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Shavuot

Shavuot

La celebración de Shavuot tiene su origen en el Desierto al cual fue llevado el Pueblo de Israel. Recordemos que Pesaj, que significa “pasar sobre” tiene su origen en la noche previa a la salida del Pueblo de Israel de Egipto. En ella los primogénitos de los que no sacrificaron un cordero y pintaron los dinteles de sus puertas con la sangre de ese cordero sacrificado, murieron a manos del Destructor.

Luego de salir el Pueblo de Egipto, y haber cruzado el Mar de las Cañas, llegaron al Monte Sinaí donde recibieron la Toráh del Altísimo. Este hecho es precisamente el recordado en la Fiesta de las Semanas, lo que en hebreo se conoce como Matan Toráh, la entrega de la Toráh.
Por este preciso detalle es que la Cuenta del Omer es tan importante. Porque ella es la conexión necesaria entre Pesaj y Shavuot. Por este hecho es que decimos que las 4 festividades primeras, de la primavera, están relacionadas.
Finalmente en Har Sinaí, el Monte Sinaí, el Pueblo de Israel recibió la Toráh, escrita en tablas de piedra por el dedo de YHWH. Siendo las 10 Palabras (llamadas 10 mandamientos) el núcleo de la Instrucción de YHWH para Israel.
¿Qué ocurrió en Shavuot?
  Comenzando por este relato en el libro de Hechos.
Hechos: 2:38-41 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Yeshúa para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos YHWH nuestro Elohim llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Como verán no comencé este escrito en forma correlativa ni cronológica, sino que lo hice de otra forma para hacer hincapié en dos cuestiones que surgen de los versículos que transcribí.
En primer lugar ¿Cuántas personas se añadieron? Y en segundo lugar ¿Por qué esa cantidad?
La primer pregunta qué hago tiene una respuesta sencilla, la cual es alrededor de 3000 personas.
Pero esta cifra contiene una verdad muy importante.
Lo que ocurre es que durante siglos se ha establecido en la cultura cristiana que los acontecimientos descriptos ocurridos en Shavuot tuvieron lugar en una casa. Incluso se ha llegado a afirmar que ocurrieron en el aposento alto donde 50 días antes tuvo lugar la celebración de la Pesaj.
Pero, hagamos una sencilla  observación. Ninguna casa en Jerusalén tenía la capacidad para albergar en su interior, ni siquiera en sus dependencias, a unas 3000 personas. Por si alguien lo quiere pensar, tampoco sumando la cantidad de gente en la casa con la cantidad que pudo haber en la calle podían sumar esa cantidad de personas. Además teniendo en cuenta que dice que se añadieron  3000, pudiendo haber sido muchos más los que presenciaron los acontecimientos.
Entonces si aquello que se ha enseñado desde siempre es una falacia, si no estaban reunidos en una casa. ¿Por qué dice esto el versículo que ahora cito?
Hechos 2:2
“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;…”
La respuesta a la aparente contradicción a lo que escribo se encuentra unos versos más adelante:
Hechos 2:6
“Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.”
Ahora tenemos varios elementos a considerar. Por un lado una “casa” que puede albergar una “multitud” de personas que hablan en distintas “lenguas” que se encuentran en Jerusalén en “Pentecostés”.
Para poder encontrar respuestas, debemos hacer  un poco de memoria y recordar  lo que se nos manda en Deuteronomio:
16:16 “Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de YHWH  tu Elohim en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos.”
Otra pregunta ¿Cuál  es el lugar que El escogió?
Génesis 22:14 “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, YHWH proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de YHWH será provisto.”
Este mismo pasaje en la traducción aramea Onkelós se lee:
“Abraham adoró y oró en este lugar y dijo ante el Eterno: Aquí las generaciones futuras adorarán…”
Una más, el Salmo 76:2 “En Salem está su tabernáculo, Y su morada en Sion.”
Para quien no lo sabe el Monte Tzion es el lugar donde se edificó el Templo de Jerusalén, el mismo lugar donde Abraham llevó a sacrificar a su Hijo.
O sea hemos puesto en claro que durante la celebración de Shavuot, todo varón israelita, no importa donde viviese, tenía el mandamiento de ir a Jerusalén y adorar en el Templo de Jerusalén ubicado en el Monte Tzión. Este mismo templo era llamado la Casa. En términos hebreos Beit HaMikdash, literalmente “Casa de Santidad”.
Por  favor unamos las piezas. Una “Casa” con una “multitud” de personas provenientes de distintos lugares donde se hablan “distintas lenguas” reunidas en Jerusalén. Es evidente que no es necesario tener la inteligencia de Einstein para darse cuenta que lo  descripto en el libro de los Hechos no aconteció en cualquier casa, sino que ocurrió en el Templo de Jerusalén.
Al principio plantee dos interrogantes ¿cuántas personas se añadieron y por qué esa cantidad?
La primera cuestión nos permitió entender dónde realmente ocurrieron estas cosas. Ahora la segunda nos revelará algo más.
Dijimos que fueron alrededor de 3000. ¿En qué otro lugar de las Escrituras hemos visto esa cifra?
Ya he citado en el capítulo anterior que la celebración de Shavuot nos recuerda la entrega de las Tablas conteniendo las 10 Palabras, luego de la intercesión de Moisés. Intercesión que fue necesaria por el pecado cometido con el becerro de oro.
Pero antes de ello también expliqué que las primeras tablas fueron quebradas por Moisés y los idólatras recibieron su justa retribución:
Éxodo 32:27-28 “Y él les dijo: Así ha dicho YHWH, el Elohim de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.
Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.”
¿Es una casualidad que la misma cifra de personas esté contenida en pasajes que se encuentran relacionados? Esta es una pregunta retórica, por supuesto que no es una casualidad. Previo a la entrega de las segundas tablas hubo una mortandad de miles de personas. Con posterioridad a lo recibido en Shavuot hubo vida para miles de personas.
Entonces tenemos con claridad que existe aquí una conexión entre ambos sucesos. ¿Será esta la única?
Hechos 2:2 “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba”
Éxodo 19:16 “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.”
Asimismo podemos observar inserta en ese gran entramado de estruendos y toques de trompeta una revelación en cuanto a los hechos del Shavuot post-resurrección.
Para ello debemos ver en primer lugar algunas indicaciones que nos hace la propia Toráh.
Leyendo Deuteronomio 32:8 “Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos. Según el número de los hijos de Israel.”
¿Cómo podemos saber cuántas naciones se establecen según lo que nos indica Deuteronomio?
El texto nos dice que conforme al número de los hijos de Israel se han establecido los límites de los pueblos.
¿Y cuántos son los hijos de Israel?
 Éxodo nos da la respuesta:
1:1 “Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto…
1:5 “Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta…”
O sea si 70 son los Hijos de Israel (Jacob) serán entonces 70 las naciones. Las cuáles serán el número representativo de todos los pueblos del mundo.
Cómo se relaciona esto con lo que ocurrió en el Monte Sinaí. Leyendo en Éxodo:
19:16 “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.”
Al leer vemos que no habla de trueno y relámpago, sino de truenos y relámpagos, en plural. Pero ¿Qué se manifestaba en estos truenos y relámpagos?
Leamos algunos pasajes bíblicos:
Salmo 77:18 “La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra.”
Juan 12:28-29 “Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno.”
Creo que está claro que la Voz se manifestaba como Truenos y relámpagos, precisamente porque si se hubiese tratado de una sola lengua se hubiese usado el singular. Pero al haber truenos y relámpagos no se trató de una sola lengua, de un solo idioma, sino que se trató de una manifestación sobrenatural en las 70 voces correspondientes a cada una de las 70 naciones representativas de las naciones del mundo.
Esto ¿También ocurrió en Shavuot en Jerusalén? Por supuesto, es lo que vemos cuando el libro de los Hechos nos describe que:
2:6 “Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.”
Hemos visto hasta aquí una descripción de los acontecimientos que se vivieron en Shavuot en el primer siglo. Vimos también cómo ello está conectado con lo acaecido antes bajo el Monte Sinaí. Corresponde entonces analizar qué ocurrió espiritualmente en el primer Pentecostés luego de la Resurrección del Mesías. Lo cual será el tema del siguiente capítulo.
Entiendo que quien por primera vez se acerca a estos temas necesita asimilar su contenido, pues resulta su lectura y aprendizaje como un volver a caminar. Pero ello es necesario para recuperar lo que se perdió durante siglos.
(Capítulo 13 de ¨La fe del Nazareno¨.Ricardo)

EL REGALO DEL ESPIRITU SANTO, Ruaj HaKodesh

Hace años, al menos en los países que recibieron la inmigración europea, existía la costumbre de la celebración del compromiso, como previo acto antes de la unión en matrimonio.
Este llamado compromiso constituía una etapa previa donde los futuros marido y mujer establecían un acuerdo de que se casarían luego de un tiempo de preparación.
Constituía esta una etapa donde la situación de noviazgo pasaba a un grado de seriedad mayor, donde el tiempo siguiente se empleaba en preparar la futura vida conyugal. No era esto una etapa más, sino que su seriedad implicaba que los futuros contrayentes quedaban enlazados sin posibilidad de establecer compromiso con otra persona.
Incluso se celebraba una fiesta casi igual a la del matrimonio y el pacto se sellaba con el llamado anillo de compromiso. Hoy la práctica casi se ha perdido, sobreviviendo a duras penas en algunos círculos de nuestra sociedad.
Pero ¿Tiene algún fundamento bíblico este acto de compromiso?
La respuesta es sí.
Si tomamos en cuenta que parte del cristianismo se nutre en diversas costumbres de la tradición judía e israelita en general, podemos ver que la costumbre del paso previo del compromiso tiene raíces hebreas.
Ello es así, por cuanto la boda israelita tiene dos etapas:
Una primera llamada erusin en la cual se produce el acto de compromiso, donde los futuros contrayentes confluyen en la promesa de matrimonio.
Y una segunda etapa llamada nisuim donde la casada va a la casa del novio con el fin de llevar adelante la vida marital.
Es importante entender que en toda la situación la voluntad del contrayente es libre. No existe imposición de casamiento ni sobre la mujer ni sobre el hombre.
Asimismo el hombre que ha decidido casarse debía tener los bienes suficientes para la llamada dote, la cual podía consistir en una suma de dinero, o alguna propiedad.
Cuando esto está resuelto entra en negociaciones para la realización de estos actos un amigo del novio quien pacta con el padre de la novia a través de otro agente que el padre pone en su lugar.
Estos actos de la etapa erusin al principio eran hablados, pero con posterioridad requirieron de un documento escrito. Este documento llamado ketubah contenía un detalle de los compromisos y mutuas promesas.  Como parte del acto luego de que el compromiso escrito era aceptado, el novio entregaba un anillo a la novia como señal del pacto o compromiso adquirido. Finalmente ambos contrayentes sellaban con una copa de vino. Entonces la etapa erusin (también llamada kidusshim) culminaba habiéndose firmado la ketubah o compromiso escrito y bebían una  copa de vino. Este ketubah o compromiso matrimonial de hecho es tan serio que para poder romperse es necesaria la existencia de un get (divorcio).
La novia entonces volvía a su hogar y participaba de un  lavamiento ritual. Este consistía en la inmersión en la mikvé (especie de piscina en la cual la novia se sumergía para salir purificada) y recibe nuevas vestiduras de mujer casada.
Por su lado el novio vuelve a la casa de su padre a preparar hogar a la novia o habitación en la casa de su padre.
¿Nos resultan conocidos todos estos hechos?
El día de bodas el novio se vestía con las mejores ropas y la novia se ataviaba con lo mejor a su alcance pero de esta segunda etapa hablaré en un otro apartado.
Volviendo a las cuestiones que en este momento nos importan. Quiero hacer la observación de lo que aconteció en el desierto con el Pueblo de Israel.
Ya hemos visto en capítulos anteriores cómo es que es posible entender la relación entre Israel  y YHWH como un matrimonio. Vimos también cómo Yeshúa entregó su vida para que fuese posible la reunificación de las Casas divididas.
Será interesante en este momento observar cómo se produjo ese matrimonio entre YHWH e Israel.
Recordemos que el Pueblo de Israel fue liberado de la casa de esclavitud en Egipto y un mes después estuvo debajo del Monte Sinaí. ¿Qué ocurrió bajo el Monte que humeaba, que tenía relámpagos y truenos?
Pues precisamente lo que estamos analizando. YHWH e Israel se casaron. Con promesas mutuas de obediencia y protección, el Pueblo de Israel se casó con su Creador, siendo las tablas donde se escribieron las 10 palabras el testimonio escrito del compromiso matrimonial, la ketubah. Por supuesto que Israel no fue obligado a casarse, sino que consintió el matrimonio al aceptar voluntariamente todo lo que YHWH estableció.
Además algo que antes no expliqué es que la boda se celebra bajo un palio nupcial llamado Jupá, una especie de toldo para que entendamos físicamente de qué se trata. Pues bien cuando el testigo Moisés llevó a la novia Israel, la ubicó debajo de la Jupá en Sinaí.  En la versión Reina-Valera de 1909, muy buena por cierto, se traduce esta situación de esta forma,
Éxodo 19:17: Moisés sacó al Pueblo del campamento y
“…pusiéronse a lo bajo del monte.”
Como  a los traductores les cuesta ver la profundidad espiritual del texto, han buscado la forma de corregir este aparente error en ediciones posteriores. Pero literalmente el Pueblo de Israel estuvo “bajo” el Monte así como los novios se encuentran bajo el palio nupcial o jupá.
Bien no me extenderé más en lo que ocurrió en Sinaí, sí volveré al primer Shavuot luego de la Resurrección.
Ya hemos visto cómo ambos eventos están relacionados. Cómo lo ocurrido en Sinaí y cómo la celebración de Pentecostés que se celebró durante cientos de años por el Pueblo de Israel primero y por el pueblo judío después, fueron una sombra profética de lo que acontecería en Shavuot del primer siglo.
Ya estamos en condición de responder con sencillez y simpleza qué ocurrió.
Pues bien, comenzó la primera etapa del matrimonio de YHWH con la Congregación de Israel. Comenzó la primera etapa del matrimonio, la erusin.
Los contrayentes: Por una lado YHWH a través de Su Palabra, Yeshúa, Memra. Y por el otro La Congregación de Israel.
¿La Copa que beben los contrayentes?  …recordemos la llamada “última cena”.
Tenemos muchos símbolos proféticos que deben analizarse, pero como este escrito está dirigido al Nuevo Creyente y a despejar malentendidos puestos en su mente, los dejaré para otro momento.
Sólo me detendré en el regalo del Espíritu Santo, Ruaj HaKodesh.
Recordemos el libro de los Hechos Cap. 2:38
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Yeshúa para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
La palabra en griego empleada para “don” es la palabra griega femenina δωρεά (doréa Strong 1431.) Es correcto usar palabras acordes con nuestro lenguaje. Y hablar del don del Espíritu Santo no es lo más acertado. Es así que deberíamos hablar de “… recibiréis el regalo del Espíritu Santo.” Pues la palabra griega que transliteramos como doréa significa regalo. ¿Por qué se usa la palabra don? Porque los traductores han preferido usar una palabra más cercana al latín. Pues “don” surge de la palabra donum, que en latín significa regalo.
Pero ¿Cuál ha sido el fin de este regalo?
La explicación de ello la tenemos en la segunda carta que Saulo escribió a la congregación de Corinto donde leemos:
1: 22 “… el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.”
Una vez más las traducciones nos complican un poco. Quiero detenerme en dos cuestiones:
1) Nos ha sellado
2) Nos dio las arras del Espíritu
En primer lugar lo que se traduce como nos ha sellado es la palabra griega σφραγισάμενος (sfraguisámenos ) lo cual surge de la palabra σφραγίζω (sfragízo Strong 4972) que significa algo así como “puso su sello”. Esta es la misma que se emplea en el libro de Apocalipsis en el versículo 7:3
“… diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. “
Esta parte no requiere demasiada explicación. Los Hijos de YHWH llevan una marca que los identifica y los hace merecedores de la protección divina.
En cuanto a lo segundo, quizás hasta deba traducir el castellano al propio castellano. Escribo esto porque la palabra “arras” no es de las más usadas fuera del ámbito mercantil o jurídico, o sea fuera del lenguaje cerrado de abogados y contadores.
La palabra “arras” surge de la palabra griega ἀρραβών (arrabón, Strong 728) y significa una parte del pago que se debe, funciona como una garantía de que se va a pagar el resto. Es lo que en varios países de América se llamaría seña, o también señal, es la muestra de que se entrega una parte antes de entregar el total.
Creo que ahora puede llegar a tener más sentido la frase de nuestro Mashíaj cuando dijo:
Hechos 1:4 “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.”
¡¡Sacrificado el Mashíaj en el Calvario, resucitado al tercer día, establece la primer parte del casamiento con la señal de la promesa del Espíritu Santo. El Esposo ha vuelto a la casa de su Padre, su futura Esposa, la Congregación de los Hijos de Israel lo está esperando hasta que regrese. ¿Tiene alguna señal de que aquello se cumplirá? ¿Algún regalo que garantice esa promesa? Por supuesto la señal recibida en Shavuot, consolando a Su Pueblo hasta que El regrese.!!
(Capítulo 14 de La Fe del Nazareno-Ricardo)

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