La palabra primicia proviene del latín primitia que se refiere al primer fruto que una planta o cultivo producía. Y nada más apropiado para nosotros por cuanto la Santa Convocación, el momento apartado y escogido que este encuentro contiene, se haya marcado por la existencia de un primer fruto.
Quien lee esto y tiene la experiencia de haber sembrado alguna vez, conoce la tremenda alegría que significa ver la coronación del esfuerzo, cómo el trabajo de meses da ese fruto esperado. Preparar la tierra, quitar malas hierbas, maleza, sacar piedras, proteger la semilla de las aves, etcétera. Todas las tareas que se necesitan para que la planta pueda nacer y desarrollarse. Todo ello se corona cuando la tierra da su fruto, cuando la mano del agricultor puede tomar el producto de su trabajo y esfuerzo. ¡Y es una alegría tremenda! ¡Un gozo especial el poder levantar la cosecha tan esperada!
En el caso que ahora nos importa se trata específicamente de los primeros resultados de la siembra de la cebada. Siempre debemos tener en cuenta la gran connotación agrícola que las convocaciones tienen.
En el día en que se hacía el sacrificio de Pésaj también se escogía una gavilla, un manojo de cebada madura como una señal de la dedicación de la cosecha. Se la ataba, se la marcaba y se la dejaba en el campo. Luego de la Fiesta era cortada y se presentaba al Sacerdote. Veamos lo que dice la propia Escritura, Levítico 23: 9 al 11:
“Y habló YHWH a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de YHWH, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá.”
Se desprende con sencillez del propio mandamiento que esa gavilla era una representación de toda la cosecha que luego se haría y de cómo toda ella se debía a la mano de YHWH a quien se le agradecía por su prosperidad, abundancia y provisión. ¿Y qué debía hacerse con ella? Entregarla al Sacerdote para que este la meciese delante de YHWH, mostrando con ella los “primeros frutos” de la siembra y su cosecha.
Ahora bien hay algo que deseo aclarar. En La Fe del Nazareno me he referido a este momento como yom habikkurim, lo cual proviene de la palabra בִּכּוּר bikurim (Strong 1061) que significa “primeros frutos”. Sin embargo en el texto de Levítico 23: 9 al 11 esta palabra no está. ¿Es este un error? No, porque si bien en el texto esa palabra no está, lo que se está recogiendo en ese momento y que se presenta ante el Sacerdote también son primeros frutos.
¿Dónde es mencionada la palabra “bikurim”? Esta aparece uno versículos más adelante cuando se hace referencia a Shavuot (Pentecostés), Levítico 23:17
23:17 “De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura como primicias para YHWH.”
Entonces alguien me podrá preguntar ¿Por qué elige llamar a ese momento como “bikurim”? En primer lugar, como he escrito no es incorrecto llamar a ese momento de “primicias”, pues se trata de las primicias de la cebada, pero lo más importante es que tomar en cuenta que se trata de “primicias”, “bikurim”, nos permite apreciar el aspecto simbólico, cuyo cumplimiento profético ocurrió con la vuelta a la vida del Señor.
La Resurrección de Yeshúa coincide con este momento en el cual el Sumo Sacerdote mecía la gavilla frente a YHWH. Por ello es que el Apóstol Pablo nos dice lo siguiente, 1ra de Corintios 15:20
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicia de los que durmieron es hecho.”
Ahora bien, alguien podría objetar que el Sacerdote debía mecer una gavilla (un Omer para ser más específico) y aquí Yeshúa sería uno solo. Pues bien, la respuesta se encuentra a la mano, sólo basta leer con atención el nuevo testamento. Veamos Mateo 27:52-53
“y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”
He ahí la gavilla que Nuestro Señor presentó al Padre, conforme lo que Santiago 1:18 nos dice
“El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”
En el próximo estudio veremos cuándo ocurre este Santo Momento de Encuentro con el Padre, cuándo es el día de las Primicias.