que, a los que se inician en la Fe, el apóstol Pedro les dice, 1 Pedro 2:2
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,…”
A mayor abundamiento, colocando un segundo testigo, el apóstol Pablo en 1ra de Corintios 3:2 declara,
“Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,”
Bien, hagamos un alto.
Ha quedado establecido que el creyente, tiene un crecimiento paulatino. Este, es el que lo va transformando en hijo de YHWH. Y al principio, su alimento, es la llamada leche espiritual.
Preguntémonos ahora ¿Nos dice la propia Escritura qué es la leche espiritual?
Quisiera explicar algo interesante. La lingüística es la rama de la ciencia que estudia el lenguaje humano. Un exponente de esta rama del conocimiento, Wolfgang Dressler, enseña que un texto debe tener  coherencia. Esta coherencia textual, permite que el lector, pueda formarse la idea global de lo que se ha querido transmitir. Asimismo, cuando un texto es coherente, sus partes están relacionadas.
Retomando la pregunta que hice más arriba ¿podemos saber qué es la leche espiritual?
En la  carta a los hebreos, 5:12, leemos lo siguiente
“debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de YHWH; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.”
Aquí el versículo habla de personas que aún se encuentran en la etapa de necesitar leche espiritual.
Si el texto de la carta a los hebreos es un texto coherente, será natural que se nos diga qué es esa leche o al menos se nos den ejemplos.
Como siempre escribo, hay que dejar que las Escrituras se expliquen a  sí mismas.
Unos versículos más adelante vemos, Hebreos 6: 1-2
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Yeshúa, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en YHWH, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.”
Y aquí, el escritor de esta carta, nos está dando una aproximación a lo que la leche espiritual es. Se trata de los elementos doctrinarios que deben estar claros en los comienzos del creyente. Los cuales deben ser aprendidos, creídos y valorados por este. Pues ellos son la base a partir de la cual dará sus primeros pasos en la Fe.
¿Cuáles son específicamente?
• Arrepentimiento de obras muertas
• Fe en YHWH
• El conocimiento de lo que el bautismo significa y su práctica
• La imposición de manos
• La resurrección de los muertos
• El juicio eterno y la salvación.
La tarea de crecer como hijos de YHWH no es una tarea intelectual. Es una práctica de vida, en la cual a diario nos movemos en dirección a la perfección. Pero este caminar no es a ciegas. No es tanteando el terreno como el ciego lo haría con su bastón.
Por desgracia, la cultura de las redes e internet, han llevado a que cualquiera se crea capacitado para ser maestro. O cualquiera crea que por sí mismo, puede elaborar la doctrina que le quede cómoda. Tomando ideas sueltas de tal maestro o tal comentarista y de tal otro. Por esto, pululan los videos de improvisados que pocos meses atrás no sabían dónde queda Israel en el mapa y hoy suben “lecciones” de judaísmo.
Querido hermano sea cuidadoso con la leche espiritual que le sirven. El conocimiento de las raíces de la Fe no es algo que se consigue en dos, tres o seis años. A la salvación todos podemos acceder, es un regalo. Pero el ministerio de la enseñanza y estudio de las Escrituras, es una cuestión distinta.
En términos bíblicos, la preparación necesaria para ministrar las cosas de YHWH nunca fue menor a diez años. Alguien dirá ¿pero acaso los apóstoles no estuvieron con el Señor mucho menos tiempo? Sí, pero luego de haber escuchado durante toda su vida la Toráh en la sinagoga cada Shabat.
Una advertencia más. Que una persona aparezca en un video de internet, no la transforma de inmediato en un sabio de Israel. Tenga precaución, cualquiera puede hacer una filmación recopilando datos que tome de aquí y de allá. Es más, en estos tiempos hay algunos personajes reconocidos que emplean material escrito por otros, como si fuesen producto de su estudio.
Pero pocos podrán mostrar vidas plenas de servicio al Altísimo.
Para terminar deseo pedir a aquellos que, quizás por buena voluntad, por buenas intenciones, están haciendo eso de lo cual estoy previniendo. Recuerden las palabras de Jacov (Santiago) 3:1
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.”
Ricardo.
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